Golpe de viento en Madrid, Cristiano iza vela

[Este artículo fue editado y publicado en marzo de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]

Por ALEX OLLER

BARCELONA, España (AP) – Cristiano Ronaldo salió de suplente ante el Deportivo La Coruña el pasado 23 febrero, con el Real Madrid perdiendo 1-0 contra el colista de la liga española, a 16 puntos de distancia del líder Barcelona y con un horizonte nada halagüeño en octavos de final de la Liga de Campeones y semifinales de la Copa del Rey, tras sendos empates por 1-1 en casa contra Manchester United y Barsa, respectivamente.

Acostumbrado a partir en el once inicial, el portugués no se acomplejó por calentar en la banda junto a otros notables como Mesut Oezil o Sami Khedira, reservados junto al goleador para afrontar con garantías el partido de vuelta de copa contra el Barsa tres días más tarde.

Cristiano ingresó junto a sus compañeros en condiciones adversas con media hora por jugarse y volvió a abandonar el único estadio español que resiste su caudal anotador sin marcar, aunque indiscutible triunfador tras liderar la remontada de su equipo; y más asentado que nunca como buque insignia del madridismo.

Pasada la tempestad de los primeros meses de la temporada y superado el ecuador, un golpe de viento parece empujar la nave blanca a nuevo puerto. Izó vela Cristiano, y el Madrid le sigue.

Un nefasto arranque torció el rumbo en el campeonato, donde el plantel de José Mourinho sigue a varios nudos del Barsa, concretamente 13 puntos cuando restan 12 fechas para la conclusión. Pero tras el revés en Málaga por 3-2 en la despedida de 2012, el cambio de año alteró el panorama, con los azulgranas lastrados por la ausencia de su timonel, Tito Vilanova, en tratamiento de cáncer, y tropezando con el Milan en la Champions y el Madrid en liga y copa.

En constante cara a cara, los eternos rivales miden sus éxitos en comparación con los fracasos del otro y, bajo ese prisma, el Madrid ha dado tres estocadas sensibles a su oponente en apenas ocho días, eliminándole de la copa tras ganar 3-1 en la vuelta en Barcelona, repitiendo victoria, 2-1, por la 26ta fecha en el Santiago Bernabéu y sellando su pase a los cuartos de final de la Champions tras ganar 2-1, el pasado martes, en Manchester.

Lo hizo nuevamente con tanto decisivo de Cristiano (máximo goleador de la Champions con ocho redes) y, aunque el portugués lleva todo el año enchufado (suma 17 goles en 2013), el punto de inflexión pareció llegar en La Coruña, donde ofreció lo mejor de su repertorio.

En ausencia del capitán Iker Casillas, lesionado desde el 23 de enero, y el renqueante Xabi Alonso, Cristiano se echó el equipo a la espalda. La mutación del “siete”, considerado a menudo futbolista egocéntrico e inmaduro, no fue impoluta, pues tuvo tiempo de encararse con contrarios y recogepelotas. Pero el paso al frente fue inequívoco: luchó como nunca, se ofreció repetidamente y manufacturó el gol decisivo, cambiándole la cara a un equipo ramplón que, sin él sobre la cancha, estaba siendo arrollado por el colista.

El Madrid, que la pasada campaña se proclamó campeón de liga agarrado a sus goles y a la personalidad abrasiva del entrenador José Mourinho, afrontó con renovados ánimos el asalto al Camp Nou apenas 72 horas después, y Cristiano confirmó su nueva jerarquía con dos magnas actuaciones en ambos “clásicos”: en la copa provocó un penal y marcó dos tantos y, en la liga, mimetizó la actuación de Riazor, saliendo desde la banca para dar nuevo impulso a su equipo, que ganó con gol de Sergio Ramos.

La segunda victoria en cinco días sobre el Barsa sirvió para sembrar de dudas la trinchera azulgrana, mientras el Madrid rearmaba su moral de cara a la conquista de la anhelada décima copa de Europa. El presidente, Florentino Pérez, fichó en 2010 a Mourinho con el objetivo de acabar con el dominio “culé”, y bajo esas directrices el manager portugués diseñó su plantel y trazó sus estrategias, tanto dentro como fuera de la cancha.

Pero el reciente resurgimiento denota una mayor influencia de Cristiano que del técnico en los resultados. Del mismo modo que el futbolista dio un paso al frente tras declararse “triste”, en septiembre, Mourinho se ha retraído últimamente, aparcando las rencillas con los jugadores y dejando que sean estos los que asuman mayores responsabilidades.

Fue Ramos, en su día señalado negativamente, quien adelantó acertadamente la línea de presión en el Camp Nou y decantó con su gol la balanza del último “clásico”. Anteriormente brilló Raphael Varane, nuevo descubrimiento que desbancó del eje de la defensa a Pepe, hasta entonces intocable para Mourinho. Kaká, transferible en el mercado de invierno, renació ante el Deportivo y el cuestionado Luka Modric apareció en Manchester para abrir la lata con un golazo. Incluso el canterano Alvaro Morata marcó contra el Rayo Vallecano.

Mientras el Barsa busca soluciones, el Madrid suma adeptos a la causa que lidera Cristiano, con la imagen de Kaká y Morata recuperando balones en cancha propia como bandera.

Tan solo el argentino Angel Di María, criticado por Mourinho tras la última derrota en Granada, ha perdido crédito, cuando precisamente hace un año era uno de los favoritos del técnico, que sí ha sabido administrar la carga de Alonso de cara al tramo crucial de la temporada.

El equipo, que atraviesa un gran momento físico, tampoco ha acusado el bajón de sus dos delanteros, Karim Benzema y Gonzalo Higuaín (suman 23 goles entre ambos cuando el curso pasado alcanzaron 57) ni la prolongada ausencia de Casillas, a quien Mourinho relegó en su día a la suplencia. El incorporado Diego López lució en Manchester, aunque encajara gol por cuarto partido seguido.

Bajo la teoría de que el Madrid no ha mejorado su juego ante rivales que ceden la iniciativa, el sector crítico apunta al factor suerte y la influencia arbitral en el repunte “merengue”, pues la no señalización de un penal pudo alterar el último triunfo sobre el Barsa y la rigurosa expulsión de Nani lastró en la vuelta al ManU, que ganaba entonces 1-0.

La rumorología apunta incluso a pacto tácito entre los capitanes y el presidente hace poco más de un mes: en caso de ganar “La Décima”, Pérez se hubiera comprometido a prescindir de Mourinho la próxima campaña.  El plantel suma seis victorias y un empate desde que cayó en Granada el 2 de febrero; y el último guiño del portugués al ManU, reconociendo su superioridad, alimentó las sospechas de que busca allanar su regreso a la Premier League.

Independientemente del próximo destino del timonel, la vela en Madrid está izada. Y en proa, sacando pecho, luce Cristiano con aires de conquista.

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