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Medusa caprichosa no impide gesta de Bertola en aguas abiertas

[Este artículo fue editado y publicado en julio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Tras más de hora y media de frenético y tortuoso nado en las calurosas corrientes mediterráneas y a falta de unos 400 metros para el final de la prueba de los 10 kilómetros en aguas abiertas en el mundial de natación el lunes, el argentino Guillermo Bertola tuvo un íntimo encuentro con un célebre residente de las playas de Barcelona: la medusa.

El gelatinoso, jurásico y caprichoso animal marino, habitual veraneante de la costa catalana, lanzó sus tentáculos sobre el limitado cuerpo que dejaba expuesto el bañador (entre la axila izquierda y el cuello) y picó con su veneno urticante al nadador cordobés.

“Al principio pensé que era una bolsa. La vi venir, pero la tenía muy encima, era bastante grande y no me dio tiempo a esquivarla”, relató Bertola, mostrando los efectos del ataque sobre su enrojecido perfil zurdo, que requirió de tratamiento tras una carrera épica, en que pudo superar el dolor para finalizar en décimo lugar; el primero entre los atletas latinoamericanos participantes y el mejor de la historia para la Argentina.

La medalla de oro fue finalmente para el griego Spyndon Gianniotis, mientras que el alemán Thomas Lurz y el tunecino Oussame Mellouli coparon la plata y el bronce, respectivamente.

“Fue bastante trágico el final. Era mucho el ardor y aún lo siento en las falanges de los dedos. Eso no se entrena”, sonrió feliz el cordobés, debutante en incidentes de este tipo con la fauna marina. “Buscábamos mejorar la actuación de Shanghai 2011, en que había clasificado en 17mo lugar, y estamos muy contentos. Aunque quien sabe si hubiera podido esprintar al final y ganar alguna posición más sin la picadura. Estaba medio paralizado, pero pudieron más la adrenalina y las ganas de llegar tras tanto sacrificio en cuatro años de entrenamiento”, suspiró.

La velocidad es tema aparte con Bertola, quien se inició en aguas cubiertas y distancias menores, pero no destacaba precisamente por su rapidez. En el mar, sin embargo, la cosa cambió, y él mismo no acierta a resolver el enigma.

“En pileta no soy muy veloz, y nadie se explica porque en aguas abiertas puedo esprintar tan rápido ante otros con mejores marcas que yo en piscina. De chico hacía carreras cortas, luego pasé a los 1.500 metros en pileta y finalmente me fui a aguas abiertas, subiendo cada vez más de distancia”, explicó el nadador quien, además de volver  competir en los 5 kilómetros por equipos el próximo jueves, lo hará también el sábado en la distancia que más domina: los 25 kilómetros. “Me siento muy cómodo en esa modalidad y, pese a que este año hay mucha más competencia, espero mejorar lo de hoy y estar dentro de los diez primeros”.

Aficionado acérrimo al club de fútbol Atlético Belgrano al que, tras atender a la familia, dedica el poco tiempo libre que le queda tras entrenar unas ocho horas diarias en la piscina, Bertola se enorgullece también de representar a la entidad “pirata”  en natación, habiendo desestimado desde hace tiempo la posibilidad de triunfar sobre la cancha. “Jugaba de chico, de delantero, pero no era lo mío”, admitió divertido.

Muy probablemente no tuviera las mismas aptitudes que le ayudaron a lograr su particular gesta el lunes; aunque su actual entrenador, Claudio Enrique Biagioli, mantiene que solo la falta de confianza ha frenado en ocasiones el empuje del joven atleta.

“Es una excelente persona, espectacular, pero he reñido muchas veces con él porque no se lo acaba de creer, y ese es el principal problema que le impide avanzar. Espero que, a partir de hoy, confíe más en sus posibilidades”, dijo el preparador.

Biagioli, quien comparte una relación casi fraternal con su pupilo, prefirió no elaborar sobre los elementos extradeportivos que frenaron su ascenso en 2012, pero Bertola reveló las razones que le privaron de participar en los Juegos Olímpicos. “Ya con una medalla panamericana, me obligaron a hacer un repechaje en Portugal y allí tuve un problema en la competencia porque se me cruzó una barca cuando iba primero y perdí el boleto”, expuso.

Si en esa ocasión fue un obstáculo de fabricación humana el que apartó de Londres al cordobés, la picadura de una medusa no bastó para impedir que Bertola hiciera historia en el mundial

“Es la mejor actuación de mi país y espero que sirva de incentivo para la natación. No importa si a veces me he perdido otras cosas por entrenar o estar demasiado cansado. Para mí, una actuación como esta lo paga todo”, resumió.

Ahora le esperan los 25 kilómetros de la prueba reina. Y quien sabe que otras sorpresas le deparen las aguas de Barcelona.

Polos opuestos y buena onda no aseguran premio para Sánchez y García

[Este artículo fue editado y publicado en julio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Germán Sánchez e Iván García forman una pareja curiosa. Como el resto de clavadistas que participan del mundial de natación, exhiben una rigurosa liturgia de estiramientos, manoseo compulsivo y aparente secado de cuerpo mediante la toalla técnica que les acompaña hasta el último instante de su salto, y posterior ducha antes de volver a centrarse en el siguiente ejercicio, en que todo el proceso se repetirá de nuevo.

La rutina y sucesión de maniobras son la base del entrenamiento y del éxito que ha llevado a estos dos jóvenes mexicanos a asegurar grandes éxitos del deporte de su país, como lo fue la medalla de plata en los 10 metros plataforma sincronizados hace un año en los Juegos Olímpicos de Londres.

Pero Sánchez y García no solo destacan por la limpia ejecución y alto grado de dificultad de sus saltos. La pareja se distingue también por su gran tono vital, de alegre andar y complicidad de miradas. Lo que en México viene a conocerse como “buena onda”.

Lastimosamente para ellos, el trabajo y el sacrificio del último año no se vio recompensado con una nueva presea el domingo en Barcelona, cuando quedaron fuera del podio mundialista en su especialidad, superados en la clasificación por Alemania, que se llevó el oro, Rusia, y China, que partía como favorita.

En una competencia rica en dramatismo y huraña con los mexicanos, la pareja pareció rozar por momentos incluso la victoria ante las bajas prestaciones de los clavadistas chinos; pero erró su penúltimo salto y los asiáticos recuperaron posiciones en un final cardiaco.

El preparador tricolor, Iván Bautista, había alcanzado la cita confiado en la capacidad de sus pupilos pero con un atisbo de incerteza tras el bajón sufrido en la pasada universiada de Kazan, cuando la dupla debió conformarse una medalla de bronce que, dadas las circunstancias, al menos hubiera aligerado algo la pena en Barcelona.

Previo a la final, los ánimos parecían altos al calor del sol mediterráneo, y Sánchez y García ya expresaron su optimismo tras las preliminares de la mañana del domingo, cuando acabaron terceros, a 33.30 puntos de la pareja formada por Cao Yuan y Zhang Yanquan, pero solo 3 por debajo de los alemanes Sasha Klein y Patrick Hausing, eventuales campeones.

“Tuvimos algunos errores, pero también mejoramos otros. Solo hay que estar concentrados para la final. Tenemos amplias posibilidades”, opinaba entonces Sánchez, mientras Garcia se declaraba “tranquilo y confiado” para la tarde.

El tapatío no siempre se tomó las cosas con tanta serenidad, y de su anterior y explosivo temperamento surgió la posibilidad de iniciarse, precisamente, en el deporte en que ha hecho carrera. “Mis papás me apuntaron a clavados porque tenía problemas de conducta cuando estaba en la primaria. Estiraba a mis compañeros del pelo, me peleaba y no podía estar quieto. Decidieron que lo mejor para mí era estar entrenando para andar un poco más tranquilo, tanto en la escuela como en casa. Yo iba para natación, pero vi a los chicos practicando en clavados, y me gustó esa parte de la adrenalina, así que allí me quedé”, explica, en relato similar al de su compañera de selección, Laura Sánchez.

Germán Sánchez, con quien intercambiaba saludo cómplice de puño al término de la clasificación, lo miraba divertido, quizás consciente de que lo que separa a ambos lejos de la piscina les une más aún sobre la plataforma; aunque a él también le atrajera de pequeño el factor riesgo de los clavados. “A mi papá le gustaba este deporte y me llamaba mucho la atención cuando lo veía aventarse en la alberca, así que me animé y luego hacía que él me colocara sobre sus hombros para ganar más altura en los saltos. Fue mi primer entrenador, pues me enseñó a echarme de frente y también mortales”, relataba.

Pero el hijo partía ya con cierta ventaja pues, fanático de la lucha libre, aprendió de bien chico a mimetizar los vuelos de su gran ídolo: el hoy luchador de la WWE ‘Sin Cara’, anteriormente conocido como ‘Místico’, cuyas piruetas en el cuadrilátero fascinaban al hoy medallista olímpico.

Mayormente aficionado al futbol, por el que su compañero no siente afinidad especial, García le va a las Chivas y al Barcelona y explicaba como su primer clavado lo realizó en un recinto menos convencional de los que hoy frecuenta: “Fue jugando en un balneario, con apenas unos tres años, desde un trampolín de dos metros… por eso de la adrenalina”.

A pesar de numerosos golpes y panzazos en sus inicios, Sánchez persistió e, incluso en sus peores momentos en la élite, mantuvo las ganas de seguir compitiendo al máximo nivel gracias al apoyo familiar. “A veces he llegado enojado o llorando a casa porque las cosas no salieron bien, pero siempre me han confortado y me he levantado con ganas de volver a saltar a la mañana siguiente”, revelaba.

García, el único de su apellido en dedicarse a los saltos, espera inspirar con sus éxitos a sus sobrinos para que, algún día, sigan sus pasos en la plataforma. “Hace un año en Londres me di cuenta de que los sueños se pueden hacer realidad. Que lo imposible puede hacerse posible. Sentí lo que era estar en un podio y quería repetir en Barcelona”, apostillaba, sin sospechar entonces el cruel destino que le esperaba en la final.

Felices y radiantes por la esperanza de estrenar el medallero para su país, ambos encontraron un divertido punto común en el instintivo temor materno en cada uno de sus ejercicios. “Mi mamá siempre me pide que me cuide”, contaba García. “La mía reza y cierra los ojos”, reía Sánchez.

Pero los clavadistas insistían en la teoría de los polos opuestos como fuerza centrífuga en su camino hacia la gloria. “Entrenamos juntos y somos muy, muy amigos, pero cuando salimos del entrenamiento cada uno tiene una vida muy diferente. Creo que eso nos ayuda a no aburrirnos y es una de las claves de nuestro éxito”, razonaba Sánchez, a la espera de que la buena onda acompañara al dúo en la final.

Pero, en esta ocasión, no alcanzó y el sueño no se hizo realidad.

Hernández olvida dolores en Barcelona y clasifica a la final

[Este artículo fue editado y publicado en julio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Hace algo más de un año, Dolores Hernández se quedó a las puertas de saborear la competición de élite que supone una participación en los Juegos Olímpicos, quedándose a las puertas de Londres 2012 pese a lograr una plaza para México, y se propuso desquitarse a su siguiente oportunidad.

Lejos de desanimarse, la joven clavadista de 16 años, quien tras su cara de niña tímida y educada esconde una fortaleza a prueba de dolores, peleó duro para ganarse una plaza en el actual mundial de natación. Y el domingo mejoró aún más su trayectoria ascendente en Barcelona, clasificando a la final de un metro trampolín en los clavados femeniles.

La prueba se disputará el martes en una alberca de grato recuerdo para la fanaticada tricolor, pues en el mundial de hace 10 años, Paola Espinosa y Laura Sánchez, sus actuales compañeras, consiguieron uno de los grandes éxitos deportivos del país en la modalidad de los tres metros sincronizados.

Aunque el podio está difícil para Hernández, cuyo octavo puesto en la preliminar la dejó con  252.85 puntos, a 31.15 de la tercer clasificada, la china Wang Han, la joven clavadista a la que sus amigos apodan “Lolita” no se cierra puertas, y espera ver recompensado con un buen desempeño el sacrificio de tantas horas de dedicación; un duro camino que inició a los ocho años y torció a los 11, cuando decidió abandonar el hogar natal en Veracruz para entrenarse a fondo en el Distrito Federal.

“Me sentí bien y tranquila en la preliminar, pero creo que pude haberlo hecho mejor. El nivel está alto, pero no me sorprendió. Venia preparada y fue una buena competencia. Es mi primer mundial y me alegro de que me esté yendo bien”, expresó Hernández, quien se dedicó después a animar a sus compañeros de selección, Germán Sánchez e Iván García, en la final de 10 metros plataforma sincronizados, en que la dupla no pudo conseguir estrenar el medallero mexicano.

“Tienen mucho, mucho nivel. Lo demostraron en Londres 2012 y otras competencias y tengo esperanzas de que puedan ganar”, había expresado la clavadista antes de la final.

En la nutrida expedición mexicana no la acompaña en esta ocasión Carolina Mendoza, aunque sí Alejandra Orozco. Las tres habían clasificado con 15 años para Londres 2012, aunque la última criba interna de la federación mexicana designó la última plaza olímpica en beneficio de su actual compañera, Arantxa Chávez.

En un curioso giro del destino, Chávez no clasificó a la final del martes en un metro trampolín, puntuando en 16to lugar, con 24 puntos de desventaja respecto a Hernández, quien prefiere pasar página al respecto de su no inclusión en la lista olímpica. “Fue injusto y me aflijí un poco, pero ya se me pasó”, zanja.

Discípula de la entrenadora china Ma Jin, recuerda con cariño su introducción a los clavados, que le llegó por iniciativa familiar. “De pequeña no hacía nada de deportes, y mis papás querían que me distrajera, así que me apuntaron a clavados. En seguida me gustó, porque sentía la adrenalina y el miedito de tirarte de las plataformas y el trampolín”, explica la saltadora, quien reconoce que, en ocasiones, aún le entra algún temblor de piernas.

Pero ello no es obstáculo para ambicionar cotas más altas. “Mi objetivo siempre han sido los saltos de tres metros de altura, pero acá solo pude venir en uno. Es una buena preparación para progresar a los tres. Y allí quiero competir en los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (Brasil) en 2016. El miedito me sigue acompañando, pero en el fondo es algo que me gusta”, revela.

En Barcelona, junto a las mejores del mundo y con los dos pies en la final, el miedo es relativo y los dolores pasados, inexistentes.

Sánchez y Chávez se quedan a las puertas del podio

[Este artículo fue editado y publicado en julio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Hace 20 años, Francisco Rueda transitaba por la piscina del seguro social en Guanajuato cuando una silueta al borde del chapoteadero le llamó poderosamente la atención. “Era una chamaca de ocho años, que estaba con las piernas estiradas; y tenía una bonita línea de piernas y puntas”, recuerda el hoy preparador del equipo de clavados sincronizados de México.

La “chamaca” no era otra que Laura Sánchez, actual competidora en el mundial de natación de Barcelona 2013 y seria aspirante a podio en la categoría de trampolín de 3 metros individual, donde ya consiguió las medallas de bronce en los pasados Juegos Olímpicos de Londres 2012. También se llevó la tercera presea en tres metros sincronizados junto a Paola Espinosa en el mundial de Barcelona de 2003, en la misma piscina que la vio debutar el sábado, en esa misma modalidad. En esta ocasión compitió junto a Arantxa Chávez y la pareja, tras un mal inicio en el preliminar de la mañana, acabó clasificando a la final y siguió su ascenso en la sesión vespertina, en que México quedó cuarta, a las puertas de un podio que coparon China (medalla de oro), Italia (plata) y Canadá (bronce).

El sincronizado no es la especialidad de Sánchez, quien había comentado el jueves su intención de ir “paso a paso” en la competición. Pero el primero de esos pasos fue en falso, pues en la mañana, las mexicanas se mostraron desacompasadas y firmaron la peor puntuación de la primera ronda: un pírrico 30.60.

“Fue muy cardiaco. No hay necesidad de estar sufriendo tanto. Se puso muy difícil pero reaccionaron y, afortunadamente lograron remontar en los dos últimos saltos”, suspiró entonces un aliviado Rueda.

La dupla mejoró paulatinamente sus puntuaciones hasta el último clavado, que mereció una valoración de 66.60, y acabó clasificando en noveno lugar para la sesión de la tarde. Ya en la final, la mejora fue sustancial, hasta merecer un puntaje global de 290.70, a solo 1.38 de la medalla de bronce.

“Pasamos los primeros nervios pero clasificamos a la final, que era lo importante. Ahora toca borrón y cuenta nueva”, dijo Sánchez.

Las esperanzas para la clavadista siguen intactas de cara a la modalidad individual, cuyas finales se disputarán el viernes. “Me hubiera gustado estar en el podio pero hay que seguir trabajando. Para ser la segunda competencia del año no estuvo nada mal. Solté el estrés y ahora voy a ir a por todo”, proclamó.

Un podio es el premio anhelado por Sánchez, quien se lesionó el hombro a principios de temporada y llegó a ver complicada su participación en Barcelona.

“El presidente de la federación, un bruto, incluso intentó retirarla antes de tiempo, le dijo que no servía para este deporte. Pero Laura respondió que no; que era ella quien decidiría cuando dejaría los clavados”, revela Rueda, quien atribuye a cuestiones de genética los problemas físicos de su pupila. “Es de herencia: su mamá fue futbolista y tuvo problemas y sus hermanos, aunque no son deportistas, también”.

Sánchez también decidió por su propia cuenta cuando se iniciaría en el mundo de los clavados, aunque envalentonada por Rueda. “La vi ese día esperando a su maestro de natación, la llamé, le hice hacer unos brincos y ejercicios de elasticidad y le dije que, porque no se venía a clavados, mostrándole a los demás chicos entrenando. Y contestó que bueno, y se vino. Lo grabé todo en video: hay evidencias. Al segundo día, le dije que se aventara corriendo desde el trampolín al agua, alto y lejos. Y lo hizo a la primera, sin pensárselo. El problema es que no sabía nadar, no salía y tuve que rescatarla con una vara”, ríe el técnico, quien destaca el tesón, el carácter y la valentía como máximas virtudes de la clavadista. “Enseguida supe que iba a ser muy buena y así se lo dije”, recuerda.

“¡Pero no me dijo que la alberca tenía cinco metros de profundidad!”, se defiende Sánchez, quien a su vez tampoco avisó a Rueda de que apenas había acumulado una clase de natación tres días antes.

20 años después, Sánchez ha perfeccionado notablemente su salida de la alberca y ya no requiere de vara ni palo para retirarse con un mínimo de elegancia.

También ha variado su estado civil, pues el destino quiso que clavadista y entrenador se comprometieran también lejos de la piscina, contrayendo matrimonio hace un lustro.

No queda del todo claro quién reclutó a quien en esa nueva aventura sentimental, aunque Sánchez se atribuye la iniciativa y Rueda señala al roce de la carretera. “Yo llevaba unos cuatro años divorciado y el amor surgió mientras andábamos de viaje, buscando una alberca para entrenar”, revela.

La pareja, que se lleva 27 años de diferencia en favor del esposo y se declara muy feliz, espera vivir una segunda luna miel en Barcelona, ciudad estimada por Sánchez por su belleza y el recuerdo de la presea conquistada hace una década.

“Es muy agradable estar aquí. Barcelona me mueve mucho en lo emocional”, admite, oteando la urbe a sus pies, cuya perspectiva aérea ejerce de espectacular fondo de pantalla de sus piruetas. En todos esos saltos, la clavadista da la impresión de suspenderse en el claro cielo mediterráneo, cada vez más alejada de aquel borde del chapoteadero donde empezó todo

Enderica, séptimo en aguas abiertas, ya no se esconde

[Este artículo fue editado y publicado en julio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Iván Enderica, corpulento y de piel tersa, brillante y bañada por el sol y la sal mediterránea, irradia la felicidad propia de la juventud y el logro del séptimo puesto conseguido el sábado en el mundial de natación de Barcelona en la prueba de los 5 kilómetros  en aguas abiertas; la mejor marca de la historia en la modalidad en Ecuador.

No siempre todo fue tan bello para el nativo de Cuenca de 21 años, explica su entrenador personal, el cubano David Martínez. “Cuando contaba 13 años, estaba más bien gordito y no tenía aparentemente forma de mejorar. Le daba vergüenza y se escondía detrás de la piscina. No quería entrenar”, revela. “Un buen día su papá vino y dijo que se lo levaba de allí, que él no estaba para perder el tiempo. Pero finalmente le convencí de que no lo hiciera, que tuviera paciencia. Lo de Iván era un problema mental”.

La persistencia del preparador, quien lleva ocho años dirigiendo al nadador, valió la pena a final de cuentas. Tras competir en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde acabó 21ro, siendo el primer ecuatoriano en clasificar, Enderica mejoró sus resultados en Barcelona, donde obtuvo el segundo mejor tiempo entre los nadadores latinoamericanos, justo por detrás del brasileño Samuel De Bona, sexto.

“Es la primera vez que me gana, pero estoy muy contento, con una satisfacción gigantesca porque es un Mundial y es mi mejor ubicación. Mis expectativas eran estar entre los 10 primeros. Fue una prueba durísima con un ritmo impresionante en la primera mitad, tuve que aguantar y estaba en un grupo muy compacto en el que pude destacar”, resumió..

Ambicioso tanto dentro fomo9 fuera del agua, Enderica trabaja también a destajo en Cuenca para sacarse el título de ingeniera comercial y, poco antes del inicio de las competencias en Barcelona, se inició como empresario, inaugurando su propia piscina y escuela de natación con la colaboración de su hermano Gabriel, también nadador.

“El centro tiene mi nombre y estoy muy contento. Espero ser un ejemplo para los chicos que quieren ser como yo y aportar a la ciudad y el país, y así se conviertan en próximas estrellas. Somos una familia de nadadores. Yo llevo desde los cinco años en esto junto con mi hermano, y mi papá siempre nos apoyó. Aunque seguimos también otros deportes y somos muy fanáticos del futbol”, expone.

Enderica se encontrará con sangre de su sangre el próximo lunes, cuando compita también en la prueba de 10 kilómetros, en la que participa igualmente su primo, Santiago Enderica, con el que está compartiendo habitación de hotel. Que la sangre corra también en el agua se antoja poco probable, aunque Iván se apresta a recordar que “afuera somos primos pero dentro rivales. No hemos bromeado sobre ello. Habrá respeto, como con todos. Quizás tenga yo desventaja de estar más cansado por la carrera de hoy, pero también tengo la ventaja de estar más alegre”.

La vida del nadador es sacrificada, admite el ecuatoriano, detallando que “me levanto a las siete de la mañana y me paso cinco horas diarias en la piscina, además de trabajo de gimnasio y el descanso necesario para estar a tope en los entrenamientos. Luego le dedicó otras cuatro horas a mis estudios universitarios. Es agotador”.

Pero el premio en su primera jornada en Barcelona bien valió la pena, aunque solo fuera por la pronta y emocionada felicitación telefónica de su mamá, nada más acabar la prueba, antes de que Enderica tendiera sus castigados músculos sobre la mesa de masaje.

“Me dijo que estaba muy contenta, que me felicita y me quiere mucho”, sonríe el nadador, al que Martínez define como “atleta disciplinado, gran ser humano, muy buen hijo, con un coraje tremendo que le va a llevar más lejos todavía”.

Ahora aquel chico “gordito” al que su papa quiso sacar de la piscina quiere más en los 10 kilómetros. “Estar entre los 15 o 10 primeros”, remarca. Ecuador le contempla con orgullo, y él no se esconde.

Vilanova: cuando los médicos dicen basta

[Este artículo fue editado y publicado en julio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Tito Vilanova nació hace 44 años en Bellcaire, pequeña localidad de Girona, y pronto, como tantos otros niños, se inició en la práctica del fútbol. Ambidiestro, con buen toque de balón y excelente visión de juego, no tardó en ser reclutado por el club de sus amores, el Barcelona, e ingresó en la reputada Masia antes de cumplir los 15 años.

Vilanova vivo una carrera rica en experiencias como jugador en el fútbol español, con pasos por el filial azulgrana, el Figueres, Lleida y Celta de Vigo, entre otros; aunque no llegó a despuntar en el Barsa y debió conformarse con vivir sus mejores éxitos desde el banquillo. Y en absoluto desdeñables: ejerciendo de ayudante de su ex compañero Pep Guardiola, firmó la mejor época de la historia le club, ganando 14 de los 19 títulos en disputa entre 2008 y 2012. Y la pasada campaña, su primera al timón tras el repentino adiós de Guardiola, conquistó la 22da liga de la historia del club.

El estreno no fue ni muchos menos idílico, marcado por la primera recaída del cáncer en la glándula parótida que se le diagnosticó originalmente en noviembre de 2011. Y la aventura se zanjó prematuramente el viernes, cuando el presidente Sandro Rosell, se vio forzado a salir al paso y anunciar la renuncia de Vilanova por culpa de un nuevo revés en su tratamiento, leyendo el irrefutable comunicado médico acorde y fechando la presentación de su relevo para principios de la próxima semana.

La noticia fue recibida con desánimo latente entre directivos, técnicos, futbolistas y seguidores “culés” alrededor del mundo; aunque no debería considerarse una sorpresa dados los precedentes. Una vez transmitidas y recibidas las muestras unánimes de apoyo y solidaridad, la cuestión para el club, en lo deportivo, raya en encontrar pronto un sustituto adecuado. La tarea no se antoja nada sencilla, dado lo avanzado de la pretemporada en una temporada mundialista, con la liga española programada para arrancar el 17 de agosto.

Suenan nombres tan diversos como el del recién incorporado Rubí, ex técnico del vecino Girona de la segunda división y teórico tercero por detrás de Jordi Roura, quien-dirigió al equipo con Vilanova mientras este se sometía a tratamiento en Nueva York a inicios de 2013. También el del argentino Marcelo Bielsa, aún sin equipo tras su paso por el Athletic de Bilbao, aunque próximo a Guardiola, quien a su vez rompió recientemente relaciones con la actual directiva del Barsa.

Es de suponer que el director deportivo, Andoni Zubizarreta, tenía prevista la posibilidad de una nueva recaída de Vilanova y dispone de varias opciones a considerar; pero el entorno recela de su hoja de ruta, escarmentado de la montaña rusa de emociones vivida el pasado curso, en que el equipo sufrió sobremanera la ausencia de su entrenador en el segundo tramo de la temporada.

Tras conseguir 55 de 57 puntos posibles en el arranque liguero, el Barsa se atrancó un tanto en el campeonato, con derrota sonada contra el Real Madrid incluida, acabó cayendo en semifinales de Copa del Rey también ante el gran rival “merengue”, y descarriló definitivamente en la Liga de Campeones, encajando un estrepitoso global de 7-0 contra el Bayern de Munich, eventual campeón continental.

El sistema a distancia ideado por Vilanova y Roura, en que el primero pretendía dirigir al equipo por vía del segundo gracias a las nuevas tecnologías, evidenció sus limitaciones cuando el plantel decidió recurrir a la autogestión. O como resumieron algunos desde el propio club: se fue el gato y los ratones se comieron el queso.

La situación se repite justo ahora, solo tres días después de que Vilanova mostrara su faceta más enérgica y combativa, escenificando un ambicioso arranque de curso con dura crítica personal a Guardiola e, incluso, a Thiago Alcántara, partido al Bayern que ahora entrena el catalán.

No sospechaba entonces que no alcanzaría la semana siguiente como timonel del Barsa. Y probablemente fuera lógico, pues ya se sabe que los deportistas profesionales, sigan o no en activo, tienden a la sobrevaloración de sus capacidades físicas. Del autoengaño patológico se nutre, en gran parte, el ánimo de superación requerido para el logro de las grandes gestas. Y enfrente estaba el estimulante espejo del lateral francés Eric Abidal, aquejado también de un tumor en el hígado y empeñado en su lucha contra la enfermedad, reapareciendo finalmente en las últimas jornadas y ahora viviendo nueva etapa en el Mónaco.

Solo fuero los médicos, tras casi dos años de lucha, los que pusieron finalmente freno a la aventura de Vilanova al frente de uno de los clubes más exigentes del planeta. Ni el propio entrenador, ni la dirección deportiva ni familiares ni amigos acertaron a echar el alto en una ajetreada cronología en que se cruzaron caminos a palo de ciego, con la buena voluntad y la esperanza de un final feliz como brújula principal.

El balance deportivo fue positivo por la consecución de la liga en el año de su estreno, y a ese razonamiento se agarró la directiva cuando se empezó a plantear la posibilidad de un cambio de técnico para insuflar aire nuevo al vestuario, que exhibió preocupantes síntomas de disensión y distensión en la segunda vuelta. El fantasma de los últimos dos años de Frank Rijkaard, en que se apagó la estrella del brasileño Ronaldinho y tantos otros, sobrevoló el Camp Nou, pero Rosell mantuvo en la silla a Vilanova contra viento y marea, receloso de pasar página a su primera  gran apuesta como presidente, al confiar en un técnico de la casa para relevar a Guardiola.

En verdad, la directiva fue pillada a contrapié tras la primera recaída en diciembre, pues los informes médicos no hacían prever una baja tan prolongada, e incluso la visita de Vilanova a Nueva York en enero se antojaba menos duradera. Ya cuando empezó a demorarse su regreso, con la estrategia del control remoto con Roura establecida, resultó ser demasiado tarde: Vilanova esgrimió que lo mejor para su recuperación era mantenerse involucrado y, una vez asimilado el diagnostico y parte del remedio, el club valoró el factor humano por encima de todo lo demás.

Al término de la temporada, Vilanova reapareció ante la prensa esgrimiendo un nuevo mensaje vitalista que finalmente no se vería refrendado apenas dos meses después: “Me siento con fuerzas. Si la salud me sigue respetando seguiré, seguro”, proclamó.

Volver atrás es imposible y el Barsa mira ahora hacia adelante con incógnitas por resolver pero la esperanza de que el nuevo golpe recibido sirva al menos de revulsivo para un plantel reforzado con la llegada del mediático brasileño Neymar

“Es un golpe muy duro, pero la vida continúa. El Barsa siempre se ha recuperado de los golpes y esto no  va ser una excepción”, aseguró Rosell al confirmar la renuncia del timonel.

Poco después, el técnico argentino Jorge D’Alessandro, quien dirigió  a Vilanova en su etapa en Figueres, daba ánimos a su ex pupilo, al que definió en su día como “un futbolista muy analítico y profesional, amante de su profesión. Un “crack” con personalidad y categoría”.

No se equivocó en su análisis D’Alessandro, pues todas esas cualidades le valieron tanto a Vilanova como al Barsa mientras la salud acompañó. Hasta que los médicos dijeron basta.

“Ingeniero” Pellegrini encara nuevo proyecto tras exitosa intervención en Málaga

[Este artículo fue editado y publicado en junio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – “HASTA PRONTO INGENIERO”, exhibía en letras mayúsculas la pancarta desplegada el pasado domingo en uno de los fondos del estadio de La Rosaleda en Málaga, donde el chileno Manuel Pellegrini, ingeniero civil de vocación y carrera y técnico de fútbol de profesión, ha sentado cátedra.

Rebotado del Real Madrid hace tres temporadas pese a un notable desempeño en su único años en “La Casa Blanca”, Pellegrini aterrizó en Málaga con el equipo clasificado antepenúltimo pero atraído por un ambicioso proyecto deportivo que, con el tiempo, sufrió amputaciones considerables pero jamás perdió fuelle en la cancha bajo su dirección.

La montaña rusa engendrada últimamente en los despachos del club andaluz, donde el propietario, el jeque catarí Abdullah Nasser Al-Thani, cerró el grifo económico el pasado junio, acabó por descarrilar al “Ingeniero”, que el jueves avanzó su marcha al fútbol inglés esgrimiendo un acuerdo verbal con el poderoso Manchester City; curiosamente, la entidad que quiso emular en su día el Málaga con el rebosante influjo de dinero surgido de Oriente.

De carácter reservado y educado, Pellegrini ha disfrutado diariamente de sus carreras matinales en las playas de la Costa del Sol y se marcha sin aparente rencor pero frustrado por no haber podido completar su gran obra por segunda etapa consecutiva. Tras un excelente ciclo en el Villarreal, donde pasó cinco temporadas, fichó en 2009 por el Madrid y consiguió firmar una de las mejores campañas estadísticas de la historia del club “merengue”, con balance final de 96 puntos, aunque huérfana de títulos.

Tuvo la mala fortuna de toparse con el mejor Barcelona de la historia que lideraba el técnico Pep Guardiola, campeón ese curso con tres unidades de ventaja; así como con un sector de la prensa madrileña que jamás le perdonó la sorprendente eliminación en la Copa del Rey frente al modesto Alcorcón y utilizó el patinazo para reclamar el fichaje de José Mourinho.

El desgaste fue notable para el timonel chileno, pero conservó la ilusión en su siguiente ciclo con el Málaga, el más prolijo en cuanto a resultados en la centenaria historia del club, pese a la abrupta interrupción de los éxitos.

Aparentemente claro el próximo destino de Pellegrini en la Premier League, queda por ver qué pasa ahora con el Málaga, donde no hay dudas de que el “Ingeniero” dejó al equipo mejor de lo que se lo encontró al tomar el relevo del portugués Jesualdo Ferreira.

Tras un primer año de transición, los blanquiazules se reforzaron sustancialmente gracias a la supuesta amplia chequera de Al-Thani y emergieron en su segunda campaña como un plantel apto para plantar cara al Barsa y al Madrid y clasificar por primera vez en su historia a la Liga de Campeones.

El fútbol de ida y vuelta del equipo malagueño, capaz de hilvanar jugadas ofensivas de primer nivel y con una defensa rocosa con hombres como el brasileño Weligton o el argentino Martín Demichelis, acaparaba elogios; sobre todo entre los que renegaron del carácter huraño del Madrid de Mourinho, pese a su incuestionable efectividad goleadora que le reportó récords de 100 puntos y 121 goles en la pasada liga.

El Málaga forjó una identidad propia bajo la dirección de Pellegrini, más artística que la del Madrid en ataque y tanto o más solvente que la del Barsa en defensa, con futbolistas modernos como Santi Cazorla e Isco Alarcón portando la bandera y, otros con regusto de futbol añejo, tipo Demichelis, el extremo Joaquín Sánchez o el medio recuperador francés con pinta de pistolero del Oeste, Jeremy Toulalan.

Pero todo se torció entre la segunda y la tercera campaña, cuando Al-Thani retiró su apoyo financiero y se amontonaron las deudas con jugadores y empleados, degenerando en la venta de Cazorla al Arsenal, el venezolano Salomón  Rondón al Rubin Kazan y nuevamente Nacho Monreal al club londinense, este a mitad de curso.

Los impagos provocaron también el castigo de la UEFA de cara a participar en competiciones europeas a la campaña siguiente, decisión recurrida ante el Tribunal Arbitral del Deporte y que no impidió que, bajo la inquebrantable propuesta de Pellegrini, especialista en sacar provecho de futbolistas semi-olvidados como su compatriota Pedro Morales o el argentino Javier Saviola, el equipo alcanzara los cuartos de final de la Liga de Campeones, cayendo de forma traumática ante el Borussia Dortmund.

El aprecio que le profesan el plantel y afición nunca quedó tan patente como tras el partido por la 31ra fecha contra Osasuna. Era el siguiente a la debacle en territorio alemán y acabó con triunfo local por 1-0 y ovación cerrada de la hinchada después de que Weligton rescatara del túnel de vestuarios al “Ingeniero”, quien se sometió a regañadientes al baño de masas. Los homenajes se han sucedido desde entonces, con la distinción de la medalla de oro de la provincia y el más reciente, en forma de glorieta que llevara su nombre a la sombra de La Rosaleda.

“El Málaga tendrá a partir de ahora un futuro distinto y un hincha más. Hasta siempre”, espetó tras anunciar su adiós a final de campaña y previo a su último partido en casa, saldado con victoria por 3-1 sobre el Deportivo La Coruña y exhibición de la mencionada pancarta.

La simbiosis entre el técnico, a su vez discípulo declarado de Fernando Riera, y sus pupilos ha posibilitado que el Málaga acabe el campeonato entre el sexto y el séptimo lugar, dependiendo del resultado del próximo sábado en cancha del Barcelona por la última fecha.

Una victoria sobre el tapete del Camp Nou, donde Pellegrini libró tantos partidos de altura en su primera etapa con el Villarreal, se antoja apropiada justicia poética para la despedida del chileno de la liga española.

“Regresé porque el Málaga me ofreció un proyecto con dos aspectos fundamentales: era a largo plazo y era un club que quería crecer”, razonaba el “Ingeniero” en 2010 sobre su desembarco en la Costa del Sol, explicando a continuación las diversas etapas a recorrer y ofreciendo, a modo de sentencia, una de las claves de su actual cambio de rumbo: “No me gustan los clubes sin proyecto”, avisó.

Lugano llega rodado a Uruguay pese paso con más pena que gloria por Málaga

[Este artículo fue editado y publicado en junio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA (AP) – El capitán de la selección de Uruguay está “tocado” tras caer en la Liga de Campeones, luego alude motivos personales, después falta de protagonismo en el equipo y finalmente se libra de atender las insistentes peticiones de entrevista que recibe desde que enrolara el pasado enero en el Málaga que dirige el chileno Manuel Pellegrini.

Hay curiosidad por conocer el parecer de Diego Lugano sobre multitud de materias. Principalmente su debut, a los 32 años, en la liga española, pero también su valoración de un entrenador tan respetado como Pellegrini, compañeros contrastados como los argentinos Martín Demichelis o Javier Saviola y compatriotas como Seba Fernández; así como el futuro inmediato de Uruguay, selección que capitanea desde hace 70 partidos y con la que se proclamó campeón de la Copa América 2011.

Pero el curtido central esquiva como hábil delantero las solicitudes, quizá escaldado por las críticas recientes con la camiseta celeste o más interesado en pasar página sobre un pasado que incluye una etapa de cinco años en el Fenerbahce turco y otra más breve, de apenas año y medio, en el Paris Saint Germain.

“Los últimos cinco meses no jugué. Llegaron muchos jugadores y el PSG es un club especial. Fui el plato roto de un equipo que abrió el cofre”, explicó a los 10 días de su llegada a Málaga.

Quizá intuya desde hace tiempo su vuelta al conjunto parisino tras cumplir su cesión y prefiera no adelantar acontecimientos. A una fecha del final del campeonato, con cita final en el estadio Camp Nou el sábado contra el campeón Barcelona, al apodado “Tota” se le acaba el tiempo de dejar huella en la liga española. No digamos ya de atender a los medios.

Acostumbrado a ejercer de líder con Uruguay, el cacique apenas ha hecho ruido en Málaga, donde se incorporó por petición expresa de Pellegrini pero se encontró un equipo rodado y especialmente rocoso en su retaguardia.

Con Demichelis a excelente nivel en su puesto preferido de central junto al brasileño Weligton, las opciones de Lugano de acumular minutos se redujeron considerablemente, pese a debutar a los tres días de su presentación frente al Mallorca y regresar al once en el tramo final, siendo incluso titular contra el Real Madrid.

Solo ha ofrecido una rueda de prensa desde que es jugador blanquiazul, aunque no se mostró excesivamente tímido en su estreno sobre la cancha, dirigiendo la línea defensiva desde el inicio, hablando y gesticulando como cuando porta el brazalete “charrúa”.

En Málaga no cuestionan sus dotes de liderazgo, ni en los entrenamientos ni el vestuario, donde ha hecho piña con su compatriota Fernández y la amplia representación de suramericanos con los que suele compartir charla y el tradicional mate de su región en los viajes.

Discreto pero accesible cuando le abordan los frecuentes seguidores uruguayos en busca de un recuerdo, el ex de Nacional  asegura haberse sentido a gusto en la Costa del Sol pese la falta de minutos y, en sus últimas declaraciones, no descartó seguir la próxima temporada en caso de acuerdo entre el clubes.

“Todo indica que debo volver a París, pero el fútbol da muchas vueltas. Sería lindo continuar en Málaga”, dijo quien ya puso de mucho de su parte en agilizar la cesión original.

La notable calidad de vida en el Sur de España juega a favor, así como el alto nivel de la liga española para un futbolista cuyo ardor competitivo supera con creces sus cualidades técnicas.

No así la anunciada despedida de Pellegrini, quien marcha con supuesto rumbo al Manchester City solo cinco meses después de exigir su incorporación, desestimando otras opciones para reforzar la posición de central.

El ataque de fe dispensado por el “Ingeniero”, sorprendentemente, no se vio reflejado del todo en las alineaciones, donde Lugano entró y salió sin patrón aparente; y fue especialmente insospechada su ausencia del partido de vuelta de cuartos de final de la Champions contra el Borussia Dortmund, cuando el técnico prefirió a Sergio Sánchez para suplir al sancionado Weligton.

De la misma manera que el “Tota”, residente junto a otros compañeros de un lujoso complejo en El Higuerón, cerca del habitual hotel de concentración, no ha tenido problemas de adaptación en el vestuario, el estilo propuesto por Pellegrini tampoco ha beneficiado siempre sus características.

Más dependiente de la colocación y anticipación que de la velocidad, Lugano ha sufrido en campo abierto y también en la salida de balón cuando ha formado pareja con Weligton, otro zaguero de toque limitado. El técnico chileno suele insistir en sacar la pelota en corto, faceta que dominan mejor Demichelis e incluso Sánchez.

Pero a la hora de dar un paso atrás y poner cerrojo, pocos como el uruguayo. No es casualidad que su mejor versión se haya visto por la 24ta fecha contra el Athletic de Bilbao: titubeó largo rato hasta que ingresó en la cancha el fornido delantero Fernando Llorente y se emparejó con él. En el cuerpo a cuerpo, se impuso claramente el central, valiente en el corte y poderoso en el juego aéreo; cualidades exhibidas también con Uruguay el pasado 6 de febrero en amistoso contra España, cuando los de Oscar Tábarez juntaron filas.

Aunque la gloria haya sido escasa en su etapa malaguista, el paso por la liga española no ha sido en vano para Lugano, víctima de varias lesiones en el último año y medio, pero que ha logrado mantener un óptimo nivel físico en 2013.

El hecho es valorado en su justa medida por el futbolista, que precisaba de una buena puesta a punto de cara a la disputa con su selección de la cercana Copa Confederaciones de Brasil, donde Uruguay volverá a medirse a España, así como la complicada clasificación al próximo Mundial. El combinado celeste, actual sexto clasificado en la eliminatoria suramericana con tres partidos ganados, cuatro empatados y cuatro perdidos, enfrenta el próximo 11 de junio a la quinta Venezuela, en partido calificado de “última bala” por el delantero Luis Suárez.

“Venia de tener problemas, pero en estos meses he jugado 11 partidos y estuve practicando todos los días con la máxima intensidad. Llegué a un equipo formado que estaba haciendo un gran año. No fue perfecto en cuanto a continuidad, pero vine a aportar dentro y fuera del vestuario, siempre al pie del cañón. La experiencia es positiva”, consideró Lugano sobre su estancia en Málaga.

El central se incorporará al equipo nacional tras jugar, o ver desde la banca, el partido contra el Barsa de su admirado Carles Puyol, sin más pistas sobre si regresará o no algún día a la liga española.

Del Bosque, entrenador señor con aires de profesor

[Este artículo fue editado y publicado en junio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Vicente Del Bosque era un futbolista fino y elegante, algo lento de piernas, rápido de mente, técnicamente dotado y desprovisto de la armadura muscular que hoy exhiben sus pupilos en la selección española. Un hombre de andar erguido, melena rebelde y bigote denso, que siempre tuvo pinta de antiguo y bonachón, hoy ya más justificada a sus 62 primaveras.

El timonel que lideró a España a la conquista de su primer Mundial en 2010 y segunda Eurocopa en 2012 tras tomar el relevo a Luis Aragonés destacó antes como jugador que entrenador; aunque los que le conocen aseguran que, ante todo, se trata de una bellísima persona, cercana, inteligente y afable, cuya mayor virtud como técnico parece radicar más en un controlado “laissez faire” que el exceso de celo o intervencionismo.

La fórmula recuerda en parte a la llamada “filosofía zen” aplicada por Phil Jackson en la NBA y parece haberle funcionado a las mil maravillas al nativo de Salamanca, que estudió magisterio con vocación de profesor y cuyo palmarés no admite discusión. A las puertas de disputar con España su segunda Copa Confederaciones, empezando el próximo 16 de junio en la ciudad brasileña de Recife contra Uruguay, figura como el Mejor Entrenador del Mundo en 2012, en premio otorgado por la FIFA.

Del Bosque, quien siempre optó por mantenerse a la sombra de sus futbolistas, acumula dos Ligas de Campeones ganadas con el Real Madrid en 2000 y 2002 y otras dos ligas domésticas como entrenador del equipo blanco. Siendo futbolista, ya acaparó cinco campeonatos y cuatro copas en la Casa Blanca, donde acumuló 36 años de vivencias desde que un ojeador viniera a ficharlo a su Salamanca natal.

Hijo de ferroviario sindicalista y de la posguerra española, aprendió desde joven a navegar aguas turbulentas con calma y dignidad, y el tiempo se encargó de curtir su espíritu con los golpes que da la vida, a los que suele responder citando a William Shakespeare: “Todo lo que sucede conviene”.

Tan solo su poco honrosa salida del Madrid dejó entrever en él un insólito resquemor. No en vano, el despido se produjo en un pasillo de forma atropellada y nada menos que un día después de la conquista de su segunda liga.

El presidente entonces es el mismo que ahora, Florentino Pérez, quien arguyó al supuesto desgaste del “librillo” de Del Bosque como argumento principal para el relevo. “Es muy tradicional, buscamos algo más moderno. No es el entrenador ideal para el futuro del Real Madrid”, espetó el poderoso empresario.

Desde entonces han desfilado una decena de entrenadores por el banquillo “merengue” con balance de siete títulos; el mismo número que consiguió Del Bosque en sus cuatro temporadas al timón. El último en salir fue José Mourinho, antítesis en cuanto a manual de estilo y supuesto paradigma de la modernidad que perseguía Pérez. El portugués, quien obvió de mala manera los éxitos del actual seleccionador en múltiples ocasiones, se fue con la Supercopa de España, la liga y la Copa del Rey, pero se quedó corto en Europa.

Ajeno a las batallas de camerino, Del Bosque no dudó en rescatar al arquero Iker Casillas del ostracismo al que le sometió Mourinho en su última campaña en Madrid, y convocó al capitán de la selección para disputar la Copa Confederaciones. “Es uno de los nuestros y busco gente ilusionada y comprometida” justificó.

El torneo internacional falta en las vitrinas de “La Roja” y ofició en su día de agridulce debut del salmantino en su edición de 2009, cuando el combinado ibérico acabó tercero tras perder sorpresivamente en semifinales ante Estados Unidos. El discurrir tranquilo de Del Bosque no esconde un carácter ganador dentro de los límites del sentido común, más visible cuando se le menciona al ex organizador blanco la final de la vieja Copa de Europa perdida ante el Liverpool en 1981.

No cabe duda de que le ha acompañado cierta dosis de fortuna desde entonces, pues solo ha perdido una final, la copa en 2002, e incluso en la conquista de “La Novena” se topó con una gran actuación de Casillas, quien solo ingresó de suplente tras lesionarse el arquero titular, César Sánchez.

Se supone que tampoco existe mayor lotería en el fútbol que la tanda de penaltis, y Del Bosque ha salido airoso de dos prórrogas y un desempate desde el punto de la pena máxima para levantar dos copas internacionales con España. En la tanda, en semifinales de la Eurocopa de 2012, saldó un cambio de parecer con Cesc Fábregas sobre si debía lanzar el segundo o el quinto penal con un lacónico “no vamos a discutir por eso”, resuelto en favor del jugador y gol decisivo para los intereses de ambos. La suerte existe, pero también es cierto que Del Bosque sabe buscarla.

Fiel a los valores de señorío que le reforzaron Don Santiago Bernabéu y su entrenador, Luis Molowny desde que ingresara con 16 años en el Madrid, así como a ese librillo que subraya el cariño al jugador por encima de las exigencias, ha sabido, cuanto menos, sacar provecho de una generación dorada con futbolistas de la talla de Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Xabi Alonso o Fernando Torres.

Como buen maestro, se ha mostrado también leal a sus discípulos, apostando por la continuidad y la cohesión del grupo en su última convocatoria, y tampoco es casualidad que los futbolistas de Barsa y Madrid, tan enfrentados en los últimos clásicos, encuentren un clima de cierta hermandad bajo su tutela.

Su gran e infravalorado mérito ha sido no estropear lo que otros hubieran seguramente alterado, pero sin temor a tomar decisiones poco populares, como jugar sin ariete clásico cuando Torres andaba lejos de su mejor nivel, o incluso prescindir de Raúl González, el preferido de la prensa capitalina, cuando intuyó que el ídolo madridista encaraba la curva descendiente de su carrera.

Hombre culto, amante del boxeo, los toros y las complicaciones justas, ha conocido las canchas de tierra y la hierba sintética, la victoria y la derrota, el dolor y la alegría, así como un éxito sin paragón en el fútbol español. Es Del Bosque, un señor entrenador con aires de antiguo profesor.

Moreno crece y otea horizonte lejos del nido “periquito”

[Este artículo fue editado y publicado en junio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Casi dos años después de su arribo al Espanyol, Héctor Moreno sigue siendo el último integrante del plantel en abandonar el centro de entrenamiento del club blanquiazul. Lo hace tras atender numerosas peticiones de autógrafos y en lujoso auto todoterreno color blanco, probablemente con rumbo a su domicilio en cercana localidad costera. Pero la pregunta latente entre la mayoría de presentes radica sobre la naturaleza de su próximo destino deportivo.

¿Volverán el todoterreno blanco y Moreno a pisar la Ciudad Deportiva “periquita”?

Aunque ni el futbolista ni los dirigentes de la entidad se pronuncien con claridad al respecto, el sentimiento imperante es negativo, pues el central mexicano está a punto de completar su segunda campaña a notable nivel en la liga española, con la consiguiente revalorización de su caché, y otea horizontes de supuesta mayor enjundia para seguir progresando en su carrera.

Completados 65 partidos con el Espanyol desde su llegada en junio de 2011, Moreno es consciente de que quizás no vuelva a vestir la camiseta blanquiazul. Su retraso a la salida del entrenamiento del viernes obedece a unas dolencias en el aductor que, finalmente, le evitaran formar en el once del domingo en el clásico contra el Barcelona. Y el lunes el central debe viajar a Houston para incorporarse a la selección mexicana, con lo que se perdería también la última fecha de liga contra el Celta de Vigo.

Fijo en el combinado tricolor de José Manuel “Chepo” De La Torre de cara a las eliminatorias por el Mundial de Brasil 2014 y la Copa Confederaciones a disputar en junio, Moreno goza de notable cartel en Europa, donde empezó a destacar en el AZ Alkmaar holandés en 2008, procedente de los Pumas de la Unam.

Igualmente intocable en las alineaciones del argentino Mauricio Pochettino en la campaña de su estreno en Barcelona, siguió en la misma línea en su segunda temporada, marcada por el reencuentro con un estimado compatriota: el técnico Javier Aguirre.

El ex seleccionador, quien fichó en noviembre con el Espanyol en situación crítica de colista, conocía bien a Moreno tras incluirlo en la relación que disputó el Mundial 2010 de Suráfrica, y se apoyó nuevamente en el sinaloense para apuntalar una defensa que lideró el resurgir de los “periquitos”, hoy matemáticamente salvados del descenso e incluso con remotas posibilidades de clasificar a competiciones europeas.

“Es una lástima que no pueda jugar, porque es un perfil zurdo que nos da buena salida de balón. Estamos contrariados. El quería estar e hizo todo lo posible, pero tuvo sensaciones extrañas y no pudo ser”, lamentó el sábado Aguirre sobre su omisión del derbi, al tiempo que destacaba la evolución que constató en su pupilo respecto a su anterior etapa. “Cuando llegué acá, me encontré a un Héctor más maduro, más protagonista, más delgado y más atleta. Y lo digo sin ironía. Ha trabajado mucho y creo que está en el mejor momento de su carrera”.

Pero el éxito de Moreno conlleva también un aumentado riesgo de marcha del futbolista al término de la temporada. El rival ciudadano del Barsa, con joven y moderno estadio aún pendiente de pago, hace años que vive una delicada situación financiera, agravada por la actual crisis económica que azota España.

La política de cantera de la entidad barcelonesa se fundamenta tanto en la prolija salida de futbolistas de su territorio como en la necesidad de imponer una cierta austeridad en la confección del plantel. Y esta norma solo se rompe en casos como los de Moreno, en su día fichaje joven y con proyección, inevitablemente destinado a la reventa y la plusvalía para alimentar la maltrecha tesorería.

Dos temporadas invertidas acostumbran a ser suficientes, como lo fueron anteriormente para el goleador argentino Daniel Osvaldo, vendido a la Roma, o su compatriota Nicolás Pareja, hoy del Spartak de Moscú.

Sus compañeros de zaga, que también vieron partir a canteranos como Víctor Ruiz (Valencia), conocen bien la canción; aunque, como en el caso del también argentino Juan Forlin, les puedan los buenos deseos.

“Es un privilegio tenerlo con nosotros y ojalá se quede. Como futbolista es un espectáculo. Me da gusto jugar con él porque es un jugador de nivel mundial y lo demuestra cada vez que es citado por su selección. Me cayó bien de entrada: es muy buena persona, sincero y trabajador. Muy profesional, y eso se contagia al grupo. Es uno de los líderes del vestuario, sin duda”, explica el ex zaguero de Boca Juniors, hoy miembro del grupo de capitanes del Espanyol.

El veterano lateral izquierdo Joan Capdevila, internacional por España en 60 ocasiones, las ha visto de todos los colores en 15 años de carrera y valora la aportación del mexicano en el reflote del equipo. “Héctor ha sido fundamental dentro y fuera de la cancha. Jugando a su lado, nos hemos entendido a la perfección. Es un jugadorazo, joven pero con la experiencia de un Mundial y tiene un futuro enorme, con muchos equipos interesados en él porque es un jugador para estar en un club grande”, opina uno de los grandes bromistas del vestuario, quien define al central como “un tipo muy alegre y positivo, que nunca pone mala cara, ni cuando las cosas van mal, y eso es importante”.

Pese a que desde el club se esfuerzan en negar haber ofertado a Moreno, remarcando su condición de futbolista fundamental, la economía manda, y la entidad ya debió contratar una póliza en su día para hacer frente a su compra. Pese a que el valor de la cláusula de rescisión de contrato es de 20 millones de euros hasta 2015, la entidad estaría abierta a negociar en caso de recibir una puja importante.

La sospecha de un precontrato que pudiera incluso oficiar de aval financiero no deja, sin embargo, de sobrevolar el nido “periquito”. Moreno, quien desligó recientemente su futuro a la posible continuidad de Aguirre, ha crecido, y podría volar pronto en busca de nuevos horizontes, por mucho que se resista a la idea el canterano Raúl Rodríguez.

“Me consta que está muy gusto en Barcelona. Se siente muy bien tratado y está rindiendo a gran nivel. Si depende de él, creo que quiere seguir”, aventura, aunque abriendo la puerta a una posible despedida. “Estoy muy agradecido de haber compartido equipo con él. Es un excepcional compañero de vestuario y, dentro del campo, tiene una solvencia espectacular. Cada vez es más regular, saca mejor el balón, defensivamente es más difícil de superar y da la sensación que aún tiene un gran margen de mejora. He aprendido mucho de él, porque también me ha exigido mucho para ser titular. Ojalá se quede muchos años con nosotros”.

El anhelo de Rodríguez choca, sin embargo, con su definición de Moreno en dos palabras.

“In crescendo”, elige, aludiendo a su constante crecimiento y, probablemente, sin reparar en la connotación de inevitable despegue.