Hola, Fondo Norte

{Banda Sonora: Rancid  – Hooligans}

Por ÀLEX OLLER

“¡Mastuerzo!”, oí desde la habitación que gritaban en el salón, seguido de un reguero de insultos no aptos para horario infantil y un exasperado “¡¿Será posible?!”. Me pregunté por un instante si no me habría equivocado de día y se estuvieran jugando ya los cuartos de final de la Eurocopa, dado el grado de exaltación de la indignada espectadora –en este caso mi estimada suegra–, que no sabía ya como acomodarse en un sofá que, de poder hablar, me da a mí que pediría clemencia, que le dejarán descansar en paz y no le hicieran cómplice de semejante espectáculo.

¿Recuerdan aquel viral video del Tano Pasman, desgañitándose frente al televisor ante el irremediable descenso de River Plate en 2011? Pues algo parecido aunque, en este caso, la desesperación no la provocaba un partido de fútbol, sino el programa Pasapalabra, que el jueves celebró el equivalente a la final de la Liga de Campeones de los concursos televisivos. Resulta que aquí también uno elige bando, y mi suegra se había decantado definitivamente por uno de los participantes, relegando al otro a un rol que vendría a ser lo que Fernando Hierro para un acérrimo seguidor del Barcelona. O sea, el anticristo. “Pero… ¡será inútil!”, bramaba. Era el fenómeno ultra traspasado al show televisivo; solo faltaba que, desde la finca de enfrente, otro vecino sintiera simpatía por el rival, sacara su bandera al balcón y se dedicaran lo que quedada de programa a lanzarse improperios. Con un poco de suerte, coincidirían en gustos y la cosa derivaría en un más amable tuya-mía de “¡Hola, Fondo Norte! ¡Hola, Fondo Sur!”.

Supongo que ya saben por ahora como acabó el asunto, pues ha sido noticia en los medios de comunicación nacionales, y no constan, que yo sepa, incidentes violentos entre radicales de uno y otro lado, como ocurre demasiado a menudo en el llamado deporte rey. En otros, como el ciclismo, ha habido y habrá grandes rivalidades, como Eddy Merckx-Luis Ocaña, Jacques Anquetil-Raymond Poulidor o Gino Bartali-Fausto Coppi; pero, por lo general, quienes animan a Primoz Roglic en este Tour de Francia no acostumbran a citarse para una batalla campal con los simpatizantes de Tadej Pogacar o los incondicionales de Julian Alaphilippe. Lo más que pueda ocurrir es que un imprudente espectador cause una caída masiva, o que los corredores se enganchen el algún sprint; pero la afición, sea ya en las cunetas o tirada en el sofá, se revela, de natural, dócil.

Quienes se muestran inusualmente agitados este viernes con los ciclistas en carrera, empeñados en revolucionar la séptima etapa entre Vierzon y Le Creusot, la más larga hasta la fecha y no por ello menos peligrosa, más teniendo en cuenta que los Alpes esperan a la vuelta de la esquina. Tras la contrarreloj del miércoles, se dio por sentado que Pogacar contaba con viento de cara para lo que queda de ruta, pero Mathieu Van Der Poel se resiste a entregar el maillot amarillo y aprieta con fuerza nada más salir, se suceden los ataques y se estira el pelotón, hasta que lo encabezan los fugados Matej Mohoric y Brent Van Moer, sospechoso habitual tras escaparse también el martes.

La pelea es bonita, con una rauda reacción del UAE –quizás demasiado–, un ataque vintage de Vincenzo Nibali y un toque de sal de Perico Delgado desde la cocina de Teledeporte. “Ese puerto de tercera categoría se va a marcar a fuego en las piernas de los ciclistas por el ritmo que llevan”, comenta el segoviano, mientras reina la paz en el salón y, por lo que (no) oigo, en las casas de toda España. ¿Será cosa del ciclismo o de la hora, propicia para la siesta? ¿Resaca de la excitación de Pasapalabra o descanso previo al partido de la selección?

No hay tregua, en cambio, en las carreteras francesas y Roglic es el primero en darle la razón a Perico, cuando se queda clavado a falta de 14 kilómetros para la meta y aprovecha la ocasión Richard Carapaz para dar un golpe de riñón. Pese a no marcar diferencias, la jugada no le sale mal al ecuatoriano, que “ha arrancado con una potencia tremenda y viene a ganar el Tour”, remarca Alberto Contador en La Montonera. Si bien Pogacar acaba también trasquilado, la victoria se la adjudica finalmente Mohoric, otro esloveno con palmarés que ve como Van Der Poel, flanqueado ahora por Wout Van Aert y Kasper Asgreen en el podio, alarga una jornada más su liderato y le saca 3’43’’ al vigente campeón en la general. Lo único remarcable en cuanto a incidentes, ha sido, al final, un rifirrafe verbal entre Michal Kwiatkowski y Enric Mas.

“¡Monstrenco! ¡Ni con la portería vacía la mete!”, escucho nuevamente, acabada ya la etapa, y me reconforta un poco: Es fútbol, juega España contra Suiza y, al que falla, se le insulta lo normal. La cosa, al contrario que en Pasapalabra, casi acaba en drama y solo falta la sentencia del Tano Pasman para el punto y final: “Estamos en la B”.

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