Yee Rodriguez construye para el futuro en Barcelona

[Este artículo fue editado y publicado en agosto  de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Antes de competir el viernes en la prueba preliminar de los 100 metros mariposa en el mundial de natación, Ricardo Yee Rodríguez tuvo tiempo de bajar los escalones que separan el pabellón Palau Sant Jordi de la Plaza España y admirar desde lugar de privilegio la espectacular panorámica de Barcelona, con la célebre basílica de la Sagrada Familia como ineludible punto de referencia.

“Solo la vi desde lejos, pero espero pasarme pronto para apreciarla de cerca. Es lo primero que quiero hacer”, dijo el joven de 22 años quien, además de representar a Panamá en el certamen, cursa estudios de arquitectura y sueña con edificar algo significativo en el futuro; aunque con objetivos menos ambiciosos que los del venerado maestro Antoni Gaudí.

Por ahora, el oriundo de la ciudad de Chitre, en la provincia de Herrera, batalla para construirse un futuro exitoso en el mundo de la natación y, pese a finalizar con un crono de 55.82 que le valió apenas el 39no lugar, lejos de los 16 clasificados a la semifinal, se declaró “bastante satisfecho” de su desempeño. “Bajé en casi un segundo mi mejor marca, lo que está muy bien. Quería hacer un 54 alto pero no se pudo. Será para la próxima”, manifestó el nadador, consciente de que el paso a la siguiente ronda se presentaba casi imposible a estas alturas de su carrera. “Habría que hacer un 52 y me falta todavía un poco. El objetivo aquí era bajar mis marcas y ahora toca seguir mejorando para estar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro”.

El panameño también había disputado el domingo la carrera preliminar de los 50 metros mariposa, en que rozó su mejor tiempo pese a quedar lastrado por una mala salida y acabar 43ro.

Pero Yee Rodríguez, quien reveló que suele darse ánimos a sí mismo en plena carrera, en ningún momento desesperó; quizás por defecto de  formación profesional, entendedor de que cualquier obra sustanciosa debe basar su sostenibilidad en unos bueno cimientos.

Paso a paso, ladrillo a ladrillo, carrera a carrera, el mundialista debutante espera ir progresando hasta convertirse en un nadador completo, capaz de defenderse en diferentes distancias y condiciones. Al fin y al cabo, recuerda con clarividencia como progresó de los llantos infantiles al deporte de la alta competición.

“Mis papás eran asmáticos y me apuntaron de pequeño a natación como fortalecimiento, pero no me gustaba y tenían que arrástrame hasta la piscina. Montaba unos berrinches tremendos: cuando estaba en el agua lloraba y decía que me dolía el estomago para que me sacaran, pero ni caso. Al final empecé a nadar, me gustó y, luego, un entrenador cubano probó de apuntarme a una competencia. Me fue muy bien, seguí entrenando desde los siete años y aquí estoy”, relató.

Cuestión de paciencia requiere también la combinación de sus estudios, que cursa en la universidad mexicana de Guadalajara, con la natación de élite. “Es costoso, pero me falta un año y medio para acabar la carrera y me gusta mucho, porque me permite proyectar mis ideas en algo. No puedo dejar ni una cosa ni la otra”, expuso el nadador, quien suele escuchar música previo las competencias pero, perezoso en cuanto a decisiones, recurre al modo “shuffle” y sale a la piscina al son de lo que caiga.

Puesto en la difícil situación de escoger entre una medalla de oro en natación o la construcción de un edificio memorable, Yee Rodríguez dudó y no llegó a decidirse, postergando para más adelante la elección definitiva.

No hay prisa para el panameño quien, paso a paso, ladrillo a ladrillo, carrera a carrera, espera resolver el acertijo.

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