Un día sin Mundial

{Banda sonora: Por una cabeza – Carlos Gardel}

Por ALEX OLLER

Acabada la fase de grupos, al Mundial le da ahora por tomarse un día de descanso; se supone que para recuperar el aliento a nivel planetario o acomodar compromisos varios como bodas, bautizos y comuniones.

Quizás sea una buena ocasión para retomar ciertos hábitos, o entregarse a fondo a discusiones de pareja como ésta, leer los clásicos, escuchar tangos, hacer recados, pasear o qué se yo…

A servidor, por muy amante del balón que sea, le sobra el fútbol gran parte del año. Me refiero a ese fútbol que no para entre semana, que superpone partidos como si fueran tortillas de fábrica, uno encima del otro, sin mayor sentido que el de la producción masiva para un público demasiado aborregado como para levantarse del sofá y ejercer de verdadero hincha en el estadio. Fútbol a todas horas. Fútbol de servicio a domicilio. Fútbol de microondas…

¿Pero el Mundial?

El Mundial es otra cosa, papá…

Sí, ya sé. También es un producto comercial. Puede que el producto comercial. Pero es eso y mucho más.

El Mundial es un mosaico de banderas, culturas y etnias supuestamente regidas por un único reglamento sobre la cancha; así como de experiencias vitales compartidas en tiempo real desde los rincones más dispares de nuestra geografía, gracias a la evolución tecnológica.

“De alguna manera nos tendremos que entretener hoy”, asiente Mónica, la costurera.

Un viernes sin Mundial amanece lluvioso y gris en Montevideo, aunque la perspectiva de que Uruguay pueda clasificar a cuartos de final el sábado, cuando enfrente a Portugal, es motivo suficiente para que el vecindario se levante de la cama con una misión prioritaria: preparar el asado del día siguiente.

El partido, programado para las tres de la tarde, invita a la parrilla y cierta esperanza entre los locales, siempre prudentes, pero que ven como la celeste va dando pasitos en el torneo y, poco a poco, se atreven a aligerar su discurso pesimista de los días previos: que si el arquero no es fiable, que si el mediocampo no da, que si el técnico no sabe…

Un viernes sin Mundial invita, en cualquier caso, a revisar la penca de la oficina, o  las predicciones de la jornada inaugural.

A ello voy, pues…

-Selección que parte como mayor favorita: Alemania

Obvio. ¿Qué más da que haya caído ya en la maldición del campeón?

Esta ni la cuento.

-Jugador más destacado: Marcus Rashford, Inglaterra.

Un partido como titular, ya sin nada en juego ante Bélgica, y dos claras ocasiones falladas. En la línea de mi apuesta por Zlatan Ibrahimovic como goleador de Alemania 2006. Me ahorraré la estadística.

Agua.

-Partido más atractivo de la fase de grupos: Bélgica-Inglaterra.

Lo dicho: fue un amistoso, que los Diablos Rojos ganaron por la mínima.

Cero de dos.

-Selección sorpresa del torneo: Marruecos.

La primera eliminada de Rusia 2018. Perdió con Irán y acabó última de grupo.

Strike tres.

-Mejor selección latinoamericana: Uruguay.

Por ahora, sin duda: balance perfecto y campeona de grupo.

Hay vida.

-Equipo decepción: Colombia

Apuntaba maneras, pero la victoria ante Senegal clasificó como primeros a los cafeteros.

Casi.

-Campeón: Uruguay.

Aún queda un trecho, con Portugal en el camino y quizás Argentina más adelante. La teoría es que los charrúas irán de menos a más, pero quien se frota seguro las manos es Gatorade, pensando ya en el posible cruce Leo Messi-Luis Suárez que aderece su popular campaña publicitaria.

Complicado.

Casi tanto como un día sin Mundial.

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