Inundado el pabellón, emergió el De Cecco voleibolista

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2016 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

RIO DE JANEIRO (AP) – Con 28 años recién cumplidos, Luciano de Cecco transmite seguridad, carisma y energía positiva a dos días del debut de Argentina contra Irán en el en torneo de voleibol de los Juegos Olímpicos.

Las cualidades son dignas de un capitán de la selección suramericana, y en el caso de De Cecco parecen ser innatas, pues le permitieron en su día sortear con encomiable actitud la peor catástrofe natural en azotar su ciudad natal de Santa Fe.

“En 2003 sufrimos una inundación muy grave y el pabellón donde jugaba a basquetbol con el equipo de Gimnasia y Esgrima quedó inservible”, relató el viernes De Cecco desde el centro de entrenamiento del combinado albiceleste en Río. “Con la federación no acabamos de encontrar una solución para cambiar de equipo, y empecé a jugar al voleibol con los amigos, por pasar el rato. Poco a poco fui aficionándome, y al final quedamos en formar un equipo”.

De aquellas trágicas inundaciones emergió pues el primer club de voleibol de Santa Fe, igualmente bajo el paraguas de Gimnasia y Esgrima y con De Cecco como co-fundador. También surgió un proyecto de jugador, que eventualmente progresó hasta ingresar en la selección argentina en edad juvenil y que, ahora ya en sus segundos Juegos Olímpicos en Río, ejerce de inconfundible capitán.

“Lo conocí cuando jugaba en las selecciones inferiores. Es un armador de unas características magnificas, con uno dedos muy buenos, en el argot que usamos en el voleibol”, explica el entrenador asistente, Hernán Ferraro. “Tiene una personalidad importante que hace que sea el capitán y un gran líder dentro del grupo. Es un muy buen compañero, que ayuda siempre a los más jóvenes”.

Con muchos chicos del interior del país, procedentes de la rica cantera de la provincia de San Juan, De Cecco no pierde ocasión de tender la mano e invitarlos a comer a su casa en Buenos Aires, donde suele entrenar la selección albiceleste, para suavizar así su adaptación al nuevo entorno personal y profesional, no exento de presión y exigencia.

“Otra de las historias es que huyó al voleibol para no tener a su padre de entrenador”, cuenta medio en serio, medio en broma, Ferraro.

Y es que, desde los cuatro años a los 15, esos dedos de De Cecco  acariciaron con destreza el balón naranja de basquetbol como base-escolta, en parte gracias a las instrucciones de su padre, quien sigue ejerciendo de técnico. El dicho “de tal palo tal astilla” no aplicó en este caso en el deporte elegido, aunque según Ferraro, aún existe la posibilidad de que De Cecco siga los pasos de su progenitor en cuanto a rol deportivo.

“Es un chico muy entrenador, muy responsable, que escucha mucho, y es referente para el resto por palmarés profesional”, explica el asistente, consciente del peso que tienen en el resto de compañeros los tres mundiales y dos juegos olímpicos disputados por De Cecco, protagonista del quinto lugar firmado por Argentina en Londres 2012 y del triunfo en los Juegos Panamericanos de Toronto hace un año.

Actualmente enfrascada en el Grupo B, la albiceleste se medirá sucesivamente a Irán Rusia, Polonia, Cuba y Egipto en Rio 2016.

“Es importante empezar bien contra Irán, que presenta un equipo similar al nuestro, sacar buenas sensaciones y tomar ventaja pronto en el torneo”, subrayó el atacante Facundo Conte, otro de los destacados del combinado.

El Grupo A lo forman el anfitrión Brasil junto a Italia, Estados Unidos, Canadá, Francia y México, y los cuatro primeros de cada cuadro clasificaran a la ronda eliminatoria.

“Los chicos están con una motivación extraordinaria, y el equipo está entrenando bien, pero sabemos que nos encontraremos a rivales de mayor nivel, y otros de menor que nos pueden dar alguna sorpresa”, resumió el respetado entrenador Julio Velasco.

Si el capitán representa la imagen del equipo, los doce seleccionados desplegaron grandes dosis de concentración y entusiasmo en el entrenamiento, virtudes también reconocidas en la estoica figura de Velasco.

“El equipo gusta en Argentina porque transmite una gran pasión y la gente se identifica no solo cuando gana, sino porque lo pone todo. Cuando no  gana es sencillamente porque no puede”, explicó el preparador. “Muchos integrantes de este equipos eran muy jóvenes en Londres. Ahora tienen mucha más experiencia. No somos un conjunto físico, pero dominamos todas las facetas del juego. Tenemos individualidades, pero nuestra fortaleza es que jugamos como un equipo”.

En partido amistoso disputado en la víspera, Argentina le ganó los dos primeros sets al actual campeón mundial, Estados Unidos, antes de que la rueda de cambios permitiera la reacción de los norteamericanos, que se impusieron en los dos siguientes y en el desempate.

“Nuestro objetivo es alcanzar los cuartos de final. Luego allí nos encontraríamos a cualquiera que juega por el oro y sería difícil pasar, pero los pronósticos se pueden cambiar”, expuso Velasco.

Pocos como De Cecco para romper pronósticos, sortear imprevistos y liderar nuevas empresas. Si Argentina aspira a codearse con los grandes en Río, necesitará la mejor versión de su capitán, abocado por un giro del destino hacia un rol protagonista.

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