Del tridente afilado de Barsa al mutismo de la BBC en Madrid

[Este artículo fue editado y publicado en marzo de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Según definición de la Real Academia Española, un tridente sería un cetro encabezado por tres puntas, como bien podría ser un arpón.

Acorde a la mitología griega, susodicha arma servía a Poseidon, rey de los mares, para agitar tempestades, calmar olas o quebrar rocas.

En el mundo del fútbol, vale para referenciar la alineación de un trío de delanteros en posición avanzada, como serían Gareth Bale, Karim Benzema y Cristiano Ronaldo en el Real Madrid o Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar en el Barcelona.

Se destaca así una línea de la formación inicial por encima de las demás, subrayando a la vez el potencial de tres destacadas figuras atacantes de intención punzante.

En el panorama futbolístico histórico, pocos arpones resultan tan mortíferos como la apodada BBC del Madrid o la más reciente (y menos distinguible en cuanto a siglas) MSN del Barsa.

Ambas formaciones, llamadas a marcar época, lideran las dos ofensivas más potentes del fútbol mundial con 154 dianas totales en lo que va de temporada, y son consideradas el principal argumento por el cual Barsa y Madrid ocupan el primer y segundo lugar de la actual liga española, respectivamente.

Cuando restan 12 fechas para la conclusión del campeonato y dos para el clásico entre ambos contendientes en feudo barcelonista, los azulgranas observan desde arriba a los madridistas tras arrebatarles la punta de la clasificación el domingo, cuando golearon 6-1 al Rayo Vallecano, rentabilizando la derrota blanca del sábado, 1-0 en cancha del Athletic de Bilbao.

Aunque Neymar no pudo disfrutar del festín al estar sancionado, Messi y Suárez se bastaron para finiquitar a los rayistas con cinco estocadas entre ambos. El rosarino consiguió el 32do triplete de su carrera, nuevo récord  para un jugador de la liga española, y alcanzó también las 30 dianas de Cristiano como máximo cañonero del campeonato; Suárez, por su parte, confirmó que está de dulce y plenamente integrado en la entidad que apostó por su fichaje, pues suma cuatro cotejos seguidos con gol y seis tantos en ese tramo, luciendo especial sintonía con “La Pulga”.

La llamada MSN, incluyendo a Neymar, presenta número dignos de admiración con 54 tantos y 27 asistencias en 26 choques ligueros, y se ha erigido en el principal argumento del Barsa para pelear la liga, la Copa del rey y la Liga Campeones tras no conseguir ninguno de los tres títulos la pasada campaña.

Poco puede decirse a estas alturas de Messi, quien superó los 40 goles por sexta temporada consecutiva y ansia reconquistar el Balón de Oro, pero ha sido notable la evolución de Neymar en su segunda campaña en la entidad catalana. Y Suárez finalmente despegó tras un pobre inicio goleador en que debió recuperar la forma perdida por la sanción de cuatro meses de la FIFA mientras aprendía a convivir futbolísticamente con Messi, una tarea en la que naufragaron previamente otros destacados goleadores.

“Se entiende muy bien con Messi y cada vez nos está aportando más. Es evidente que gozan de una química especial. Es importante que se junten, porque nos dan muchas variantes en ataque”, se congratuló el técnico Luis Enrique tras golear al Rayo, mientras su homólogo, el derrotado Paco Jémez, destacó que “los grandes jugadores no necesitan un gran partido para definir, tienen una velocidad y calidad arriba fuera de lo normal”.

El arquero que rescató el balón de las redes media docena de veces, Cristian Alvarez, apenas pudo admirar la pareja realizadora. “Están muy firmes, jugando a un nivel altísimo. Se entienden muy bien, muy rápido”, repetía el argentino al tiempo que el azulgrana Andrés Iniesta destacaba la evolución del uruguayo. “Luis tiene unas prestaciones impresionantes. El primer año nunca es fácil y esperamos que así siga”, explicó el volante, quien participa menos de la elaboración en el mediocampo desde la irrupción en escena del tridente.

Ocurre que Messi, Suárez y Neymar no encuentran debida réplica en lo que va de año en Madrid, donde la BBC parece que dejó de emitir grandes espectáculos goleadores en alta definición.

Bale, Benzema y Cristiano apenas contabilizaron un disparo a puerta ante el Athletic, un dato revelador de su falta de incidencia en 2015. El trío, que suma 171 goles totales las últimas dos campañas, tan solo se quedó en un remate al arco en seis partidos ligueros durante ese tramo, pero acumula dos de ellos desde inicios de enero y en los últimos dos cotejos solo ha logrado un gol de penal.

La sequía puede atribuirse al mal momento que atraviesa Cristiano desde que recibiera el Balón de Oro, pues se ha quedado sin chutar en cuatro de los últimos ocho partidos, con solo dos goles convertidos, mientras que en los 162 choques jugados entre 2009 y 2014, apenas contabilizó ocho hojas en blanco.

Pero es que Benzema tampoco se asocia como en la primera vuelta del campeonato, y el propio Bale, que el domingo impactó un tiro en el poste y la temporada pasada justificó su fichaje con goles decisivos, hilvana ocho cotejos sin celebrar tanto alguno.

“Es bastante confuso lo que estamos haciendo cuando atacamos”, analizó el sábado el timonel Carlo Ancelotti. “Estamos lentos, individuales, con demasiado toque. No es un problema físico ni de actitud. Mi equipo juega mal”.

No parece casualidad que el bajón realizador haya coincidido con las ausencias por lesión de dos hombres clave en la zona de creación: el croata Luka Modric y el colombiano James Rodríguez. Sin el compás del primero y los pases filtrados del segundo, el Madrid sufre para crear situaciones ventajosas, y ya no le alcanza con la pegada para resolver los partidos.

Se quejan los merengues de que los delanteros ni anotan ni defienden, mientras el Barsa constata la implicación de Messi, Suárez y Neymar en la presión y recuperación, y se congratula de la buena química exhibida dentro y fuera de la cancha.

La BBC no compareció ante los medios en Bilbao para analizar el porqué de la derrota, extendiendo su preocupante silencio sobre el verde, donde los aspavientos de Cristiano apenas sirvieron para agitar el oleaje. “Nos han dado mucho y tengo total confianza en ellos”, reiteró el lunes Ancelotti. Con el clásico en el horizonte, el mar luce calmo en Barcelona. Y el divino tridente, afilado.

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