[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2016 por THE ASSOCIATED PRESS]
Por ALEX OLLER
RIO DE JANEIRO (AP) – Consagrado en Londres 2012 cuando consiguió la primera medalla de oro olímpica de la historia de la esgrima para Venezuela, Rubén Limardo no pudo repetir la hazaña el martes en Río al caer inesperadamente en segunda ronda de los Juegos frente al egipcio Ayman Fayez.
Limardo, quien gozaba boleto directo a la ronda de 32, en ningún momento pareció tener opción ante un rival que dominó de principio a fin y acabó imponiéndose por contundente 15-5 en la modalidad de espada.
Muchas eran las esperanzas depositadas sobre el oriundo de Puerto Ordaz tras la gesta en los anteriores Juegos, que arrancó con victoria precisamente sobre Fayez.
Posiblemente demasiadas, dadas las variadas peripecias que sufrió desde entonces el medallista, que en 2013 llegó a sufrir un brote de malaria durante una competencia en Rusia y luego pasó en blanco casi todo 2014 tras reaparecer en los Juegos Centroamericanos de Veracruz y lesionarse de gravedad la rodilla derecha.
“Esperaba un rival más complicado, pero me tocó Fayez y no lo tenía tan analizado como a otros”, reconoció tras el revés Limardo, crítico con su actuación. “Intenté no arriesgar desde el inicio, y ese no es mi estilo. Luego perdí la concentración. Me siento triste por no poder darle una alegría a Venezuela”.
Diestro natural convertido a zurdo tras lesionarse jugando a béisbol, Limardo tenía a su alcance la posibilidad de hacer historia con un segundo oro consecutivo en los Juegos, algo no logrado desde que el cubano Ramón Fonst repitiera en 1900 y 1904, aunque con armas distintas.
Pero tras colgarse el oro, el teórico favorito cayó progresivamente en la clasificación mundial hasta el 22do lugar con que se presentó a Río, de donde fue apeado por el número 17, Fayez.
Bastante culpa tuvo la malaria contraída por la picadura de un mosquito mientras andaba pescando en la zona de Ciudad Guayana de donde es originario, y que empezó a afectarle ya en Rusia, desde donde viajó a Polonia y luego de vuelta a Venezuela para ser tratado.
“Estos últimos meses me sentí muy bien, pero me faltó preparación”, concedió Limardo, que sin embargo no perdió la esperanza de lograr algo grande, pues volverá a tener opción de medalla el domingo, cuando compita por equipos junto a su hermano Francisco -quien perdió en 16vos contra el estonio Nikolai Novosjolov en la prueba individual.