[Este artículo fue editado y publicado en mayo de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]
Por ALEX OLLER
MADRID (AP) – Cuando Joel Campbell jugaba largas horas al fútbol de niño en su barrio de San Rafael Abajo, en la ciudad de San José (Costa Rica), no tenía balón propio, marcaba los arcos con piedras y siempre le tocaba elegir equipos. Y entonces, como suele hacer también ahora sobre las canchas de la liga española, se decantaba por la vía menos habitual.
“No elegía ni a los mejores ni a mis amigos. Elegía a los menos buenos para que hubiera emoción y fuera más entretenido”, cuenta el joven delantero costarricense del Betis desde Sevilla, donde goza del sol, la buena comida y de un notable momento de forma en el fútbol profesional.
Se nota que a Campbell, extremo descarado en uno de los equipos más valientes de la liga, le gustan los retos. Es en parte por ello que no dudó demasiado en dar el salto cuando un emisario del Arsenal londinense se plantó en el hotel de concentración de la selección de Costa Rica tras un partido de Copa América para tantear su fichaje.
“Yo estaba en mi habitación y me llamaron desde recepción, que querían plantear una oferta. Siempre quise salir a Europa, así que no me lo pensé dos veces y enseguida acordaron con mi papá”, recuerda Campbell quien, casi dos años después, no brilla en el lujoso estadio Emirates sino en el histórico Benito Villamarín, después de que el Betis negociara la cesión por un año de los “gunners”.
Y no se mudó porque Arsene Wenger no confiara en las cualidades del joven “tico”, pues el técnico francés del Arsenal apretó desde el inicio para que el futbolista salvara la rígida burocracia británica y debutara en la Premier League.
Pero Campbell no recibió ni el permiso de trabajo requerido ni la consideración excepcional de “Special Talent” (talento especial). Así que, tras apenas semana y media entrenando en Londres, hizo las maletas rumbo al Lorient francés, donde destacó con seis goles en 33 encuentros, antes de recalar este curso a las órdenes de Pepe Mel.
Con nutrida nómina de arietes, el entrenador bético ubicó al ex futbolista de Deportivo Saprissa y Puntarenas en la banda, donde se ha reconvertido en un jugador de ida y vuelta, con amplio recorrido y capacidad de desborde en el fútbol de espacios que practican los verdiblancos.
“Siempre había jugado de delantero centro y nunca tuve que realizar labores defensivas, pero ya me acostumbré”, cuenta el zurdo Campbell, quien firmó por la marca deportiva NIKE; como el brasileño Ronaldo, del que se declara admirador desde que viera por televisión su primer Mundial de Francia 1998.
El experimento ha funcionado y el caribeño no necesita mirar la estadística de 24 partidos jugados, tres goles y dos asistencias para sentirse satisfecho. “Para ser mi primer año estoy muy contento. He jugado bastante, aunque soy consciente de que puedo dar muchísimo más. El nivel acá es más alto, pero me he acoplado bastante bien. Mi representante me habló muy bien del Betis, al que ya conocía de seguir la liga española. Me gusta la ciudad, el clima caluroso y estoy tranquilo. Ha sido una experiencia muy productiva en lo personal y en lo futbolístico”, resume.
El objetivo principal de la cesión, jugar minutos, ganar experiencia, progresar, se ha cumplido con creces; y tanto es así que el Betis ya se ha planteado pedir al Arsenal que alargue el préstamo a una segunda temporada.
“Que quieran que siga es un orgullo, pero eso lo llevan los clubes y no depende de mí. Está al cincuenta por ciento”, se zafa Campbell, quien sueña con poder clasificar al Mundial de Brasil 2014 con Costa Rica tras el chasco sufrido en 2009, cuando la tricolor se quedó a las puertas de la Copa del Mundo de Suráfrica.
Con el boleto actual aún en el aire, restan compromisos de altura en las eliminatorias ante Honduras, México y el líder Panamá, a quien escolta Costa Rica en el grupo. “Está difícil, y estos tres partidos de junio van a ser vitales para marcar el camino”, concede el delantero, que recuerda con amargura la no clasificación de hace tres años. “Yo estaba mi casa viéndolo y muy alegre porque ganábamos 2-0 contra Estados Unidos, pero nos empataron en el último minuto, y debimos jugar el repechaje con Uruguay, que ya sabíamos que iba a ser difícil”.
Ante México, Campbell probablemente se cruce con Giovani Dos Santos, a quien también deberá medirse el lunes por la 36ta fecha liguera, cuando el Betis visite al colista Mallorca.
Pese a su apurada clasificación, Dos Santos ha renacido en España tras un triste paso por el Tottenham, y su compatriota Carlos Vela está triunfando en la Real Sociedad tras no convencer al Arsenal. Otro precedente más para Campbell, quien anunció que el Betis pelearía por cotas altas el día de su presentación y ahora acaricia la clasificación europea con los verdiblancos.
“Ojalá lo consigamos. Si tuviera que regresar al Arsenal, lo haría más contento. La imagen que tengo de la Liga de Campeones es el gol de (Andrés) Iniesta contra el Chelsea que clasificó al Barcelona a su última final. Siempre soñé con jugar acá, pero no pensé que llegaría tan pronto”, revela el futbolista, que reza antes de ingresar a la cancha con la pierna derecha e improvisa la celebración de sus goles.
Preguntado sobre el futuro del delantero, su representante Joaquín Batica, subraya que “el argumento que mas pesará será el tiempo de juego y la continuidad para que siga progresando. En los próximos días, el Arsenal tomará una decisión al respecto. Joel está a gusto en el Betis pero, ahora mismo, todas las opciones siguen abiertas: Sevilla, volver a Londres, u otra cesión a un equipo europeo”.
Fanático del baloncesto de la NBA y, más concretamente de los Warriors de Golden State, Campbell, a quien acompañan su madre, su novia y el fisioterapeuta de la selección en Sevilla, dice estar disfrutando de los playoffs del equipo californiano, con especial mención para el dinámico base Stephen Curry, su favorito.
Lo cierto es que el estilo ofensivo y desacomplejado de Curry le viene como anillo al dedo al “tico”, que se pasa horas jugando al baloncesto en su consola de videojuegos.
Asegura preferirlo al juego de fútbol, que disfruta más bien poco y siempre en compañía de amigos. “No acostumbro a elegirme a mí mismo en el juego”, confiesa. “Solo una vez, pero agarraba la bola y ya no la soltaba”, bromea el amante de los retos, a un océano de distancia de la cancha polvorienta que vivió sus primeros gambeteos en San Rafael.