Brasileñas en Río, cuando la “Chica de Ipanema” son todas

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2016 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

RIO DE JANEIRO (AP) – Desde la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos el pasado viernes, cuando la supermodelo Gisele Bundchen recorrió espléndida y al son de la célebre “Chica de Ipanema” la imaginaria pasarela que atravesaba a lo largo el estadio Maracaná, se vislumbró que las mujeres brasileñas iban a tener un rol protagonista en el macroevento deportivo que acoge Río de Janeiro.

Por si quedaban dudas, los residentes cariocas amanecieron el martes con una reveladora portada del periódico local O Globo, con fotografía de una aficionada mostrando una camiseta de fútbol de la selección masculina con el número diez de Neymar al dorso pero el nombre del futbolista del Barcelona tachado.

Justo encima, escrito a mano con rotulador negro, figuraba el de Marta, la indiscutible estrella del combinado femenino ganador de sus dos partidos disputados hasta la fecha por global de 8-1; y practicando además su propia versión del “jogo bonito” que durante décadas encandiló a los seguidores de la apodada “verdeamarela”.

Pero si bien parte del creciente enamoramiento de la “torcida” respecto al equipo de mujeres tiene que ver con el desencanto que provoca la selección de hombres, incapaz de marcar un solo tanto en sus dos igualadas ante Suráfrica e Irak, sería injusto limitar el fenómeno a los logros de Marta y sus compañeras.

Felipe Almeida Wu inauguró el medallero nacional en la disciplina de disparo con aire comprimido el sábado al conquistar la plata; pero fue Rafaela, la judoca vilipendiada tras su error en los anteriores Juegos de Londres, quien se colgó la primera medalla de oro para el país anfitrión el martes, cuando se impuso en la final a Dorjsurengiin Sumiya, de Mongolia.

La oriunda de la parte oeste de Río, criada en la tristemente célebre favela de Ciudad de Dios, explotó de júbilo tras la victoria que hizo vibrar al país, pero no olvidar los lamentables insultos racistas y sexistas que le dedicó buena parte de la población cuatro años atrás.

La respuesta sobre el tatami fue notable, como también lo fue el desempeño de las voleibolistas Agatha y Barbara el lunes sobre la arena de Copacabana, cuando se impusieron en el voleibol de playa, deporte de gran popularidad entre los nativos, a las argentinas Ana Gallay y Georgina Klug.

Como en el fútbol, el triunfo de ambas contrarrestó con la decepción de la derrota del dúo masculino, Alison y Bruno, ante los austriacos Clemens Doppler y Alexander Horst, pero tuvo continuidad en el voleibol de pista cubierta, cuando las suramericanas se impusieron 3-0 a Argentina para seguir invictas.

Los éxitos para las mujeres siguieron llegando también en balonmano con la segunda victoria en dos juegos sobre Rumania, aunque la selección de basquetbol masculina finalmente si dio una buena alegría a la “torcida” el martes, cuando remontó para tumbar 66-65 en los instantes finales a España, una de las consideradas favoritas.

Pero para gestas, la de la judoca local capaz de sobreponerse a las numerosas adversidades.

“Nací en una comunidad que no me permitía plantearme muchos objetivos en la vida. Soy de Ciudad de Dios. Campeona mundial y olímpica. Si tienes un sueño, tienes que creer”, declaró Rafaela tras su victoria, que dedicó al pueblo brasileño.

Poca posibilidad de réplica ofrece el mensaje social de la gran triunfadora del país suramericano hasta la fecha, así como la denuncia de la admiradora de Marta sobre la imposibilidad de lucir una camiseta oficial con el nombre de su ídolo.

Cuando falla el discurso, mejor recurrir a la música en movimiento, que por ahora interpretan como nadie las mujeres brasileñas en Río, desde Gisele a Marta, pasando por Rafaela. Todas ellas, por momentos, dignas representantes de esa seductora chica de Ipanema.

Y Brasil, entregado, canta al unísono.

“Olha que coisa mas linda…”.

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