{Banda Sonora: Me cago en el amor – Tonino Carotone}
Por ALEX OLLER
BARCELONA, España – La etapa más larga de la Vuelta no lo fue tanto porque los 148 ciclistas que tomaron la salida en Mos dieron pedales como si no hubiera un mañana y el más lento llegó a Puebla de Sanabria apenas seis horas y 37 minutos después. Las grandes rondas suelen deparar más de una sorpresa en sus trazados y, de la misma manera que hay magnas jornadas sobre el papel que acaban decepcionando al personal, otras, declaradas anticipadamente de transición, se revelan más peliagudas de lo esperado. Al menos eso apunta en la retransmisión Perico Delgado, que de esto sabe bastante más que nosotros.
No todo es lo que parece, según desde donde se mire; un poco como los cortellos o curros dos lobos que salpican los montes gallegos, donde los pastores transformados en cazadores colocaban antiguamente un cebo en el centro de un empedrado circular para atraer y encerrar en él a los depredadores antes de reducirlos como fuese menester. La efectividad de la trampa, ideada antes que circularan las armas de fuego, radicaba en su ubicación a media ladera y el efecto visual engañoso que la pared a nivel de terreno producía en el cánido; y era utilizada como un elemento de defensa más que como instrumento de exterminio, nos informan.
No da tregua la prensa con lluvia de datos procedentes de Estados Unidos, donde la madrugada del martes parecía que Joe Biden iba a arrasar en las elecciones presidenciales, horas después se vislumbraba el horror de una nueva campanada de Donald Trump y, conforme avanzan las horas, vuelve a adivinarse la victoria del candidato demócrata, aunque ajustada y pendiente del conteo de votos llegados por correo; para algunos ilícitos, por lo visto. Pero no todo es cuestión de percepción en este mundo, por mucho que ciertos desubicados se empeñen en ir a contramano.
El viento en contra sopla fuerte para el pelotón y este se calienta acelerando el ritmo rumbo a tierras zamoranas, buscando el refugio de las carreteras estrechas y arboladas, aislándose de las gotas que caen de los nubarrones con chaquetas impermeables y pensamientos aventureros. “Lo peor para los ciclistas es el viento. Gastas fuerzas inútiles y te entra sensación de impotencia. Van muertecitos”, remarca Perico. ¿Qué no curará una victoria?
Un buen chocolate con churros nos iría bien a todos en estos tiempos achuchados, más para unos que otros. Remedios simples para problemas grandes, como los que ofrecían los mecánicos Alberto Bruccoleri y Alberto Monasterolo en el documental Contromano que proyectó hace unos años el Rueda Film Festival en Barcelona. La película, toda una pequeña joya de Steffano Gabbiani, desgranaba la labor social de los propietarios de dos talleres de bicicletas en la industrializada Turín, donde tiene su sede la Fiat, y exponía, de paso, sus respectivas filosofías de vida, instintivamente perspicaz la del primero, más metódica y analítica la del segundo, refrescantes, generosas y esclarecedoras ambas. “Manos sucias, perfume de dignidad”, decía Bruccoleri, el más locuaz de la pareja.
La otra dupla, que forman Perico y Carlos De Andrés en Televisión Española, loa el esfuerzo de los ciclistas, y el ex campeón explica cómo estos estrujan sus chopados guantes contra el manillar para enjuagarlos, calentar sus palmas y recobrar sensaciones. Hoy se siente mejor que nadie el italiano Mattia Cattaneo, quien se lanza a pelo a por la etapa a 30 kilómetros de la meta y, por momentos, parece que se llevará el cebo. Pero el grupo, donde apenas avistamos al maillot rojo, el racional Primoz Roglic, ni al segundo clasificado, el más impulsivo Richard Carapaz, recupera terreno sobre el lobo solitario, al que acorrala a falta de cuatro kilómetros para el sprint. No llega en cabeza esta vez Sam Bennett y se impone finalmente en la recta Jasper Philipsen tras el sinsabor de la cuarta etapa, cuando le ganó por velocidad el irlandés. Le acompañan en el podio dos alemanes, Pascal Ackermann y Jannik Steimle
El vencedor de la Vuelta deberá esperar al menos una jornada más para definirse. Aunque, a este ritmo, es muy probable que se anuncie antes que el próximo presidente estadounidense. Es lo que tiene el deporte: los tiempos son los tiempos y el reglamento es el reglamento. La política, estos días, parece moverse por otros derroteros. Contra los que se empeñan en ir a contramano, recetamos Contromano, y más concretamente píldoras de sabiduría como esta otra de Bruccoleri: “Si todos usáramos la bici de un modo un poco más justo, el mundo sería mejor”, zanja el mecánico.
Ni percepciones, ni leches.