Real Madrid limpia el tablero y Benítez mueve a Bale

[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Consumado ajedrecista, Rafa Benítez inicia el domingo su primera temporada en el Real Madrid con tablero nuevo bajo el brazo y algunas de las piezas más lujosas del mercado. El flamante técnico merengue es un minucioso estratega que afronta la mayor partida de su vida deportiva expuesto al siempre intenso foco del estadio Santiago Bernabéu y la atenta mirada de su principal valedor, el presidente Florentino Pérez.

Poco dado a la paciencia, el máximo mandatario madridista contuvo el gasto en fichajes este verano pero optó por limpiar la superficie de juego tras una decepcionante última campaña, en que el club ganador de diez Ligas de Campeones apenas logró celebrar la consecución de un título menor como la Supercopa europea.

Fuera de plano quedaron el técnico Carlo Ancelotti y el arquero Iker Casillas, quien ostenta el récord absoluto de 334 victorias en la liga. Se incorporaron el lateral Danilo proveniente del Porto, el mediapunta Mateo Kovacic del Inter Milan, y el portero Kiko Casilla del Espanyol; pero el mayor movimiento muy posiblemente se produzca entre filas veteranas, ganando peso la figura de Gareth Bale en perjuicio del jugador-bandera del último lustro, Cristiano Ronaldo.

Fichado hace dos campañas a precio astronómico por capricho de Pérez, Bale siempre ha gozado del beneplácito del presidente, quien ansía una estelar campaña del galés que justifique semejante desembolso. Sus números hasta la fecha se revelan notables: 41 goles, algunos decisivos, en 92 partidos oficiales. Pero aún quedan lejos de las prestaciones de Cristiano, quien se coronó máximo goleador del campeonato anterior con 48 dianas y sigue siendo el preferido de la grada.

En sus dos temporadas al timón, Ancelotti intentó encajar a ambos en posiciones avanzadas junto a Karim Benzema, otra debilidad de Pérez que aportó 22 tantos y 13 asistencias. El talentoso trío combinó para 102 redes, pero perdió la batalla con el tridente del Barcelona que forman Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, capaz de alcanzar 122 goles y celebrar la consecución de la liga, Copa del Rey y Champions.

El espejo del acérrimo rival suele desfigurar el reflejo propio, y el Madrid se siente hoy menos apuesto de lo que seguramente debería, a tenor de lo visto al cierre de 2014, cuando el equipo llegó a hilvanar 22 victorias consecutivas en todas las competiciones. Salvando la ausencia de Casillas y secundarios como Sami Khedira, el plantel a disposición de Benítez es prácticamente el mismo, reforzado aún más por los retornos de cedidos como el mediocentro Casemiro o Denis Cheryshev y Lucas Vázquez, dos extremos habilidosos y veloces de los que suelen gustar al entrenador madrileño; lo mismo que el canterano Jesé Rodríguez.

Pérez apostó por el estratega una vez sentenciado Ancelotti tras acabar a dos puntos del Barsa en el torneo doméstico y caer en semifinales de la Champions frente a la Juventus; y ahora espera que la elección le salga mejor que la de José Mourinho en su día, pues la táctica de tierra quemada que dejó el portugués se cobró su última víctima en Casillas, cuya despedida destiló cierto desencanto con la institución.

Como Ancelotti, Benítez es de trato bastante más afable y sabe también lo que es dirigir a un gran club, tras pasar por Inter de Milan, Chelsea y Liverpool, al que guio a la conquista de la Champions en 2005. Pero su estilo es innegablemente defensivo, incluye marcas zonales a balón parado, y suele mantener distancia personal con los futbolistas. La herencia del técnico italiano deja, aparentemente, un vestuario unido exceptuando la escasa sintonía de Bale con el resto del plantel; notablemente respecto a Cristiano, quien le ha reprochado exceso de individualismo en más de una ocasión.

Pero Benítez suele establecer sistemas rotativos en sus equipos, y ya ha dado algunas pistas sobre cuál va a ser el rol del galés en su nuevo esquema, situándolo en el centro del ataque por detrás de Benzema para aprovechar mejor su privilegiado perfil zurdo. Queda por ver si el recurso es definitivo y cómo encaja Cristiano un posible desplazamiento hacia la derecha, con teórico detrimento para su cuota goleadora, o en punta, donde tampoco se siente cómodo, mientras escucha los cantos de sirena de Manchester United y PSG.

Sergio Ramos seguirá finalmente capitaneando la zaga tras su contencioso con Pérez, quien hubiera deseado a David De Gea para suplir a Casillas pero deberá contentarse con Casilla o el costarricense Keylor Navas bajo palos.

El colombiano James Rodríguez superó las expectativas en su primer año de blanco y se antoja dueño de la parcela izquierda del mediocampo, donde el alemán Toni Kroos y el croata Luka Modric garantizan un juego aseado y responsable. Aunque pocas veces ha jugado Benítez sin un recuperador puro, llámese Javier Mascherano en el Liverpool o David Albelda en el Valencia, donde ganó dos ligas; y ese perfil de futbolista no aparece en el plantel, salvo sorpresa de los brasileños Casemiro o Lucas Silva.

La conquista de la décima copa continental no impulsó, como Pérez esperaba, un dominio planetario y, tras un año prácticamente en blanco, el Madrid tiene hambre de títulos que acompañen su futbol de alta escuela. Pero, como buen ajedrecista y experimentado ganador, Benítez sabe que un gran salto adelante requiere, a menudo, de un ligero paso atrás.

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