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Flamenco arranca del revés y acaba eliminada

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Uno de los mayores alivios para un velocista, aparte de la constatación de que su sacrificio en la ardua preparación deportiva se vio premiado sobre el tartán, llega cuando se quita los ligeros botines de competencia, con esos tacos espigados en la dura suela, claramente no aptos para el descanso.

Y así lucía el jueves la salvadoreña Beatriz Flamenco tras correr la ronda preliminar de los 100 metros vallas en el Mundial de Atletismo en Beijing: con el calzado en la mano y los pies en tierno, apenas cubiertos por sendos calcetines rosas de corte bajo, uno de ellos con la costura del revés.

“Uy, me despisté”, sonrió Flamenco, humorosa ella a pesar de haber quedado eliminada tras un crono de 14.77 segundos, el más lejano del corte mínimo para lograr el boleto a semifinales (13.13).

“Es mi primer Mundial y no me fue nada bien. Pensaba que iba a mejorar mi marca y ni siquiera hice eso”, reconoció la joven de 19 años, aunque sin obviar la lectura positiva. “Es una experiencia. Pensé que iba a estar más nerviosa, pero pude tener el control de la situación. Pienso seguir trabajando para clasificar a otros mundiales, aunque lo de los Juegos Olímpicos ya los veo bastante más lejano”.

Era previsible, al fin y al cabo, que la salvadoreña se quedara fuera en su primera serie. La mejor marca de su carrera en la especialidad de los 100 vallas es de 14.53 y, según relata, los medios con que cuenta para la preparación de las competencias no dan para mucho más.

“En El Salvador falta mucho apoyo deportivo. Los otros países que están aquí tienen a sus propios fisioterapeutas, médicos y entrenadores. Yo no tengo un entrenador específico de pista; sólo de pesas, de fuerza, y dos veces por semana. Me ayudan a entrenar mi madre y mi hermano. Me ha costado un montón prepararme, porque es una prueba muy técnica, en la que necesitas que alguien te esté corrigiendo diariamente, y me queda bastante por mejorar”, comentó la última representante del país centroamericano en el mundial.

Invitado por el criterio de universalidad de la IAAF, el pertiguista Natán Rivera abrió la participación de El Salvador en la jornada inaugural del sábado, aunque con escasa fortuna. Al no haber podido disponer de su pértiga habitual por falta de medios, debió tomar una prestada, y no pasó el corte mínimo requerido.

“Uno tiene que buscar cómo irse a otro país para poder arreglar sus cosas y sus problemas”, comentó Flamenco, quien tiene previsto desplazarse a Estados Unidos para seguir progresando como deportista y, a la vez, estudiar Relaciones Públicas.

“El plan de entrenamiento que sigo ahora lo elaboró mi anterior entrenadora, a la que no renovaron el contrato. Ahora está en Cuba, y me manda los planes de entrenamiento desde allá. Pero no es lo mismo: nadie me está diciendo directamente, ni corrigiendo. Y tampoco puedo mandarle videos de mis entrenamientos por Internet, porque allí no funciona”, lamentó la vallista.

Eso sí, del plan nutricional se ocupa ella misma, y concede que su segundo alivio tras cerrar su primer mundial será lanzarse a por los dulces que tanto ha evitado en preparación de la competencia. “Me encanta el chocolate, y en cuanto salga me voy directa por una tarta”, bromeó, todavía con el calcetín cambiado, pero la moral y el humor intactos.

Panameño Edward perdió el bronce por los pelos

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Alonso Edward le puso todo el empeño que tenía dentro, pero al final le faltó un pelo para subirse al podio del Mundial de Atletismo que se celebra en Beijing.

Con peinado raso, quizás el panameño deba empezar a valorar un cambio estético de posibles consecuencias positivas para su carrera. En una final de los 200 metros que ganó como casi siempre el jamaiquino Usain Bolt por delante del estadounidense Justin Gatlin, Edward corrió por el carril nueve y, por momentos, pareció que podría alcanzar la medalla de bronce.

Pero al final el tercer lugar fue para el surafricano Anaso Jobodwana, quien recorrió la distancia en 19,87 segundos. Edward quedó por detrás por casi nada: 17 milésimas de segundo. O lo que, en el atletismo, separa la medalla del vacío.

“Sabía que iba a ser una carrera muy difícil e intensa. Lo di todo para llevarme la medalla, pero no se consiguió y hay que seguir hacia adelante”, valoró Edward, sudoroso y justo de oxígeno, tras el frenético galope. “He trabajado muy fuerte para esto y quedé a milésimas del podio, casi nada. El bronce fue para el que más se inclinó. Fue una sensación amarga, pero me voy contento de haber podido representar bien a mi país”.

Edward, de 26 años y medalla de bronce en los recientes Juegos Panamericanos celebrados en Toronto, se quedó así a las puertas de repetir la presea de plata que logró en el mundial de Berlín 2009.

“Luego veremos si me puede lanzar antes, lo que hice bien y lo que no”, comentó el panameño, quien dijo no sentirse afectado por la presión y anhela repetir duelo con Bolt, Gatlin y Jobodwana en los Juegos Olímpicos de Río que se celebrarán dentro de un año.

“Ellos (Bolt y Gatlin) sabían que tenían que correr un poco más rápido hoy. Yo estaba muy bien preparado y tenía el carril de afuera. Lastimosamente no pude tomar mi carrera como quería. Pero en este deporte uno nunca sabe quién puede salir. Seguro que el próximo año llegarán corredores mucho mejor preparados para correr los Juegos Olimpicos”, concluyó.

 

Silva, héroe de Cuba con oro en salto de pértiga

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – “Héroe o mártir”, le decía a Yarisley Silva su entrenador, Alexandre Navas, previo a la final del salto con pértiga del miércoles en el Mundial de Atletismo en Beijing.

Y durante un buen rato en el Nido de Pájaro, la saltadora de Pinar del Río jugueteó con ambos conceptos. Pero finalmente Silva se sobrepuso a las adversidades y le dio a Cuba su segunda medalla de oro en el certamen, imponiéndose con suspense, y marca final de 4.90 metros, en un reñido desenlace con la brasileña Fabiana Murer.

“Fue la competencia más tensa que he tenido. Sufrí y disfruté. Me siento fantásticamente feliz”, dijo con los ojos llorosos de felicidad la nueva campeona, antes de dedicar el triunfo a sus padres, médicos, entrenador y bandera. “Ha sido un año muy difícil, pero logré batir todos mis retos psicológicos con el apoyo de todos y me queda la satisfacción de lograr mi sueño y darle el oro a toda Cuba”.

La isleña debió remar contra corriente tras hacer nulo en sus tercero y cuarto saltos, en que fue incapaz de superar la altura de 4.70 metros. Pero se repuso y rebasó la barrera en su siguiente y definitivo intento, solventado con destreza. Recuperada la confianza, pasó los 4.80 a la segunda y marcó su segundo mejor registro de la noche, saltando por encima de los 4.85 a la primera, pese a rozar la barra.

Para entonces, había tomado el control de la escena, ganándose la admiración de la grada. Consiguió la altura ganadora en su tercer intento, y aún tuvo arrestos para intentar rebasar los 5.01 que hubieran supuesto un nuevo récord personal, pero le faltaron fuerzas.

“Fue un error táctico, debimos cambiar antes de pértiga”, explico Navas. Y la propia Silva reconoció que pecó de precipitación en el arranque. “Me puse muy nerviosa, pero cambié de garrocha y pasé los 4.70. Fue el momento más tenso para mí”.

El duelo final con la veterana Murer fue apasionante y finalmente cayó del lado de Pérez, que voló por encima de los 4.90 con un ejercicio de manual y dejó atrás a la brasileña, eventual medallista de plata. La griega Nikoleta Kyriakopoulou debió contentarse con la presea de bronce.

Silva se presentó a la cita habiendo conseguido el mejor salto del circuito en la temporada y tercer mejor registro de todos los tiempos: 4.91 metros. Pero le faltaba la medalla de oro en un mundial.

En su tercer campeonato, cumplió las expectativas y se impuso a la ganadora de la medalla de oro olímpica en Londres 2012, la estadounidense Jennifer Suhr, que acabo fuera del podio, y otras aspirantes como Kyriakopoulou, Murer, o la rusa Anzhelika Sidorova.

A sus 28 años, Silva ocupó el trono vacante de la rusa Yelena Isinbayeva, quien no acudió a Beijing para centrarse exclusivamente en los próximos Juegos Olímpicos de Río, tras su reciente maternidad.

“Ahora me falta el oro olímpico, y sé que será duro con Isinbayeva y Murer, pero quiero lograrlo para mi país y voy a prepararme”, avanzó Silva, quien anteriormente se llevó la presea de plata olímpica en Londres 2012 y se colgó bronce en el último mundial de Moscú, en 2013.

La vencedora disfrutó de la cosecha de su primer oro mundialista en un estadio donde vivió uno de sus primeros sinsabores. Fue en los Juegos Olímpicos de 2008, cuando no logró superar las barrera de los 4.15, clasificando 26ta.

“Es un escenario muy lindo, donde se siente mucho el ánimo de la gente y el calor de la competencia te ayuda; pero tenía una espinita clavada desde entonces y me dije a mí misma que, esta vez, tenía que cambar la historia”, explicó.

En esta ocasión, la escena fue bien diferente y, tras confirmarse su nuevo reinado, la isleña se fundió en un  efusivo abrazo con Navas. “¡Lo lograste, muchacha! ¡Esa es la cosa!”, le soltó su entrenador, rendido, como el resto de Cuba, a la héroe indiscutible de tan mágica velada.

Rodríguez se despista, pero alcanza la final por Venezuela

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – “Me voy un poco molesta conmigo misma. Trabajé los Juegos Panamericanos pensando en este torneo. Quería hacer mi mejor marca personal y pasar a la final, pero no pudo ser. Ahora toca ponerse a trabajar y pensar en los Juegos de Río 2016”, comentó el miércoles la venezolana Rosa Rodríguez, la pena tatuada en el rostro, tras creerse eliminada de la final de lanzamiento de martillo en el Mundial de Atletismo de Beijing.

¿Alguna objeción antes de embarcar en el vuelo de vuelta a Venezuela?

¡Paren ese avión!

Resulta que la oriunda de San Miguel de Acarigua no había quedado fuera de la ronda decisiva al final de todo. Más bien lo contrario: se convirtió en solo la segunda atleta de su país en disputar una la final mundialista, ya que el anterior fue Eduar Villanueva, en Daegú 2011, compitiendo en los 1500 metros.

Rodríguez consiguió definitivamente la clasificación a la final del próximo jueves, aunque con algo de retraso y notable suspense. En el momento de abandonar la pista, la venezolana no confiaba en que su marca de 70.57 metros bastara para sellar el boleto. Pero faltaba por disputarse la eliminatoria del grupo B poco después, y apenas cuatro de sus participantes lograron desbancarla, con lo que acabó superando el corte de 12 en el 10mo lugar.

“En Moscú lancé sobre los 69 y aquí pensaba que podría estar sobre los 72, pero son cosas que pasan. Los nervios son inevitables. Hay que trabajarlos e intentar aprovechar ese exceso de adrenalina que existe en las competencias”, prosiguió la desconcertada Rodríguez tras su único lanzamiento exitoso, pues los dos siguientes resultaron nulos. “En el tercero sentí que iba para una buena marca. Intenté lanzar un tiro ganador, pero se me adelantó y lo estrellé contra la malla”, lamentó.

A la venezolana, que se inició como corredora, le traicionó quizás el ardor competitivo sobre el círculo de lanzamiento; y luego la frustración propia del deportista exigente consigo mismo en la zona reservada a los medios. Puede que su desencanto en el anterior mundial de Moscú, cuando se perdió la final por escaso margen, precipitara su pesimista lectura de lo acontecido. Pero la actual campeona de los Panamericanos tiene ahora una segunda oportunidad de validar su mejor registro de la temporada de 73.06, que de hecho hubiera igualado el tercero mejor de la ronda clasificatoria del miércoles.

A sus 29 años y con cuatro mundiales a cuestas incluido el presente, cuenta también una plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2010, un título en los pasados Sudamericanos, y vive (aunque puntualmente se despiste) su mejor momento deportivo, con boleto ya asegurado para los Juegos de Rio del próximo año.

“Ahora voy a trabajar la parte física y bajar de peso para aumentar la velocidad. Debo mejorar también mi técnica en el tercer y cuarto giro”, avanzó camino del vestuario.

No tan rápido. Antes de Río, de sus seis dobles sesiones de práctica semanales en Eslovenia, donde entrena, y de su vuelo para iniciar vacaciones en San Miguel de Acarigua, tiene una cita pendiente y de histórico valor: la primera final en martillo para Venezuela.

Pichardo duerme bien, salta mejor, y clasifica con holgura

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Pedro Pablo Pichardo se define dormilón, genera a su vez sueños de triunfo para Cuba, y algo de evocación onírica tuvo la contemplación de sus atléticos vuelos, con larga suspensión en el aire, que realizó el miércoles en el Mundial de Atletismo en Beijing.

“Estoy bien y listo para mañana. Hoy no me he `chispado’, como decimos en Cuba, pero mañana voy a estar mucho mejor”, aseguró Pichardo nada más acabar la tanda de clasificación en el triple salto y sellar sin problemas su boleto a la final que se disputará el jueves por la tarde, y en que pugnará por la medalla de oro con el estadounidense Christian Taylor.

Al cubano le valió un buen tercer salto, en que marcó la mejor distancia entre los competidores con un registro de 17.43 metros. Taylor quedó segundo con 17.28.

“Estuve tiempo sin saltar por los problemas que tuve en los gemelos y quizás me dio por relajarme demasiado al principio para no desgastarme mucho. Pero salió el resultado, que era el objetivo”, resumió el caribeño, quien espera ir de menos a más en el certamen. “En los Juegos Panamericanos no estuve a tope por la lesión y salté algo acobardado. Recuperar la confianza era fundamental y lo he conseguido”.

A tenor de lo visto en el Nido de Pájaro, el máximo favorito para el jueves es Pichardo, también porque ostenta la mejor marca mundial de la temporada con 18.08 metros saltados y la tercera mejor marca de todos los tiempos.

“No subestimo a mis rivales, pero no compito contra Taylor, sino contra mí mismo, por ganar yo”, subrayó el medallista de plata del mundial de Moscú 2013 y campeón de los recientes Juegos Panamericanos de Toronto.

 

“Está como una bala”, opinó su entrenador, Daniel Osorio, reafirmado en su alegre vaticinio de la previa. “Taylor siempre está allí, pero Pedro está listo para ponerle un buen sello a una temporada que ha sido excelente. Creo que tendrá un buen resultado”, aventuró.

La esperanza no es solo lograr un nuevo oro para Cuba, que ya celebró el martes el triunfo de Denia Caballero en lanzamiento de disco, sino seguir apretando por derribar el longevo récord del mundo de 18.29 metros que conserva el británico Jonathan Edwards desde 1995.

“En lo personal no me gusta mencionar el récord, porque sería mala suerte. Pero estoy acá para lograr el oro y una marca que no haya conseguido nadie aún en el triple. Creo que se puede lograr”, comentó Pichardo, quien disfrutó por televisión del triunfo de Caballero la jornada anterior. “Me motivó mucho. Ella es la que nos va a jalar a todos”, dijo.

El último oro de Cuba en el triple salto masculino se remonta a la victoria de Yoelbi Quesada en Atenas 1997. La isla cuenta otras tres medallas de plata en la modalidad, incluyendo la de Pichardo y un par de bronces de Alexis Copello y Aliecer Urrutia.

El joven de 22 años, que en su día valoró dedicarse al boxeo y gusta a la vez de practicar el fútbol, espera ahora cambiar la dinámica, ni que sea por los amuletos que luce suspendidos del cuello: una medallita con un águila, símbolo de vuelo alto y majestuoso, y otra con su ángel de la guarda. Aunque Pichardo también espera que el horario vespertino colaboré a mejorar su desempeño.

“Ayer no pude felicitar a Denia (Caballero) porqué estaba descansando en mi habitación y no la vi. La verdad es que dormí muy bien. Me alegro de que la final sea por la tarde, porque es muy incómodo para mi levantarme temprano”, sonrió el confiado finalista, con la esperanza de añadir pronto un nuevo colgante dorado a su poblado torso.

Rodríguez esquiva caída en carrera, pero no adiós en Mundial

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Déborah Rodríguez se dejó el alma sobre la pista del Nido de Pájaro en el Mundial de Atletismo de Beijing y se jugó también el físico el miércoles, durante la segunda mitad de la carrera de los 800 metros que cerró su participación en el certamen.

La atleta uruguaya, que pugnaba por colarse en el grupo de cabeza integrado por la alemana Fabienne Kohlmann, eventual ganadora de la serie preliminar, vio como Noélie Yarigo, de Benín, tropezaba con la estadounidense Alysyia Johnson Montano poco antes de encarar la curva final del trazado, resultando en la aparatosa caída de la segunda corredora, que casi arrastró a ambas al piso.

“Logré esquivarlas abriéndome hacia la derecha, pero perdí tiempo y ya luego me taparon y no pude avanzar posiciones. Fue una marrana, pero una se nutre de estas competiciones”, relató al término de la carrera una exhausta Rodríguez, quien pese a su no clasificación a la ronda semifinal se marchó satisfecha de su desempeño. “Estoy contenta y feliz. Siento que progresé mucho. Los 800 son una distancia nueva para mí y competí bien. Me queda trabajo por hacer, pero soy optimista”.

La deportista, que acabó registrando un crono de 2:02.46 minutos, bueno para el quinto lugar de su serie y 34to global, se despidió del mundial tras haber caído también en la semifinal de los 400 metros vallas, donde también compitió el lunes con tiempo de 56.30 en la ronda preliminar, el mejor de su carrera, y algo peor en la segunda carrera: 56.47.

“Estoy muy contenta de haber pasado a una semifinal del mundo a mis 22 años. Fue un año muy duro con muchas competencias, dos oros a nivel sudamericano, bronce en los Panamericanos… Sé que voy para más. Tengo mucho potencial. Soy una bendecida y hay que ser positiva. Estar dentro de las 20 mejores del mundo para mí es un orgullo, pero quiero más”, expresó entonces Rodríguez, quien venía de ganar la medalla de bronce en los recientes Juegos Panamericanos de Toronto, un logro que aumentó todavía más sus índices de popularidad en Uruguay.

La cara de la joven deportista, participante también en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, cuando mejoró su marca en los 400 vallas en más de un segundo, ya era sobradamente conocida en su país por el hecho de ser modelo y participar en numerosas campañas publicitarias. Además, su padre es Elio Rodríguez, un ex futbolista de cierto prestigio que llegó a jugar en la liga de Chile con Cobreloa y también Mandiyú de Corrientes, en Argentina. Hoy es director técnico en la segunda división profesional de Uruguay, y la mundialista no tiene reparos en reconocer que lo tiene muy presente a la hora de entregarse al cien por cien al atletismo.

“Soy la única nena, con dos hermanos, pero mis padres me dejaron marchar a Punta del Este a entrenar cuando apenas tenía 14 años. Estoy aquí por ellos, y eso siempre lo voy a valorar”, dijo Rodríguez, quien asimiló desde pequeña sus consejos de respeto personal y honestidad en el trabajo y hoy no duda de que obtendrá el boleto para participar en los Juegos Olímpicos de 2016, su próximo gran objetivo.

“En Suramérica no competimos a este nivel, con cámara de llamada y tanta gente, y a veces eso le apabulla un poco a uno y pierde el foco. Pero estoy segura de que voy a clasificar a Río. Soy muy chica, pero en el atletismo la edad no importa cuando entras en la pista”, zanjó, cansada pero intacta tras evitar morder el polvo en Beijing.

Caballero gana medalla de oro en lanzamiento de disco

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Denia Caballero es una atleta veloz, según su entrenador, Raúl Caldéron, en referencia a su pulida técnica en el lanzamiento de disco. Pero a tenor de lo visto el martes en el Mundial de Atletismo de Beijing, cuando la oriunda de Caibarién se impuso con autoridad en la final y ganó la primera medalla de oro para Cuba en seis años, esa rapidez aplica también a la hora de marcar territorio ante sus rivales directas.

“Estoy súperemocionada, muy contenta. Aliviada. Incluso demasiado aliviada”, dijo tras su exhibición Caballero, quien además de veloz puede considerarse desde ya campeona del mundo.

La gran Yarelis Barrios cosechó dos preseas de plata y otras dos de bronce a lo largo de su laureada carrera con el disco; pero nunca un oro mundialista, esquivó para Cuba desde que Yargelis Savigne ganara el triple salto en Berlín 2009.

“Yarelis era una gran atleta y me enseñó precisamente la importancia de dar primero en las competencias, de ser fuerte y aguerrida”, comentó Caballero, quien no se dejó intimidar por el grandioso escenario ni el peso de las expectativas. “Confío mucho en mí y no le tengo miedo a la presión por el hecho de que me pongan como favorita”.

Un lanzamiento tardó la joven de 25 años en dejar claro que la primera plaza del podio le pertenecía: en su primer intento, dejó el disco a 69.28 metros de distancia y, como había previsto Calderón, el registro ejerció de mazazo psicológico para el resto de competidoras, que se limitaron desde entonces a luchar por los dos restantes lugares del podio.

“Habíamos hablado de eso, de sacar la mejor marca en el primer lanzamiento, y me ha salido de maravilla. Aunque casi me caí y roce el nulo. Luego me dio migraña y me bajó mucha la tensión. Ya no pensaba en lanzar más lejos. Incluso valoré renunciar a alguna tanda para relajarme más, pero finalmente no lo hice”.

La croata Sandra Perkovic (67.39), campeona en Moscú 2013, se llevó la presea de plata, y la alemana Nadine Mueller (65.53) fue merecedora del bronce por delante de la también cubana Yaime Pérez.

Caballero inauguró el medallero para la isla, que vivió una noche histórica en el Nido de Pájaro. Pero la alegría pudo ser mayor de no haber quedado Pérez fuera del cajón en la última tanda de lanzamientos, pues llegó a ponerse tercera tras un quinto intento en que registró distancia de 65.46.

Pérez se presentaba al mundial tras conseguir la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto, donde fue derrotada en la final por Caballero.

“Yaime ha tenido un año muy bueno y es buena atleta, pero hoy entró un poco más presionada. Cuando se relajó logró su mejor tiro, pero no todo el mundo asimila las cosas igual”, opinó de su compañera Caballero, quien transmitió todo lo contrario a lo largo de la final, e incluso en sus prolegómenos. “Ayer dormí perfecto. De hecho me pasé el día durmiendo. No recuerdo ni qué soñé”, reconoció, aunque sí se acordó de dedicar el triunfo a sus padres, a Calderón, y al cuerpo médico del equipo cubano.

La caibarienense había alcanzado la cita con altas expectativas tras conseguir la mejor marca del año en 70.65 metros, una distancia que se le ha resistido al circuito a lo largo de la última década. Pero no le pesó la responsabilidad y dominó la escena en Beijing ya desde la ronda previa del lunes, cuando marcó una distancia de 65.15 metros. “Mi próxima meta es el oro en los Juegos Olímpicos de Río”, subrayó, sudorosa pero exultante, camino de la ceremonia de medallas.

Minutos antes, y en plena celebración, había encontrado un momento para consolar a Pérez, la compañera sin premio, y felicitar a las otras dos medallistas ante la atenta de mirada de los suyos en la grada. Entre ellos Calderón.

“Compite calmado para afuera, aunque por dentro esté nerviosa, y coordina muy bien los movimientos”, comentó quien en su día fuera también el técnico de Barrios, aliviado de haberse quitado de una vez la espinita que tenía clavada en su historial. “Ya me tocaba disfrutar un oro como entrenador”.

Una gesta, la de la nueva campeona, nada desdeñable para alguien que empezó a lanzar disco a los 15 años y casi por casualidad, después de probar como saltadora y en pruebas combinadas. “Tiraba rocas”, bromeó desde el Nido de Pájaro poco antes de dirigirse al podio para ver alzarse la bandera cubana y escuchar el himno nacional. Embolsado el oro mundialista, Caballero tiene ahora a tiro de piedra el olímpico en Río 2016.

Silva, cuando el mayor rival es uno mismo

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – “Saltar me gusta, pero lo que más me place es bailar, sobre todo reggaetón”, asegura Yarisley Silva. La oriunda de Pinar del Río probó incluso el ballet hasta que una profesora le dijo que estaba demasiado musculada, y hoy es una de las principales candidatas a medalla de oro por Cuba en el Mundial de Atletismo que se disputa en Beijing, donde el lunes clasificó a la final del salto con pértiga.

Con boleto sellado después de superar la barrera de los 4.55 metros de altura, Silva espera validar ahora las esperanzas depositadas sobre ella a razón de su excelente temporada, en que fue de menos a más hasta ostentar actualmente el mejor salto del circuito y tercer mejor de todos los tiempos: 4.91 metros.

Ya en su tercer mundial, cumplió las expectativas en su estreno en el estadio conocido como el Nido de Pájaro, pese un salto fallido en su primer intento de los 4.55, y estará presente en la final del miércoles.

“Me sentí un poco nerviosa y presionada, porque el arranque siempre es lo más difícil, y fallé uno de los saltos. Pero luego estuve mejor y logré salir de eso. Tras un error, la clave es concentrarme y convencerme a mí misma de que el próximo va a salir”, explica la atleta, quien se decantó en su día por la pértiga casi por casualidad. “Yo no sabía ni lo que era una garrocha (pértiga) cuando me lo propusieron. Me lo tomé al principio como una afición, pero luego me acabó enganchado porque era algo muy distinto. No había casi atletas y era costoso competir, pero fui constante y logré superar la escasez de medios”, recuerda.

A sus 28 años, el gran anhelo actual es ocupar el trono vacante de la rusa Yelena Isinbayeva , quien no acudió a Beijing para centrarse exclusivamente en los próximos Juegos Olímpicos de Río, tras su reciente maternidad.

Sin embargo, Silva deberá pugnar con la ganadora de la medalla de oro olímpica en Londres 2012, la estadounidense Jennifer Suhr, y otras aspirantes como la griega Nikoleta Kyriakopoulou, la brasileña Fabiana Murer o la rusa Anzhelika Sidorova.

“Llego como la primera del año, con confianza y seguridad en mí misma, y quiero la medalla de oro; pero  tampoco puedo decir que la vaya a conseguir, porque será muy difícil: están las mejores y el nivel es muy parejo”, analiza Silva, quien se llevó la presea de plata olímpica en Londres y se colgó bronce en el último mundial de Moscú, en 2013.

Le falta, pues, el oro, y espera conseguirlo en un estadio donde vivió uno de sus primeros sinsabores. Fue en los Juegos Olímpicos de 2008, cuando no logró superar las barrera de los 4.15, clasificando 26ta.

“A veces caes en un bache. Esto me ha pasado incontables veces, pero la grandeza no se mide por las veces que uno cae, sino por las que es capaz de superarse”, dice la cubana, quien ha trabajado con el tiempo la fortaleza mental para acompañar sus excepcionales aptitudes físicas. “La experiencia de los Juegos Panamericanos de Toronto (donde ganó estableciendo un nuevo récord para el certamen) me ha ido muy bien para ganar confianza de cara al mundial. Había tenido problemas psicológicos en la temporada que me impidieron progresar: problemas para subir el agarre, para hacer el despegue, muchas indecisiones… Pero gracias mi psicólogo, a mis técnicos y mis seres queridos logré superar esas deficiencias”.

La frase más repetida por su entrenador, Alexandre Navas, es “o héroe o mártir”, según revela Silva, aspirante a la primera condición en Beijing y, a su vez, exponente de su propio lema. “El mayor rival es uno mismo”, concluye, camino de la sala de pesas y con lo alto del podio mundialista como destino preferencial.

Pese a discreto pase, Pérez no descarta dar zarpazo en final

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Recién estrenada su participación en el Mundial de Atletismo que se celebra en Beijing, Yaime Pérez se personó el lunes ante los periodistas luciendo cara de circunstancias, pelo recogido y uñas pintadas con el rojo de la bandera cubana; salvo una, la del anular de su mano izquierda, tintada de brillante dorado.

“Lo elegí porque me gustó, pero si significa que este va ser el color de mi medalla, bienvenido sea”, bromeó la lanzadora de disco santiaguera tras clasificar a la final, que se disputará el martes.

Pérez pasó ronda con una discreta marca de 62.93 metros, buena para la tercera posición de su grupo y quinta global, que no la dejó del todo satisfecha. “Para nada. Acabé un poco desesperada, porque creo que no trabajé bien. Mantuve el brazo demasiado abajo y eso me perjudicó”, comentó sin atisbo de complacencia.

La caribeña de 24 años, que se inició en su modalidad a los 12 tras practicar pruebas combinadas y constatar que reunía las mejores condiciones para el lanzamiento de disco, anhela mejorar su clasificación del anterior mundial de Moscú en 2013, cuando finalizó 11ra, y seguir su franca progresión desde el 30mo lugar cosechado en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Exigente con su desempeño, la atleta se centró de inmediato en su próximo objetivo del actual certamen, la lucha por el podio, y trazó también horizontes más ambiciosos. “Me gustaría acabar entre las cuatro primeras del año, aunque no descarto nada”, expresó, antes de enumerar a sus rivales directas. “Estará complicado con (la croata) Sandra Perkovic, (las alemanas) Nadine Mueller y Julia Fischer, y mi compañera”.

La “compañera” de Pérez es la otra integrante de la delegación cubana, Denia Caballero, con quien aseguró mantener “una rivalidad sana, al menos por mi parte”; aunque también aclaró que ni son amigas ni entrenan juntas, al ser dirigidas por técnicos diferentes.

Caballero marcó el mejor registro de la primera ronda con 65.15 metros y figura entre las favoritas para llevarse el triunfo final con un portentoso lanzamiento de 70.65 en la temporada, una distancia casi ineludible para el circuito a lo largo de la última década. También derrotó en los recientes Juegos Panamericanos de Toronto a Pérez, quien debió conformarse con la medalla de plata al conseguir una marca de 64.99, notablemente mejor que la registrada el lunes.

Más allá de la relación con sus competidoras, Pérez tiene el firme propósito de no permitir que nada la descarrile de su misión, ni tan solo las múltiples atracciones turísticas que ofrece la capital de China. “Ya tendré tiempo de visitar la ciudad cuando acabe el mundial. Por ahora quiero centrarme al cien por cien en mi competencia. Mañana tendré que darlo todo”, aseveró, con el firme propósito de dar un buen zarpazo en Beijing.

Ibargüen vuelve a coronarse en triple salto

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Caterine Ibargüen pisó el Nido de Pájaro, contempló, sonrió, gritó, corrió, saltó, conquistó y finalmente celebró por todo lo alto una nueva medalla de oro para su brillante palmarés y que dedicó a toda Colombia.

La estelar atleta de Antoquía no tomó prisioneras al ganar el lunes la final del tripe salto en el Mundial de Atletismo de Beijing y revalidó así su corona en la modalidad; a la vez que dio a Colombia su primera medalla de oro en el certamen, y que también fue la primera presea para un país sudamericano en el medallero.

“¿La medalla? Está bien guardada”, comentó la radiante campeona al término de la rueda de prensa de las ganadoras, que atendió flanqueada por la israelí Hannah Knyazyeva-Minenko y la kazaja Olga Rypakova, respectivas merecedoras de la plata y el bronce.

Con un salto máximo de 14,90 metros conseguido en su cuarto intento, Ibargüen se impuso claramente Knyazyeva-Minenko (14,78) y Rypakova (14,77) y alargó de paso a 29 su total de eventos internacionales seguidos sin perder. “El objetivo era ganar primero y superar mi marca histórica (de 15.31) después. Lo segundo no lo conseguí, pero estoy contenta, muy feliz por la racha de victorias. Esta competencia merecía disfrutarla y dar el máximo. Era fundamental para mí vencer, y conseguí el objetivo marcado”.

La antioqueña, reciente oro en los Juegos Panamericanos de Toronto, no concede ninguna competencia del triple salto desde que tuviera que conformarse con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Entonces la campeona fue Rypakova, que en esta ocasión vio como Ibargüen tomó ventaja en el primer salto con una marca de 14.47 y ya no abandonó la condición de líder de la prueba, ampliando definitivamente su margen con su mejor vuelo de la noche en la penúltima tanda de seis.

En el mundial previo de Moscú 2013 también se había colgado la medalla de oro con un registro inferior de 14,85 metros; y fue precisamente en Beijing donde confirmó su dominio en la especialidad aérea, en el mismo estadio del Nido de Pájaro que le fue vetado en los Juegos Olímpicos de 2008.

Ibargüen no consiguió entonces la marca necesaria para clasificar, pero siete años después sí pudo disfrutar de un logro mayúsculo: su segundo campeonato consecutivo.

“No clasificar cambió mi historia deportiva. Le tenía ganas a Beijing y hoy lo conquisté. Tenía una espina clavada, pero ya pasó. Ahora toca mirar hacia adelante”, comentó tras su enorme exhibición física, que no escatimó energía en sus habituales despliegues gestuales y sonoros, con constantes gritos de ánimo en el arranque de cada uno de sus poderosos saltos.

“El secreto está en la sangre, en las ganas de ganar y el compromiso que tengo con el atletismo”, subrayó, marcando también en rojo su próximo gran objetivo, dentro de un año, cuando tendrá una nueva oportunidad de lograr la eludible medalla de oro olímpica en los Juegos de Río 2016. “Es mi meta, la cereza que le falta al pastel”, apuntilló.

En su quinta participación mundialista, la colombiana cosechó también su tercera presea, contando la de bronce en Daegú 2011. El nuevo metal la sitúa sin duda como la gran favorita para Río, una vez quedó encumbrada en Beijing al Olimpo del atletismo mundial junto a nombres tan admirados como el del campeón de los 100 metros, Usain Bolt.

“Tenía un gran sueño de añadir mi nombre entre los grandes del deporte y lo cumplí”, concluyó Ibargüen tras otro gran salto en su carrera y su emocionante paseo final, enfundada en la bandera colombiana, por la pista olímpica que tan dolorosamente se le resistió siete años atrás.