[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2016 por THE ASSOCIATED PRESS]
Por ALEX OLLER
RIO DE JANEIRO (AP) – Esta vez no hubo exhalación para Luguelin Santos, y el velocista de República dominicana se quedó descompuesto tras verse eliminado de la final de los 400 metros en los Juegos Olímpicos el sábado.
Cariacontecido, escaso de aire y de palabras, el que fuera medalla de plata en la pasada cita de Londres 2012 salió del estadio olímpico esforzando una sonrisa, pero con la cabeza gacha, consciente de la oportunidad pérdida sobre el tartán de Río.
El velocista había alcanzado la zona de atención a la prensa con tiempo de ver por televisión la siguiente carrera que luego confirmaría su eliminación. “Estoy fuera. Si entré, bien… sino, también. Pienso que entré”, avanzó precipitado, visiblemente descompuesto por el inesperado resultado.
“Hoy fue muy duro. Estuve mal. Di el máximo, pero pensaba que iba a estar mejor. Este no es mi día ni mi año. Me lo pasé sin competir por problemas que tuve en ambos isquiotibiales”, subrayó Santos, quien acabó firmando un crono de 44.71; bueno para el décimo lugar global y 22 centésimas más lento que el último finalista, el británico Ali Khamis.
Santos había sufrido ya en la semifinal del viernes con una mala salida en los primeros 200 metros que entonces logró rectificar.
Pero el sábado el velocista jamás encontró su ritmo de carrera ni la exhalación necesaria para revertir la situación. Ya desde el primer tramo se le vio descompensado, pareció recuperar el trazo en la última curva, e intentó dar un golpe de riñón en la recta definitiva, pero le faltaron piernas.
Considerado una de las estrellas del atletismo latinoamericano en Río, Santos se había presentado a la cita con motivación alta y gran humor.
“Voy para allá. Es mi momento”, había asegurado el viernes tras firmar un tiempo de 45.61 segundos en su estreno, aún lejos de su mejor marca personal de 44.11, firmada hace justo un año en el Mundial de Pekín.
“Mi condicionamiento no estaba tan bien como pensaba”, reconoció tras caer en semifinales, sin querer excusarse en el hecho de ocupar la calle vecina al estadounidense Lashawn Merrit, uno de los favoritos.
“Hago mi propia carrera. No hago la de nadie”, terció momentos antes de constatar su eliminación por televisión. “Ya. No voy”, alcanzó a espetar Santos, cuya despedida de Río no debería ser definitiva, pues figura en el equipo de relevos de los 4×400 metros, justo dentro de una semana.