[Esta entrevista fue editada y publicada en febrero de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]
Por ALEX OLLER
MONTMELÓ, España (AP) – Sergio “Checo” Pérez cuenta entre sus referentes al desaparecido Ayrton Senna, el carismático y, en ocasiones, impredecible tricampeón brasileño que vio sesgada su vida a los 34 años en una fatídica curva de Monza, en Italia, en 1994.
Los manierismos al volante de Pérez, nacido en Guadalajara (México) hace 23 años, en su tercera temporada como piloto de Fórmula Uno y salvando las distancias que separan a la promesa del mito, han levantado alusiones al estilo de conducción de Senna; aunque los logros de uno y otro estén a un mundo de distancia.
Pese a su inequívoca aura confiada, el flamante fichaje de McLaren es considerado por la gran mayoría de sus colegas como un piloto ofensivo a la par que prudente, calculador y extremadamente fiable, pero aún carente de un factor clave: la experiencia.
El articulado, cerebral, circunstancialmente volátil y casi siempre genial Senna sigue siendo recordado más por su talento y coraje que por su mesura; con triunfos memorables, remontadas inverosímiles y, también, algún que otro arrebato de temeridad.
Idolatrado en su país natal e ingresado con honores de leyenda en el Olimpo del mundo del motor, mientras duró su carrera en activo la adoración internacional nunca fue absoluta, condicionada por su tensa relación con otro piloto de altura divina, el francés Alain Prost, con quien compartió equipo y aciaga rivalidad en McLaren.
La escudería de las fechas plateadas recibe ahora a una de las más firmes promesas de la Fórmula Uno en Pérez quien, como Senna en su día, deberá luchar por hacerse respetar ante un compañero más establecido: el británico Jenson Button, campeón del mundo en 2009 y, al igual que Prost, extremadamente frío al volante.
“Es uno de los jóvenes con más talento, somos optimistas y ambiciosos respecto a sus habilidades y creemos que puede ser campeón. Jenson y Sergio serán tratados por igual”, se afanó en proclamar tras la primera sesión de entrenamientos oficiales en Jerez (España) el patrón Martín Whitmarsh, aunque remarcando que el británico “parte con ventaja porque conoce el equipo y es campeón del mundo”.
La temporada 2012 de Pérez en una escudería menor como Sauber fue relativamente satisfactoria, aunque huérfana de victorias. Un excelente pilotaje en el Gran Premio de Malasia, donde llegó a comprometer al bicampeón español Fernando Alonso (Ferrari) y acabó segundo (primera ocasión en 40 años en que un mexicano subía al podio), despertó ciertas comparaciones con el estilo de conducción de Senna. Destacaron su habilidad para conservar los neumáticos y su seguridad al volante, pese a las críticas de unos cuantos, como el oficial de Ferrari Luca Baldisserri, quien lo tachó de “demasiado agresivo”.
“En pista hay que serlo, pero si repasa toda la temporada, verá como no cometí ningún error”, respondió entonces el mexicano, quien ahora tiene oportunidad de aportar su fiabilidad a un equipo de primer orden como McLaren, rápido pero irregular la pasada campaña, clasificando tercero en el Mundial de constructores.
Ocupara en la caravana la plaza que dejó vacante el británico Lewis Hamilton, otro campeón del mundo, pero nuevamente de pilotaje distinto a Pérez, en ocasiones pecando de temperamental.
“De afuera parece que es muy frío el equipo, pero es una gran familia, muy unida y con el mismo objetivo: ganar el campeonato. En el poco tiempo que llevo me he sentido como en casa”, explica Pérez. “Ser parte del equipo en que una leyenda como Senna manejó significa mucho para mí. Toda mi vida soñé con estar en McLaren. Cuando voy a fábrica y quiero un descanso, salgo caminar por el bulevar, veo los coches de Senna, Fitipaldi, Prost… y regresó con ganas de trabajar aún más. Son cosas que solo McLaren las tiene y yo quiero poner mi nombre junto a esos grandes campeones”.
Campeón vigente y con mayúsculas es Christian Horner, jefe del admirado equipo Red Bull, quien enumera a los “sospechosos habituales como Alonso, Hamilton y Button” entre los principales candidatos a disputar la corona de su protegido Sebastián Vettel. Excluye del grupo a Pérez quien, pese a las buenas palabras, deberá ganarse a pulso un trato equitativo a Button en la escudería de Woking. “Pérez es joven y muy talentoso, pero hay mucha diferencia entre pilotar en Sauber y hacerlo en McLaren. Todavía está en fase de aprendizaje; aunque es muy rápido, eso seguro”, opina Horner.
Vettel coincide con su patrón, aunque abriendo la puerta a una posible campaña sorpresa del mexicano. “No tiene la experiencia de Button, Hamilton o Alonso, pero está en uno de los mejores equipos. Los McLaren estuvieron muy bien el año pasado, las reglas no han cambiado demasiado, han trabajado muy bien en invierno, y eso, unido a su buen pilotaje, le convierte en un rival a tener en cuenta”, comenta el tricampeón.
Actualmente probando el nuevo monoplaza en la segunda sesión de tests en el Circuito de Catalunya, Pérez marcó el miércoles la mejor vuelta, quedando “muy contento” con el rendimiento del McLaren, pero menos con la “increíble degradación de los neumáticos”, que estrenan compuesto en 2013.
“Tienes que adaptarte al nuevo asiento, a la manera de agarrar el volante. Al sistema. Es como volver a la escuela”, reconoce Pérez sobre el cambio de equipo. “Muy poca gente se imagina lo que implica. Es una filosofía muy diferente a Sauber. Los coches trabajan y se manejan muy distinto. Me ha tocado cambiar mi estilo de manejo a un McLaren, que estaba diseñado al gusto de Button, pero tenemos un coche muy competitivo”.
Otro ex campeón en la escudería británica, el venerado Niki Lauda, se cruza con el mexicano sobre el paddock catalán y aporta el privilegiado análisis que le otorgan sus tres coronas en la máxima competición: “Es un buen chico. Tiene grandes cualidades y ahora un coche competitivo. Es un error entrar en comparaciones con Senna. Eran otros tiempos. Pérez estuvo muy bien el año pasado, sobretodo en Malasia. Ahora ha dado un paso arriba y hay que ver cómo responde”.
Desconocedor de las palabras Lauda, Pérez anunció tras los entrenamientos su inmediato regreso a Woking para seguir trabajando y, de paso, reencontrarse con el bulevar de los sueños.