Ortega, de defensor central a centrar miradas en Beijing

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BEIJING (AP) – Mauricio Ortega probó en su día con el fútbol y jugó de defensor central. Por su corpulenta figura y rostro amable, cuesta imaginarlo intimidando a rivales más livianos y rápidos con un balón de por medio. Y, confiesa, tampoco se habituó del todo a competir en equipo, o a que hinchas rivales intentaran agredirle con piedras por el simple color de su camiseta.

Quizás por ello el colombiano se acabó inclinando por una modalidad individual y menos accidentada como el lanzamiento de disco, y que el jueves le dio su mayor satisfacción deportiva: la clasificación a la final del Mundial de Atletismo en Beijing.

“Se siente lo mejor saber que eres uno de los mejores del mundo en tu especialidad. Una emoción gigante después de un largo camino recorrido gracias al apoyo de todos, especialmente mi madre”, dijo el oriundo de Apartadó, Antioquia, exhibiendo brillante aparato dental en su amplia sonrisa y luciendo trenzas bajo cantona cachucha ubicada del revés. “El objetivo ahora es pasar también a la final en los Juegos Olímpicos de Río 2016”, avanzó.

Tras un tiro nulo en su segundo intento, Ortega pasó el corte con una marca de 62,54 en su tercer lanzamiento, lejos de la que logró el jamaicano Fedrick Dacres, primer clasificado con 65,77; pero buena para amarrar el 11er puesto y el penúltimo boleto a la final del sábado. En su correspondiente grupo B, se erigió como el cuarto mejor lanzador.

Su participación en los recientes Juegos Panamericanos de Toronto, en que acabó con la séptima mejor marca, no hacia augurar grandes cosas en Beijing, pero el colombiano de 21 años centró las miradas en la sesión matutina del Nido de Pájaro y ahora tendrá la posibilidad de luchar por una medalla como la que ganó el lunes su compatriota Caterine Ibargüen en salto triple femenino.

“Caterine es la súper mujer maravilla. Una excelente compañera y gran consejera. Siempre me dice que tengo mucho para dar y que hay palo para rato”, explicó Ortega, quien tampoco perdió ocasión de agradecer el apoyo de sus técnicos y la gente de su barrio en Pueblo Nuevo.

Aunque cuenta con mínimas opciones de subirse al podio, el entrenado por Armin Luna registra su mejor marca personal en 64,47, que el jueves le hubiera valido el cuarto lugar en la calificación. “Los sueños no llegan solos. Hay que trabajar por ellos, y a eso vamos”, expresó. “Lo que más me gusta de mi disciplina es que ha roto muchos estereotipos. Siempre se pensó que para estar entre los mejores un lanzador tenía que medir más de dos metros, y ya se demostró que no hay que ser un mercenario, por llamarlo así. Todo está en tu corazón y en tus ganas”.

Con apenas 21 años, su primera participación mundialista puede considerarse ya todo un éxito, aunque Ortega no piensa dejar de lado por ahora sus estudios para profesor de educación física. “Me gustaría montar una escuela en el futuro donde los niños puedan apartarse de las malas influencias y dedicarse al atletismo”, reveló el fallido futbolista, actual proyecto de atleta olímpico.

Confirmado definitivamente entre los mejores del mundo, cuesta imaginarle hoy como blanco de pedradas por parte de sus paisanos antioqueños.

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