Carl Lewis, el ‘Hijo del Viento’ vuelve a soplar con fuerza en Panamericanos

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2019 por AGENCE FRANCE-PRESSE]

Por ALEX OLLER

LIMA, Perú (AFP) – Los Panamericanos ya no son lo que eran, opinan algunos.

Tampoco Carl Lewis es el que era en 1987, cuando participó en sus últimos Juegos continentales.

El apodado ‘Hijo del Viento’ luce panza y ya no salta 8.75 metros de largo, como hizo entonces en Indianápolis; ni mucho menos corre los 100 metros en 9.86 segundos, con los que registró su primer récord mundial en 1991.

De hecho, como buena vedette, llega con 20 minutos de retraso al acto programado.

Pero Lewis sigue emanando esa aura de superestrella este lunes, cuando aparece por la puerta lateral de la sala de prensa del Centro de Convenciones de Lima, donde se cita con un nutrido grupo de periodistas, a pocas horas del inicio de las pruebas de atletismo en el certamen.

“Ya no corro”, dice, enfundado en polo atlético de la universidad de Houston, la cabeza rapada al cero e impoluta aún la magnética sonrisa que encandilaba tanto a público como patrocinadores a finales del siglo pasado.

Con nueve medallas de oro olímpicas y una de plata, además de ocho títulos como campeón mundial, el ex plusmarquista de los 100 metros y el salto largo demuestra no haber perdido ‘punch’ desde la marca de salida.

Preguntado de entrada sobre la desigualdad de género en cuanto a compensación económica para las atletas, el  que en su época fuera considerado rey de la velocidad tarda bien poco en arremeter contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Tenemos un presidente que es racista y misógino, que no fomenta el amor en el mundo porque no quiere a nadie más que a sí mismo”, dice Lewis, también reconocido referente en la lucha por los derechos sociales.

“Está claro que apoyo la igualdad de género. Ni deberíamos estar discutiéndolo. Mi madre fue una pionera en atletismo, mis padres fueron docentes y me enseñaron que hay que luchar por los derechos de las personas. Que todos tengan las mismas oportunidades. Hay que crear un ambiente de igualdad y amor y tenemos un gran reto por delante”, aseveró el actual entrenador asistente los Cougars, que permanecerá en Lima hasta el domingo, cuando acaben las pruebas de atletismo, y entregará las medallas de los 100 metros y salto de longitud.

Invitado de lujo por parte de los organizadores, la presencia de Lewis compensa solo en parte la ausencia del velocista Justin Gatlin, originalmente llamado a ser uno de los grandes reclamos de Lima-2019, pero quien se bajó a última hora del cartel.

Le acompaña en esta ocasión Leroy Burrell, con quien libró eléctricos duelos sobre el tartán en los 90. Hoy comparten despacho en la universidad de Houston, donde el primero ejerce de entrenador principal del departamento de atletismo.

“A veces nuestros atletas se olvidan de los Panamericanos porque vienen los Mundiales, pero luego ven lo grandes que son y se sorprenden”, explica Burrell, mientras el propio Lewis destaca que su primer gran reto deportivo fueron los Juegos de Puerto Rico de 1979.

“Cumplí 18 años en San Juan”, recuerda. “Mi madre compitió en los primeros en Argentina y vi cómo le afectó. Fue una gran experiencia. Si no fuera por eso, no hubiera hecho atletismo”.

El estadounidense también participó en la justa de Indianápolis, donde acaparó los focos junto a su compatriota Jackie Joyner-Kersee, campeona del salto largo, y el cubano Javier Sotomayor, quien se impuso en el de altura.

Lewis sumó dos triunfos entonces, en los relevos 4×100 con el equipo estadounidense y el salto largo, aunque no participó de la prueba reina de los 100 metros.

32 años después, en rol de embajador y por primera vez en Lima, el ‘Hijo del Viento’ vuelve a soplar con fuerza en los Panamericanos.

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