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Demasiados impedimentos para Belmonte en maratón

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Dailín Belmonte alcanzó el estadio del Nido de Pájaro el domingo sin aparente problema, a paso ligero, con cadencia natural y el rostro calmo. Pero nada más cruzar la meta tras la prueba del maratón en el Mundial de Atletismo, soltó una mueca delatora de su decepción.

Ya entre bastidores, una vez recorridos los 42.2 kilómetros de la prueba en dos horas, 56 minutos y 18 segundos, la atleta cubana verbalizó su pena por no haber podido mejorar su marca personal de 2:38:08, ni la 51ra posición final registrada.

“En los últimos tiempos tuve un déficit en los entrenamientos porque sufrí una lesión y tuve que reajustar mi preparación. Parece que no me pude recuperar totalmente. Hoy sufrí contracciones punzantes por el esfuerzo y llegué como pude”, resumió Belmonte de su particular calvario.

La pinareña, quien no logró acabar su anterior carrera en los pasados Juegos Panamericanos de Toronto, se topó finalmente con demasiados impedimentos para triunfar en Beijing; empezando por la condición de sus zapatillas y acabando por su propia ambición, que la traicionó en el momento más inoportuno.

“Quería hacer grandes cosas y me emocioné. Me sentía con el tiempo bien al principio, e intenté coger al grupo delantero, pero no voy a negar que fuí a un ritmo que no era el mío y la pagué al final. Empecé a tener dolores muy fuertes. Caminé y todo, pero lo único que me metí en la cabeza era llegar a la meta”, relató Belmonte. “Como ya no podía tener un buen resultado, me propuse acabar”.

Y, gracias a ese tesón, la isleña clasificó como la tercera latinoamericana tras la peruana Clara Canchanya (2:39:24) y la brasileña Roselaine Benites (2:49:28). Fue en esos instantes cruciales, en que el dolorido atleta se debate entre el abandono y el golpe de riñón, cuando desde afuera le llegó un grito de aliento definitorio.

“En el kilómetro 35 me iba a parar, pero entonces Richer (Pérez) me dijo que no podía, que debía seguir, que es muy lindo llegar a la meta, y que no importaba ni el lugar ni cómo. Seguí y, con el aliento de mis entrenadores, poco a poco fui pasando kilómetros, se me fue yendo el dolor y terminé con el corazón. Por Cuba”, explicó la corredora, especialista en la media maratón.

Terminó con tremendos dolores en la zona abdominal y también las plantas de los pies, dado el deteriorado estado de sus zapatillas. “Las tengo bien ajustadas a mi pie, pero parece que llevan ya demasiado tiempo en la carretera y el apoyo está gastado. Para media maratón están bien, pero creo que ya toca cambiarlas de cara a maratón larga”, remarcó, sin especiales lamentos por el clima caluroso de Beijing, pese las quejas expresadas sus colegas peruanos. “A los cubanos no nos pareció tan caluroso y nos aclimatamos bien. Hubo humedad, pero no sol. La carrera de los varones (el sábado 22, por la jornada inaugural) sí fue mucho peor”.

El médico del equipo nacional, Alfredo Portela, coincidió con la corredora en la necesidad de una regeneración de calzado. “Esas zapatillas que lleva no le van del todo bien, necesita unas nuevas. Hoy estuvo duro y llegó por orgullo. Solo hay que ver cuantas de sus compañeras abandonaron”, señaló.

Pese a la decepción, Belmonte ya vislumbra sus segunda participación en los Juegos Olímpicos, y valoró también el factor positivo de su participación en la carrera, que finalmente ganó la etíope Mare Dibaba (2:27:35), por delante de la keniana Helah Kiprop (2:27:36) y Eunice Jepkirui Kirwa (2:27:39), de Barein.

“Quería un mejor resultado, y creo que de no ser por los dolores hubiera hecho mi mejor papel. Pero al final me siento feliz por haber llegado a la meta y sacado la experiencia de cara al año que viene y los Juegos de Río”, concluyó.

Subintendente López vuelve a arrancar en el Mundial

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Policía de profesión aparte de marchador de élite, Luis Fernando López no está acostumbrado a que le den el alto; más bien suele ser él el encargado de dirigir el tráfico o parar en seco a los malos.

Pero la progresión del veterano corredor colombiano quedó frenada en los últimos años por frecuentes lesiones y descalificaciones en las competencias. Pese a ello, López se reencontró con las buenas sensaciones el sábado en el Mundial de Atletismo de Beijing, donde quedó en 20ma posición en la carrera de los 50 kilómetros marcha con un crono de 3 horas, 55 minutos y 43 segundos. Después del prolongado alto, el oriundo de Pasto arrancó de nuevo sobre un gran escenario internacional.

El registro marcó su mejor tiempo histórico, previamente de 4:00:55, aunque la posición ni se asoma al tercer lugar que logró en la distancia de los 20 kilómetros en Daegú 2011, cuando se convirtió en el primer colombiano en lograr una medalla en un mundial.

“He logrado bajar en cinco minutos mi marca y me voy feliz. Sobre todo porque mi hija lo debió estar viéndolo por televisión. De las tres carreras de 50 que he hecho, creo que siempre he ido bajando de cinco en cinco. Para llegar al 3:40 me faltaran tres carreras más, pero creo que va a ser imposible de aquí a los Juegos Olímpicos de Río”, bromeó.

La tendencia empezaba a ser preocupante para López, de 36 años de edad, pues ya en Londres 2012 fue descalificado cuando marchaba en el grupo de punta, y tampoco finalizó la prueba en el anterior mundial de Moscú 2013.

El colombiano es el primero en reconocer que debe mejorar de cara a la cita olímpica de 2016, al menos en lo referente a la distancia larga. “Tengo buenas competencias de cuarenta kilómetros, pero en los cincuenta no se termina hasta que se cruza la meta, y los últimos 10 me cuestan”, analizó. “Hoy la estrategia venía muy bien para mí, pero luego se me desvaneció la idea de cerrar tan fuerte como lo hacen los deportistas que buscan estar entre los puestos finalistas”.

Pero tras una larga temporada de sufrimientos, Beijing fue diferente en cuanto a buenas vibraciones, pues el nariñense fue el segundo latinoamericano en cruzar la meta tras el ecuatoriano Andrés Chocho, quien acabó octavo. El triunfo final fue para el eslovaco Matej Toth, que recorrió la distancia en 3:40:32.

“Hoy fueron mis mejores sensaciones. Por lo menos salí de las complicaciones. No hay lesiones ni molestias. Espero sentirme mejor para Río. Quiero demostrar que aún es posible una medalla”, comentó.

Criado en la frontera con Ecuador, López se inició en la marcha con 11 años “por una necedad de mi papá”, según admite con sorna. Luego alcanzó el grado de subintendente en la policía, estudió contaduría, y hoy cuenta los días para la anhelada cita olímpica.

“Hay que seguir luchando y confiando en que va a alcanzar el tiempo de aquí a Río. La medalla olímpica es la última que me falta. Ahora toca volver a casa y recuperarme. Seguiré con los juegos mundiales de policía en septiembre y apostaré de nuevo a que todo es posible”, concluyó.

Chocho se quitó la espina con octavo lugar en marcha

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Andrés Chocho lucía como siempre tranquilo y relajado, sin gota de sudor alguna que abrillantara su piel, ni soplo interrumpido en el habla. Como si no acabara de recorrer 50 kilómetros bajo el sofocante calor de Beijing, donde el viernes cerró su participación en el Mundial de Atletismo.

El fondista ecuatoriano de 31 años se despidió a lo grande, con un meritorio octavo puesto final y un crono de 3 horas y 46 minutos que quedó lejos del registrado por el eventual ganador, el eslovaco Matej Toth (3:40:32), pero significó un nuevo récord suramericano. Y después de haber competido también el pasado domingo en la prueba de 20 kilómetros, que no pudo acabar por una cuestionable descalificación.

“Me voy contento. Tenía una espina clavada después de aquello. Hoy cambiaron las cosas y me voy más tranquilo. Sé que pude pelear un poco más, pero me tuve que controlar un poco tras recibir dos amonestaciones para no arriesgar mí posición. Es un buen resultado. Ser finalista del mundo no es algo que se consiga todos los días”, explicó Chocho, quien finalmente se animó a competir en la prueba larga, con excelente resultado para los intereses ecuatorianos.

El azuayo, que llegó a Beijing arrastrando molestias en la espalda, reconoció que la segunda advertencia, recibida sobre el kilómetro 30 de la prueba, le descentró por momentos, como demostró el hecho de que llegó a pararse en plena carrera. “Lo del otro día me afectó psicológicamente y se me cruzaron los cables. No quería que me volvieran a descalificar, y a partir de allí me dediqué a conservar mi puesto”, remarcó el nuevo número uno continental, quien rebasó el anterior récord de 3:47:41 del colombiano James Rendón.

“Ha sido un año muy bueno en cuanto a resultados. He mejorado mis marcas y aquí demostramos, también en los 20 kilómetros, que estamos muy bien, incluso mejor de lo que esperábamos”, comentó Chocho, quien valoró positivamente su nuevo récord. “Habíamos trabajado para eso y estoy muy contento. No nos pudimos recuperar al completo de los 20 kilómetros en seis días. En Juegos Olímpicos serán ocho días de descanso. Entonces pueden ser un poco diferentes las cosas. Ahora toca mirar hacia adelante”, concluyó el corredor, ya pendiente de la lucha por las medallas en Río 2016, tanto en los 20 kilómetros como los 50.

Entrenado por su padre Luis, Chocho se llevó la medalla de oro en la prueba larga en los pasados Juegos Panamericanos celebrados en Toronto, pese a recibir también una doble amonestación por parte de los jueces al inicio de la carrera.

El guatemalteco Erick Barrondo, quien no acabó la prueba entonces y también volvió a ser descalificado en Beijing, arremetió contra los jueces, a quienes acusó de favorecer a los atletas chinos; pero Chocho evitó cualquier conato de victimismo.

“La marcha una prueba subjetiva. A veces nos toca a unos y otras, a otros. En mi caso tocara mejorar quizás la parte técnica. Creo que, si logramos corregir algunos errores, podremos conseguir  grandes cosas en Río”, aventuró Chocho, cuya mejor calificación en sus cuatro mundiales previos fue el 11er puesto registrado en Daegú 2011.

Iniciado en el deporte por mandato paterno, el azuayo practicó también el triatlón y el ciclismo en su día, aunque es en el contacto de la zapatilla sobre el duro y abrasador asfalto donde encontró finalmente su verdadera vocación.

El de Beijing fue un mundial casi redondo para el círculo íntimo de Chocho, quien vio cómo su novia, la brasileña Erica De Sena, acabó sexta el viernes en los 20 kilómetros. Y en la misma carrera fue 16ta su compatriota Paola Pérez, entrenada igualmente por Luis Chocho, y quien consiguió la mejor clasificación de la historia para su país en el apartado femenino.

Retirada la espina, el impoluto Chocho se despidió de Beijing oliendo a rosas por todos los frentes.

Barrondo, como Sísifo, repite descalificación en Beijing

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Otra vez volvió a pasar con Erick Barrondo. Como Sísifo en la mitología griega, cuando el rey de Éfira es castigado a cargar una pesada piedra hasta la cima de una montaña para que, apurando su objetivo, esta vuelva a rodar abajo. Y así, sucesivamente, toda la eternidad.

Empieza a asemejarse el mito heleno al guion deportivo del marchador guatemalteco, quien el sábado recurrió en una nueva y dolorosa descalificación en el Mundial de Atletismo en Beijing.

Barrondo, de 24 años, vio la tercera amonestación por parte de los jueces sobre el kilómetro 31 de la carrera de 50 kilómetros, y abandonó la competencia internacional por la puerta de atrás. Una vez más.

“El entrenador de los chinos es hermano del presidente mundial de la marcha y, mientras haya una familia manipulando intereses, los países latinoamericanos pequeños vamos a estar lejos de las medallas. Solo hay que ver como el domingo (en la carrera de los 20 kilómetros) descalificaron también a Andrés Chocho (de Ecuador)”, denunció Barrondo, quien también fue descalificado en el kilómetro cinco del pasado mundial de Moscú 2013 y tampoco logró acabar la carrera de los 20 kilómetros en los recientes Juegos Panamericanos de Toronto, cuando lo echaron a unos 200 metros de la meta, con la medalla de plata en juego.

“Ha sido un año muy malo para mí”, concedió el fondista, reincidente en su crítica de los jueces; aunque su coequipero, Jaime Quiyuch, quien acabó en 29no lugar en Beijing, le invitó a la reflexión tras su último episodio. “No entiendo. Se le han estado viniendo las descalificaciones de una en una. Creo que vamos a tener que trabajar más duro con él, porque no ha logrado acabar ninguna competencia internacional y tenemos que ver qué es lo que está pasando”, opinó Quiyuch.

Medallista de plata en los juegos de Londres 2012, Barrondo contrajo matrimonio tras la cita olímpica con otra caminadora de la delegación guatemalteca, Mirna Ortíz, que el viernes acabó 12da en la prueba de 20 kilómetros. La ceremonia fue en Rusia y, desde entonces, han participado en varios eventos internacionales conjuntamente.

Ambos procedentes de entornos humildes, ella de una colonia periférica de la capital del país centroamericano, él de San Cristóbal Alta Verapaz, poblado del interior del país, solo disponen de la calles abiertas al tránsito para entrenar en Guatemala, y se han habituado por necesidad a vivir alejados de su tierra natal, puliendo su caminata en el centro de alto rendimiento de Spala, en Polonia.

“Mi crítica de los jueces no es excusa. En la carrera de ayer de Mirna, todos los jueces les mostraron tarjetas a las dos punteras (las chinas Hong Liu y Xiuzhi Lu), y al final llegaron prácticamente limpias. En casi todas las competencias he buscado fotografías donde hay atletas que van con una técnica peor que la mía, con genuflexión y los pies en el aire; y sin embargo terminan por delante de mí”, expuso Barrondo, quien prometió que no cejará en su empeño por regalarle una nueva medalla a Guatemala, como hiciera en 2012.

“Mi país vive momentos críticos y quiero darle una alegría. En los Panamericanos la culpa fue mía, y es verdad que debo seguir puliendo mi técnica, aunque hoy fue totalmente diferente”, concluyó el corredor, que también fue descalificado en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz el pasado año, y había anticipado en Toronto que su revancha estaba a la vuelta de la esquina.

“Hay un campeonato del mundo en Beijing y vamos a demostrar que realmente sí podemos”, vaticinó el guatemalteco tras su enésimo adiós prematuro.

Y el sábado, repitió mensaje. “En la vida nada es imposible. Estoy a un año de los Juegos Olímpicos y seguro de que le voy a dar vuelta a la situación para pelear nuevamente por una medalla.

Palabra de Sísifo.

Chileno Díaz quedó fuera, pero no desanimado

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Carlos Díaz lo intentó en su primera semifinal del mundo de los 1500 metros, pero el corredor chileno en seguida se dio cuenta que la competencia no era la que está habituado a encontrarse en el circuito, y acabó despidiéndose del Mundial de Atletismo de Beijing el viernes.

“Con esta gente es muy difícil. Llegué a este campeonato pensando que tenía que hacer las cosas perfectas, pero solo tengo 22 años. Soy joven y creo que, cuando alcance mi plenitud, sí podré clasificar a una final”, dijo tras la carrera el optimista Díaz, mientras echaba un vistazo al monitor de televisión, donde sus colegas disputaban la otra semifinal. “Siempre hay algo que aprender de los demás, y más en un mundial”, comentó, tras analizar a fondo su propia cabalgada.

“La primera parte de la carrera fue bastante lenta. Después de los primeros 800 metros sabía que los favoritos iban a intentar un cambio de ritmo fuerte, y busqué ubicarme en la mejor posición delantera para que el ataque no me pillara desprevenido. Pero a partir de los 1200 se fueron, y no pude hacer nada”, relató.

Díaz, natural de la comuna de Pudahuel, en Santiago de Chile, completó la prueba en 3,47.48 segundos, empeorando su crono de 3,39.75 segundos de la preliminar en la jornada anterior, y terminó en el 24to puesto, el último del total de semifinalistas.

“Este era mi primer campeonato mundial y el objetivo era llegara a semifinales. Me hubiera gustado estar más adelante, pero me costó mucho recuperarme de la carrera de ayer, porque le puse todo para clasificar”, prosiguió, exigente con su desempeño, aunque no por ello negativo en la valoración de su participación. “Una semifinal es un buen resultado histórico para mi país, pero no puedo rebajarme al promedio chileno. Hay que ser autocrítico y medirme con los mejores, que son estos. Tengo muchos sueños y objetivos, aunque me falta rodaje al más alto nivel y voy a sacar mucho provecho de esta experiencia”.

El atleta de 22 años, que desde hace seis meses reside y entrena en Madrid, tampoco consiguió mejorar su marca de los recientes Juegos Panamericanos de Toronto, donde acabó cuarto con un tiempo de 3,42.09. O su mejor crono personal y de la temporada, de 3,37.86, que figura también como récord chileno.

Díaz había logrado el boleto a semifinales en la repesca por tiempos, y espera clasificar a los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde la marca mínima exigida es de 3,36.00. Para ello espera contar también con el apoyo de algún patrocinador que confíe en sus aptitudes; un prospecto mejorado tras la disputa de su primera final mundialista.

Al joven talento lo entrena su madre, la ex atleta Julia del Río, destacada fondista y maratoniana. Ambos dejaron su trabajo en el ejército para dedicarse a fondo a la carrera deportiva del hijo.

“En la ronda preliminar tuve mejor marca, pero con eso no basta. En los próximos Juegos debó empezar a buscar la clasificación directa. En Río tendré también a más gente apoyándome y sería bueno aprovecharlo”, concluyó Díaz, quien mantiene la mente fría pese a las numerosas felicitaciones recibidas y la mira puesta en un futuro con cotas más altas y mejores tiempos.

16ta Pérez logra mejor clasificación de Ecuador en mundiales

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJJING (AP) – Paola Pérez se inició en la marcha a los 11 años y, 14 después, se consagró como la mejor ecuatoriana de la historia en un Mundial de Atletismo, al acabar 16ta clasificada en la modalidad de los 20 kilómetros, disputada el viernes en Beijing.

En una jornada húmeda y calurosa, Pérez acabó la exigente carrera en 16ta posición general con un crono de 1 hora, 32 minutos y 12 segundos; lejos de la china Hong Liu, ganadora de la prueba con un tiempo de 1:27:45, pero bueno para firmar la mejor clasificación histórica de su país en el apartado femenino. Una distinción que pertenecía previamente  a la vallista Nancy Vallecilla, quien alcanzó las semifinales de los 100 metros vallas en Roma 1987.

“Muy contenta. He conseguido un puesto muy aceptable. He mejorado mi participación del mundial anterior y vamos a seguir trabajando para mejorar”, dijo Pérez, quien también fue la tercera latinoamericana en cruzar la meta tras la mexicana Alejandra Ortega y la guatemalteca Mirna Ortiz. “Afectó un poquito el calor. Las rivales estaban fuertes y la carrera fue difícil, pero el entrenamiento que hicimos nos fue muy bien y hemos conseguido este gran logro”.

A la oriunda de Cuenca de 25 años le sedujo la marcha desde que empezó a ver competencias por televisión junto a su padre. Y como el progenitor, acabó rendida al poderío físico y mental exhibido por una leyenda nacional con la que comparte apellido. “La caminata es una carrera muy técnica en su movimiento y muy bonita. De chica miraba mucho a Jefferson Pérez, y puede decirse que empecé a competir por él”, reveló sobre la influencia del campeón olímpico en su carrera deportiva. “Lo que menos me gusta de la marcha son las descalificaciones, que afectan mucho a la carrera, aunque hay que saber sobreponerse a ellas”.

Bajo la tutela del entrenador Luis Chocho en la popular escuela de marcha cuencana, la fondista se dedica plenamente a su disciplina, despertándose a diario a las seis y media de la mañana e iniciando su primera sesión de práctica a las ocho, antes de almorzar y volver a ejercitarse dos horas más por la tarde. Un total de 12 horas laborales”.

“Nos vamos muy contentos. Se han cumplido los objetivos pese al gran nivel de la competencia. Entrenamos duro para estar en esta ubicación y hoy compitió de atrás para adelante, haciendo una progresividad de intensidad que a la postre dio un gran resultado”, valoró Chocho, quien vislumbró a la vez un horizonte alentador para su pupila, una vez amarrado el boleto a los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Pese a su meritorio desempeño en Beijing, Pérez aún queda lejos de los logros de su célebre tocayo Jefferson, quien atesora las cuatro medallas de Ecuador en mundiales, más una presea de oro y otra de plata olímpicas. Pero, sin lanzar las campanas al vuelo, su entrenador subrayó la lectura optimista en base a su trayectoria. “Este 16to lugar avisora una previsión de futuro muy positiva. Paola tiene una gran resistencia física y mental. De cara a Río, trabajaremos un tanto más la técnica y repeticiones cortas para afinar y buscar una mayor la velocidad”, avanzó Chocho.

Pérez, al fin y al cabo, logró mejorar en Beijing la marca que le valió el bronce en los recientes Juegos Panamericanos de Toronto, y sigue en franco ascenso tras su 51er lugar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y 27mo en el pasado mundial de Moscú 2013.

Una trayectoria nada desdeñable para alguien que empezó viendo la marcha por televisión y hoy centra las miradas de Ecuador, deseoso de que siga los pasos de la mayor leyenda deportiva del país.

Ortega marcha de la estética de su madre a novena mundial

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Alejandra Ortega luce el pelo recogido en fino lazo tricolor tras acabar como novena clasificada la carrera de los 20 kilómetros marcha el viernes en el Mundial de Atletismo.

El ribete es un distintivo nacional más para la atleta mexicana, quien fue también la primera latinoamericana en cruzar la meta, y el único remanente de una infancia penada largas horas en la peluquería donde trabajaba su madre. Un desespero infantil que, casualmente, acabó empujándola al atletismo.

“Mis papás trabajaban ambos largo rato y nos llevaban con ellos al trabajo”, explica la mediana de cinco hermanos, criada en Delegación Cuauhtémoc de Distrito Federal. “Mi papá se dedica a transportes de carga, así que nos pasábamos mucho rato en la estética. Me acuerdo que las clientas nos paseaban con la carreola y también nos dormían sobre las sillas. Era muy aburrido, nunca nos gustó”.

Fue ese sopor, unido a la necesidad de mantenerse en forma y ocupada en horario laboral, lo que impulsó a Ortega a dedicarse a la marcha. Y el viernes recorrió un largo camino, literal y metafóricamente hablando, al clasificar como la primera latinoamericana en Beijing.

La mexicana, quien a sus 21 años es también la atleta más joven de su delegación, cruzó la meta con un tiempo de 1 hora, 31 minutos y 4 segundos; lejos de la ganadora china Hong Liu, pero bueno para su mejor registro personal, que anteriormente estaba marcado en 1:31:38.

“Me sentí muy bien y me marcho satisfecha, feliz porque fue mi mayor esfuerzo en esta prueba. Se la dedico a todo México. Fue una carrera dura, con mucha humedad. Cierro la temporada con mi mejor tiempo tras no poder entrar en competencias y fui de las más chicas entre las primeras, ya que la mayoría pasan de 25 años”, comenta tras haber superado una intervención quirúrgica en la rodilla izquierda en abril de 2014, la única lesión relevante de su carrera.

Completada su rehabilitación, reapareció en los 20 kilómetros del Challenge de Chichuahua y no dejó de caminar hasta validar en Beijing la confianza que en ella depositó la federación mexicana.

“Ha venido de menos a más tras su operación y hoy nos ha dado una grata sorpresa con la mejor competencia de su carrera en su primer mundial. Es el comienzo de una atleta que tiene todavía mucho futuro”, opina el presidente federativo Antonio Lozano, en ausencia de su entrenador personal, quien no pudo desplazarse a la capital de China por excedencia de cupo.

Fue el técnico Javier Rodríguez España quien le inició en la marcha tras probar el atletismo y el fútbol como aficiones juveniles. Seguidora de los Pumas de la UNAM, se entrena habitualmente en Distrito Federal y ahora disfruta de su exigente disciplina, que le permite a la vez viajar y conocer mundo. “Yo nunca soñé esto, ni que estaría junto a los mejores del planeta como Usain Bolt. Cuando los ves, primero te impacta, pero luego dices ‘soy igual que ellos, tengo dos piernas y dos brazos’. Sé que puedo lograr lo que me proponga”, expone Ortega, quien tuvo el privilegio de contemplar en directo el triunfo en los 200 metros del plusmarquista jamaiquino.

No gozó tanto en los reciente Juegos Panamericanos de Toronto, donde acabó octava con un crono superior en cuatro minutos al registrado en Beijing. “Me decía que esta iba a ser mi revancha y creo que lo fue. Ahora solo me falta experiencia y algo más de kilometraje de cara a los próximos Juegos Olímpicos”, concluye la defeña, desde ya gran esperanza tricolor para seguir caminando duro en Río 2016.

Peruana García marchó hasta que no pudo más

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Hasta que tuvo fuerzas aguantó Kimberly García sobre el abrasador asfalto de Beijing.

La corredora peruana resistió el calor, la humedad, la alta polución del aire en la capital china y la dura competencia en la carrera de 20 kilómetros marcha del Mundial de Atletismo el viernes, pero finalmente cedió a un dolor en la rodilla derecha que calificó de “insoportable”, y acabó abandonando el circuito a media prueba.

“Ha sido bien difícil. No pude terminar por un dolor de la rodilla que estuvo fastidiándome desde el kilómetro cinco. No podía andar, era un dolor insoportable”, explicó, cariacontecida, la oriunda de Huancayo. “Creía que estaba bien, que el dolor no era tan fuerte, pero se intensificó conforme avanzó la carrera y, al ritmo que iba, ya tuve que abandonar, lastimosamente. Ahora no puedo caminar”, indicó.

García había empezado bien la carrera, que finalmente ganó la china Li Hong con un tiempo de 1 hora, 27 minutos y 45 segundos. De hecho, la atleta que entrena el cubano Pedro Cañizares llegó a colarse momentáneamente en el grupo perseguidor de las dos fondistas locales, Hong y su compatriota Lu Xiuzhi, quien se llevó la medalla de plata apenas un paso por detrás de la ganadora.

Haber acabado la carrera sobre esos parámetros hubiera colmado las aspiraciones de Pérez en el actual certamen, que afrontó con cierta desventaja tras detectar las primeras molestias la semana anterior. “Ya era demasiado tarde para no participar. Quería finalizar entre las diez mejores y bajarle a mi mejor marca (1:29:44), pero no se pudo”, lamentó la joven atleta de 21 años, quien clasificó quinta en los pasados Juegos Panamericanos en Toronto y ostentó también el récord de Suramérica hasta esta temporada, cuando la brasileña Erica de Sena estableció una nueva marca de 1:29:27.

“Quiero recuperar el récord, pero ahora voy a descansar y ver lo que tengo en la rodilla para ir al cien por cien en las Olimpiadas, que es mi principal objetivo”, concluyó Pérez, quien tiene previsto volver a entrenar en Huancayo y sigue siendo la gran esperanza en marcha de su país para los Juegos de Río 2016.

Cubano Pichardo gana la plata en triple salto

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Pese a sus numeroso amuletos y buenas sensaciones camino de a la competencia, Pablo Pichardo no logró hacer valer el jueves su condición de ligero favorito en una reñida final contra el estadounidense Christian Taylor, pero amarró la medalla de plata del triple salto en el Mundial de Atletismo.

Al santiaguero le valió un buen último salto, en que marcó la segunda mejor distancia entre los competidores con un registro de 17,73 metros. Pero Taylor, su máximo rival, quedó campeón tras establecer el segundo mejor vuelo de todos los tiempos en su intento anterior: 18,21.

“La plata sabe buena. Es una medalla importante para mí. No estoy satisfecho por la marca personal, pero sí por la medalla”, valoró al término de la competencia Pichardo, envuelto en la bandera cubana.

Al final, Taylor, actual monarca olímpico, voló más que nadie sobre el Nido de Pájaro. “Hoy era su día y saltó muy bien en el último intento. Ya tenía una marca buena antes de venir aquí, y normalmente la gente mejora en un mundial”, reconoció el cubano, quien también se mostró crítico con su actuación. “Fui yo quien estuve muy mal. No salté como siempre he saltado y pasó lo que pasó”.

El portugués Nelson Evora se contentó con la medalla de bronce al registrar 17,52 en su último salto, suficiente para desbancar al también estadounidense Omar Craddock (17,37).

La de Pichardo fue la tercera medalla del torneo para Cuba, que cuenta también dos oros, pues ya celebró el martes el triunfo de Denia Caballero en lanzamiento de disco y, el miércoles, la emocionante victoria de Yarisley Silva en salto con pértiga. Pero el oro que más se daba por descontado era el del triple saltador.

“No tenía presión por eso. Estaba enfocado y concentrado. Lo que me provocó tensión fue al empezar a saltar, cuando constaté que no estaba haciéndolo bien. Le echaba ganas, pero no tenía de donde sacar” aseguró el actual subcampeón mundial.

“Está como una bala”, había avisado su entrenador, Daniel Osorio, en la previa, alimentando también el murmuro de que podría caer el longevo récord del mundo de 18,29 metros que todavía conserva el británico Jonathan Edwards desde 1995.

Pichardo lo intentó hasta el final, pero al final fue Taylor quien quedó a ocho centímetros de la mítica marca.

“Su último salto fue una motivación. Como buen saltador que soy salí a buscarlo, a ver si podía acercarme o pasar su marca, pero no estaba saliendo rápido y me quedaba en los apoyos”, explicó el isleño.

Pichardo ya no ostenta la mejor marca mundial de la temporada con 18,08 metros y, pese a encandilar por momentos a sus seguidores con su gran zancada y poderoso vuelo, se fue con regusto agridulce del Nido de Pájaro.

“En general hemos trabajado bien esta competencia. Me sentía bien en el calentamiento, pero luego daba el brinco y me quedaba atrás, no terminaba bien los empujes, no aguanté los péndulos… todos esos detalles técnicos que no pueden faltar en un día como hoy, pero que faltaron”, analizó el medallista de plata del mundial de Moscú 2013 y también campeón de los recientes Juegos Panamericanos de Toronto.

El último oro de Cuba en el triple salto masculino se remonta a la victoria de Yoelbi Quesada en Atenas 1997. La isla cuenta otras cuatro medallas de plata en la modalidad, incluyendo las dos de Pichardo y un par de bronces de Alexis Copello y Aliecer Urrutia.

“Creo que podré recuperar mi marca. El día 11 de septiembre compito de nuevo en Bruselas en la Liga del Diamante. Queda trabajar y seguir para adelante” zanjó Pichardo, acompañado del chango de peluche que habitualmente cuelga de su mochila y sus estimados amuletos, aunque aparentemente consciente de que necesitará algo más que suerte la próxima vez para destronar a Taylor.

Ortega, de defensor central a centrar miradas en Beijing

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Mauricio Ortega probó en su día con el fútbol y jugó de defensor central. Por su corpulenta figura y rostro amable, cuesta imaginarlo intimidando a rivales más livianos y rápidos con un balón de por medio. Y, confiesa, tampoco se habituó del todo a competir en equipo, o a que hinchas rivales intentaran agredirle con piedras por el simple color de su camiseta.

Quizás por ello el colombiano se acabó inclinando por una modalidad individual y menos accidentada como el lanzamiento de disco, y que el jueves le dio su mayor satisfacción deportiva: la clasificación a la final del Mundial de Atletismo en Beijing.

“Se siente lo mejor saber que eres uno de los mejores del mundo en tu especialidad. Una emoción gigante después de un largo camino recorrido gracias al apoyo de todos, especialmente mi madre”, dijo el oriundo de Apartadó, Antioquia, exhibiendo brillante aparato dental en su amplia sonrisa y luciendo trenzas bajo cantona cachucha ubicada del revés. “El objetivo ahora es pasar también a la final en los Juegos Olímpicos de Río 2016”, avanzó.

Tras un tiro nulo en su segundo intento, Ortega pasó el corte con una marca de 62,54 en su tercer lanzamiento, lejos de la que logró el jamaicano Fedrick Dacres, primer clasificado con 65,77; pero buena para amarrar el 11er puesto y el penúltimo boleto a la final del sábado. En su correspondiente grupo B, se erigió como el cuarto mejor lanzador.

Su participación en los recientes Juegos Panamericanos de Toronto, en que acabó con la séptima mejor marca, no hacia augurar grandes cosas en Beijing, pero el colombiano de 21 años centró las miradas en la sesión matutina del Nido de Pájaro y ahora tendrá la posibilidad de luchar por una medalla como la que ganó el lunes su compatriota Caterine Ibargüen en salto triple femenino.

“Caterine es la súper mujer maravilla. Una excelente compañera y gran consejera. Siempre me dice que tengo mucho para dar y que hay palo para rato”, explicó Ortega, quien tampoco perdió ocasión de agradecer el apoyo de sus técnicos y la gente de su barrio en Pueblo Nuevo.

Aunque cuenta con mínimas opciones de subirse al podio, el entrenado por Armin Luna registra su mejor marca personal en 64,47, que el jueves le hubiera valido el cuarto lugar en la calificación. “Los sueños no llegan solos. Hay que trabajar por ellos, y a eso vamos”, expresó. “Lo que más me gusta de mi disciplina es que ha roto muchos estereotipos. Siempre se pensó que para estar entre los mejores un lanzador tenía que medir más de dos metros, y ya se demostró que no hay que ser un mercenario, por llamarlo así. Todo está en tu corazón y en tus ganas”.

Con apenas 21 años, su primera participación mundialista puede considerarse ya todo un éxito, aunque Ortega no piensa dejar de lado por ahora sus estudios para profesor de educación física. “Me gustaría montar una escuela en el futuro donde los niños puedan apartarse de las malas influencias y dedicarse al atletismo”, reveló el fallido futbolista, actual proyecto de atleta olímpico.

Confirmado definitivamente entre los mejores del mundo, cuesta imaginarle hoy como blanco de pedradas por parte de sus paisanos antioqueños.