Lugano llega rodado a Uruguay pese paso con más pena que gloria por Málaga

[Este artículo fue editado y publicado en junio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA (AP) – El capitán de la selección de Uruguay está “tocado” tras caer en la Liga de Campeones, luego alude motivos personales, después falta de protagonismo en el equipo y finalmente se libra de atender las insistentes peticiones de entrevista que recibe desde que enrolara el pasado enero en el Málaga que dirige el chileno Manuel Pellegrini.

Hay curiosidad por conocer el parecer de Diego Lugano sobre multitud de materias. Principalmente su debut, a los 32 años, en la liga española, pero también su valoración de un entrenador tan respetado como Pellegrini, compañeros contrastados como los argentinos Martín Demichelis o Javier Saviola y compatriotas como Seba Fernández; así como el futuro inmediato de Uruguay, selección que capitanea desde hace 70 partidos y con la que se proclamó campeón de la Copa América 2011.

Pero el curtido central esquiva como hábil delantero las solicitudes, quizá escaldado por las críticas recientes con la camiseta celeste o más interesado en pasar página sobre un pasado que incluye una etapa de cinco años en el Fenerbahce turco y otra más breve, de apenas año y medio, en el Paris Saint Germain.

“Los últimos cinco meses no jugué. Llegaron muchos jugadores y el PSG es un club especial. Fui el plato roto de un equipo que abrió el cofre”, explicó a los 10 días de su llegada a Málaga.

Quizá intuya desde hace tiempo su vuelta al conjunto parisino tras cumplir su cesión y prefiera no adelantar acontecimientos. A una fecha del final del campeonato, con cita final en el estadio Camp Nou el sábado contra el campeón Barcelona, al apodado “Tota” se le acaba el tiempo de dejar huella en la liga española. No digamos ya de atender a los medios.

Acostumbrado a ejercer de líder con Uruguay, el cacique apenas ha hecho ruido en Málaga, donde se incorporó por petición expresa de Pellegrini pero se encontró un equipo rodado y especialmente rocoso en su retaguardia.

Con Demichelis a excelente nivel en su puesto preferido de central junto al brasileño Weligton, las opciones de Lugano de acumular minutos se redujeron considerablemente, pese a debutar a los tres días de su presentación frente al Mallorca y regresar al once en el tramo final, siendo incluso titular contra el Real Madrid.

Solo ha ofrecido una rueda de prensa desde que es jugador blanquiazul, aunque no se mostró excesivamente tímido en su estreno sobre la cancha, dirigiendo la línea defensiva desde el inicio, hablando y gesticulando como cuando porta el brazalete “charrúa”.

En Málaga no cuestionan sus dotes de liderazgo, ni en los entrenamientos ni el vestuario, donde ha hecho piña con su compatriota Fernández y la amplia representación de suramericanos con los que suele compartir charla y el tradicional mate de su región en los viajes.

Discreto pero accesible cuando le abordan los frecuentes seguidores uruguayos en busca de un recuerdo, el ex de Nacional  asegura haberse sentido a gusto en la Costa del Sol pese la falta de minutos y, en sus últimas declaraciones, no descartó seguir la próxima temporada en caso de acuerdo entre el clubes.

“Todo indica que debo volver a París, pero el fútbol da muchas vueltas. Sería lindo continuar en Málaga”, dijo quien ya puso de mucho de su parte en agilizar la cesión original.

La notable calidad de vida en el Sur de España juega a favor, así como el alto nivel de la liga española para un futbolista cuyo ardor competitivo supera con creces sus cualidades técnicas.

No así la anunciada despedida de Pellegrini, quien marcha con supuesto rumbo al Manchester City solo cinco meses después de exigir su incorporación, desestimando otras opciones para reforzar la posición de central.

El ataque de fe dispensado por el “Ingeniero”, sorprendentemente, no se vio reflejado del todo en las alineaciones, donde Lugano entró y salió sin patrón aparente; y fue especialmente insospechada su ausencia del partido de vuelta de cuartos de final de la Champions contra el Borussia Dortmund, cuando el técnico prefirió a Sergio Sánchez para suplir al sancionado Weligton.

De la misma manera que el “Tota”, residente junto a otros compañeros de un lujoso complejo en El Higuerón, cerca del habitual hotel de concentración, no ha tenido problemas de adaptación en el vestuario, el estilo propuesto por Pellegrini tampoco ha beneficiado siempre sus características.

Más dependiente de la colocación y anticipación que de la velocidad, Lugano ha sufrido en campo abierto y también en la salida de balón cuando ha formado pareja con Weligton, otro zaguero de toque limitado. El técnico chileno suele insistir en sacar la pelota en corto, faceta que dominan mejor Demichelis e incluso Sánchez.

Pero a la hora de dar un paso atrás y poner cerrojo, pocos como el uruguayo. No es casualidad que su mejor versión se haya visto por la 24ta fecha contra el Athletic de Bilbao: titubeó largo rato hasta que ingresó en la cancha el fornido delantero Fernando Llorente y se emparejó con él. En el cuerpo a cuerpo, se impuso claramente el central, valiente en el corte y poderoso en el juego aéreo; cualidades exhibidas también con Uruguay el pasado 6 de febrero en amistoso contra España, cuando los de Oscar Tábarez juntaron filas.

Aunque la gloria haya sido escasa en su etapa malaguista, el paso por la liga española no ha sido en vano para Lugano, víctima de varias lesiones en el último año y medio, pero que ha logrado mantener un óptimo nivel físico en 2013.

El hecho es valorado en su justa medida por el futbolista, que precisaba de una buena puesta a punto de cara a la disputa con su selección de la cercana Copa Confederaciones de Brasil, donde Uruguay volverá a medirse a España, así como la complicada clasificación al próximo Mundial. El combinado celeste, actual sexto clasificado en la eliminatoria suramericana con tres partidos ganados, cuatro empatados y cuatro perdidos, enfrenta el próximo 11 de junio a la quinta Venezuela, en partido calificado de “última bala” por el delantero Luis Suárez.

“Venia de tener problemas, pero en estos meses he jugado 11 partidos y estuve practicando todos los días con la máxima intensidad. Llegué a un equipo formado que estaba haciendo un gran año. No fue perfecto en cuanto a continuidad, pero vine a aportar dentro y fuera del vestuario, siempre al pie del cañón. La experiencia es positiva”, consideró Lugano sobre su estancia en Málaga.

El central se incorporará al equipo nacional tras jugar, o ver desde la banca, el partido contra el Barsa de su admirado Carles Puyol, sin más pistas sobre si regresará o no algún día a la liga española.

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