[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2016 por THE ASSOCIATED PRESS]
Por ALEX OLLER
RIO DE JANEIRO (AP) – “Lo que no te mata te hace más fuerte”, soltó Daniel Vargas, enfundado en una gran bandera mexicana después de completar la exigente prueba del maratón el domingo en los Juegos Olímpicos.
El oriundo de Guanajuato sufrió de lo lindo para acabar la carrera, en una jornada que amaneció lluviosa en Rio y se mantuvo húmeda, obligando a los atletas a hidratarse a menudo.
“A pesar de los calambres y las contracturas, jamás me di por vencido. Al contrario. Llegué muy fuerte y estoy muy contento por toda la gente que estuvo apoyando en el Sambódromo. Siento que hice un gran trabajo y así lo grite al cruzar la meta: ‘¡Viva México!’”, exclamó.
A sus 32 años, Vargas recorrió los 42 kilómetros de distancia en un tiempo de dos horas, 18 minutos y 51 segundos, el sexto mejor de entre los corredores latinoamericanos y 54to global, pero lejos del keniano Eliud Kipchoge, quien ganó con crono de dos horas, ocho minutos y 44 segundos. La medalla de plata fue para el etíope Feyisa Lilesa, y la de bronce para Galen Rupp, de Estados Unidos.
“Los músculos de los africanos pudieron más que mis piernas”, resumió un exhausto Vargas, quien firmó un resultado ligeramente inferior al registrado en los pasados Juegos de Londres 2012, cuando acabó 39no clasificado con tiempo de 2 horas 18 minutos y 26 segundos.
Pero si la prueba fue dura, más lo fue la preparación para el leonés, quien perdió a su padre en enero por una repentina parada respiratoria, apenas cuatro días antes de que intentará buscar su marca olímpica en el maratón de Houston.
“Fue un gran golpe. Dijeron que me podía servir de gran motivación, pero el corazón contradecía mi mente. Correr el maratón exige mucho sacrificio. Hay momentos de sonrisas y otros de lágrimas en estos largos años. Llegué a pensar incluso en no venir, pero la mejor recompensa no es ganar el oro, sino cruzar la meta en un maratón olímpico. Y, además como mejor mexicano”, subrayó Vargas, quien rozó el podio en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, cuando acabó cuarto.
Ricardo Ramos, el otro compatriota que participó de la prueba olímpica, acabó clasificado en el puesto 120 con más de 10 minutos de retraso respecto al guanajuatense, quien no pudo saludar a su esposa en el kilómetro 35 como hubiera deseado.
“No pudo venir porque los boletos de avión estaban muy caros y lo vio por televisión junto a mí equipo, pero estuvo su corazón. Le dedicó esta carrera a mi familia, que estuvo en las buenas y en las malas”, zanjó Vargas.