[Este artículo fue editado y publicado en octubre de 2014 por THE ASSOCIATED PRESS]
Por ALEX OLLER
BARCELONA, España (AP) – “No confío en Bravo. Me sorprende que esté en el Barcelona. Hay muchos porteros mejores que él”, espetó Miguel Reina, ex arquero del Barsa en los años 60, una vez Claudio Bravo había firmado el mejor arranque para un guardameta en la liga española y se postulaba para batir también el récord del propio opinador.
La de Reina difícilmente pueda catalogarse como valoración desinteresada, pues se trata del progenitor de Pepe Reina, actual arquero del Bayern Munich criado en la cantera azulgrana y aspirante, previo al fichaje de Bravo hace cuatro meses, a suceder a Víctor Valdés, el titular bajo palos del Camp Nou los últimos 11 años.
Se trata apenas de un prejuicio más de los tantos que debió afrontar el chileno a su llegada al Barsa, procedente de la Real Sociedad tras desembolso de unos 15 millones dólares. La sombra de su predecesor era alargada y el peso del exigente foco, abrumador, dado que arqueros tan destacados como Vítor Baia, Julen Lopetegui o el argentino Roberto Bonano fracasaron antes de la consolidación de Valdés. La mala gestión de la presión incluso tuvo consecuencias trágicas para uno de ellos: el malogrado Robert Enke quien, años después de no triunfar en el club catalán, se suicidó víctima de una depresión.
Ocupar el arco del Barsa es difícilmente equiparable a hacerlo en cualquier otro club del mundo. “Se necesita un traje especial”, bromea Bonano. La vertiginosa propuesta ofensiva del ideario “culé”, que enamora con su fútbol sedoso y las dianas de Lionel Messi, tiene el contrapunto del difícil balance defensivo: al equipo azulgrana los rivales le llegan poco pero, cuando llegan, suelen hacerlo en posición muy ventajosa, a campo descubierto y con los defensas a rebufo, sin posibilidad de interceder en el mano a mano con el último hombre.
Es por ello que la posición requiere tanto de reflejos y agilidad como mente fría y capacidad de interpretar la jugada antes de que esta se desarrolle. La atención debe ser máxima en los momentos de posesión favorable, pues un robo o inoportuno resbalón pueden tener consecuencias funestas.
En estas se encontró Bravo el pasado sábado en la liga ante el Eibar, cuando el visitante Saul Berjón aprovechó un error defensivo para encarar al chileno, valiente en la salida y paciente en el aguante, hasta tapar el remate con su muslo derecho.
La atajada posibilitó la séptima victoria del Barsa en el campeonato y alargó el invicto de Bravo a las ocho primeras fechas, todo un récord en el torneo doméstico. La mejor marca anterior para un guardameta fueron los siete partidos y 20 minutos de Pedro Artola, también ex portero barcelonista, en 1977; y ahora el internacional chileno tiene a tiro batir la cifra de 824 minutos invicto con el club azulgrana de su ilustre detractor: Reina.
“Un portero sin suerte no juega. No me siento titular y sé que no puedo dormirme”, dijo tras su última victoria Bravo, presumible protagonista el próximo sábado en el estadio Santiago Bernabéu, cuando Barsa y Real Madrid se enfrenten en el primer clásico liguero. “El récord a mí también me motiva mucho. Me genera hambre en cuanto a expectativas de futuro, pero no me aleja del foco que tengo de mantener mi nivel”, aclara previo al gran choque.
El meta pondrá a prueba su invicto ante un equipo que el miércoles ganó 3-0 en Liverpool su octavo partido seguido con gol de Cristiano Ronaldo, quien suma 20 en la temporada e hilvana diez cotejos seguidos marcando. Al apodado “Cóndor Chico” no se le ha dado especialmente bien el coloso blanco, donde ha encajado 18 tantos en sus últimas cuatro visitas; la mitad, del astro portugués.
A los aficionados seguramente se les hará extraño no ver a Valdés, pero los compañeros de Bravo parecen no echarle particularmente de menos, al menos en la cancha. “No varía mucho con Claudio. Tiene muy buen juego de pies y saber estar. Nos da mucha seguridad. Quizás partió con ventaja respecto a Marc por una cuestión de comunicación”, explica el defensor Marc Bartra, mientras que el brasileño Neymar también resalta las cualidades del oriundo de Viluco: “Es muy buen portero, difícil superarle. Me tapa muchos tiros en los entrenamientos”.
Marc-André ter Stegen es el portero alemán también fichado este año que, junto con el canterano Jordi Masip, le disputa la titularidad en el arco bajo la atenta mirada del entrenador, Luis Enrique. Pero no es la primera vez que Bravo le gana el puesto al teórico titular; ya lo logró en la Real.
“Tengo absoluta confianza en los tres”, insistió el martes Luis Enrique tras la victoria 3-1 ante el Ajax en Liga de Campeones, donde Ter Stegen sí ha formado por ahora en el once, encajando cuatro goles en tres encuentros.
Parecía que el alemán partía favorito, pues fue la primera solución del director deportivo, Andoni Zubizarreta, a la marcha de Valdés. Más cuando Bravo sufrió un embarazoso gafe en un amistoso de pretemporada contra el Nápoles. Pero el capitán de Chile no es de los que se viene abajo por un mal día. “El portero debe transmitir tranquilidad. Si no, se pone nervioso todo el mundo: compañeros y aficionados”, expone el futbolista, quien con su reciente cambio de club también varió de marca de guantes.
Jaime Pizarro ya adivinó esas virtudes cuando le hizo debutar en 2002 con Colo-Colo. “Llamaba la atención su personalidad. Era muy seguro, responsable y dedicado. A nivel técnico, distingue su movilidad en el área y su buen saque con el pie”, analiza.
Su destreza a la hora de dar salida al balón fue también altamente valorada por Zubizarreta, como Artola y Reina, otro ex arquero del Barsa. Aunque sin grandes récords en su historial, el director deportivo espera validar los argumentos de su apuesta en el Bernabéu donde, bien lo sabe, Bravo se juega mucho más que el invicto.