[Este artículo fue editado y publicado en julio de 2012 por THE ASSOCIATED PRESS]
Por ALEX OLLER
LONDRES (AP) — Félix Verdejo nació hace 19 años en Puerto Rico, tierra abonada a producir grandes peloteros como el mítico Roberto Clemente. De físico atlético, ágil y poderoso, ya siendo adolescente pintaba bien con el bate y el guante.
Pero Verdejo nunca llegaría a emular al fallecido jardinero de los Piratas de Pittsburgh del béisbol de Grandes Ligas. Una jugada fortuita en un partido sin importancia fue la culpable. Deslizándose hacia una base, el pie de Verdejo cedió y sufrió una fractura. Pero quizás el destino le tenía reservado camino al prometedor deportista, quien se confiesa religioso, pero no suele poner la otra mejilla.
Verdejo, que tras la lesión cambió el bate por los guantes, se decantó finalmente por el boxeo a los 16 años. Y el domingo alimentó el sueño de todo un país con su primer triunfo en los Juegos Olímpicos, al vencer al panameño Juan Huertas para avanzar a los octavos de final del torneo y soñar con ser el primer boricua que sube a un podio olímpico desde Daniel Santos en Atlanta 1996.
Hoy la gloria olímpica en el ring está más cerca que sus frustrados sueños de beisbolista, aunque él recuerda sus gestas sobre el diamante con emoción.
“Jugaba de pitcher y siore (campocorto). Tenía buen brazo y me llamaban ‘El Duque’ Hernández (ex pitcher cubano de Grandes Ligas)”, relató luego de su victoria por 11-5.
Ambos púgiles parecen encaminarse en direcciones opuestas.
Mientras Huertas proclamó su intención de repetir intento olímpico en Río de Janeiro 2016, el destino próximo de Verdejo se intuye hacia el boxeo profesional. En caso de vencer en la siguiente ronda al tunecino Ahmed Mejri, podría toparse en octavos de final con el dominicano Welington Arias.
“El tunecino es muy fuerte y va a ser una buena pelea. A Welington lo conozco y ya le gané en el torneo preolímpico, donde fui medalla de oro y clasifiqué a los Juegos. Fue la última vez que lloré y di gracias a Dios”, cuenta Verdejo, quien espera añadir a las medallas de boxeo de Puerto Rico y confiesa rezar por sus adversarios antes de cada pelea “para que no salgamos lastimados”.
“Tenemos buenas expectativas de medalla y creo que podemos hacerlo. Ojalá llegue la primera de oro”, suspiró el púgil, quien anda pendiente del resto de disciplinas en que participan atletas de su país.
Seguidor confeso de los Medias Rojas de Boston y las peleas de gallo, su ídolo en el boxeo es su compatriota Félix “Tito” Trinidad.
Precisamente su siguiente paso tras Londres será probablemente el boxeo profesional.
“Hay ofertas, y cuando acaben los Juegos veremos”, dijo.