[Este artículo fue editado y publicado en agosto de 2015 por THE ASSOCIATED PRESS]
Por ALEX OLLER
BEIJING (AP) – “La marcha me eligió a mí, no yo a la marcha”, zanja Juan Manuel Cano sobre los motivos de su dedicación a una modalidad deportiva tan exigente como la carrera de los 20 kilómetros marcha. El argentino oriundo de la región norteña de Santiago del Estero acabó 43er clasificado el domingo en la dura prueba que se disputó alrededor del estadio conocido como El Nido de Pájaro en Beijing, donde se celebra desde el sábado el Mundial de Atletismo.
El fondista se hallaba sereno tras cruzar la meta. “Contento no sería la palabra. Más bien conforme con mi desempeño”, aclaró Cano, quien llegó a la cita algo exigido físicamente y fue incapaz de acercarse a su mejor marca histórica de 1 hora 22 minutos y 10 segundos en la distancia. El argentino registró un crono exactamente cinco minutos más lento en el certamen mundialista, donde se impuso finalmente el español Miguel Angel López, pero pareció tomarse la rebaja de sus prestaciones con cierta filosofía.
“Empecé bien, pero los segundos diez kilómetros se me hicieron difíciles. Fui perdiendo fuerza conforme avanzaba la prueba y me fallaron la piernas”, explicó, sin desanimarse de cara a competencias futuras. “La parte positiva es que es buena hora para que esto ocurra. Hay que valorar lo qué pasó y replantear las cosas para este año. Creo que realicé demasiadas carreras y ello me pasó factura. Será importante descansar y recuperar bien durante los próximos tres o cuatro meses”.
Y es que Cano no solo fue de menos a más en Beijing. Su trayectoria descendente viene acentuándose conforme avanza el calendario deportivo. “Se notó la diferencia entre las tres primeras carreras del año, cuando anduve bien, y estas últimas, donde acusé claramente el desgaste”, valoró el atleta, que logró el boleto para los Juegos Olímpicos de Río 2016 el pasado mes de abril en Río Maior, Portugal. “Lo bueno es que tampoco tengo dolores, solo pesadez de piernas, como si se me hubiera acabado el combustible”.
El tucumano de 27 años, que ya avisó de su disminuido fuelle en la previa, no aspiraba a medalla en su cuarto mundial; como tampoco lo hará en territorio brasileño, aunque sí espera que una mejorada planificación le ayude a rebasar el 40vo puesto que logró en los Juegos de 2008, también en Beijing, y quizás incluso el 22do lugar cosechado en Londres 2012.
Para ello tiene decidido abandonar los entrenamientos en altura del pasado y correr en cambio por los alrededores de Brasilia junto al también fondista local, Caio Bonfim.
Octavo en los recientes Juegos Panamericanos de Toronto, cuando fue dos minutos más lento que el domingo, Cano parece haber aprendido a tiempo la lección de que más, a veces es menos. “Tras los juegos de Londres sufrí un bajón, y en 2014 me acomodé. Falta trabajo para tener una buena base y ganar velocidad, pero vamos a anteponer la calidad a la cantidad a partir de ahora”, avanzó.
El nuevo plan trazado con su entrenador, Alexis Abot, tiene como objetivo optimizar los recursos técnicos de Cano y completar su formación como fondista, hasta ingresar entre los 20 mejores del mundo. “Empecé a los 12 años cuando me captó un entrenador en los juegos escolares”, recuerda el argentino. “Al principio no me gustaba la marcha, pero luego me cautivó. Amo el atletismo, y el día a día del deportista”.
Dedicación diaria y calidad en los entrenamientos. Esa es la cuestión para Cano en su carrera hacia Río.