[Este artículo fue editado y publicado en julio de 2013 por THE ASSOCIATED PRESS]
Por ALEX OLLER
BARCELONA, España (AP) – Los primos Iván y Santiago Enderica abandonaban el jueves, junto a su compañera Katia Barros, las instalaciones del puerto de Barcelona con aire cansado pero el ánimo contento por el desempeño realizado en la carrera por equipos de aguas abiertas.
El mundial de natación se acababa para el trío, que ponía rumbo a la zona de restaurantes del vecino barrio pescador de la Barceloneta, deseoso de relajar los músculos tras seis jornadas de competencia en que ha completado a nado un total de 55 kilómetros.
Los ecuatorianos no competirán en la prueba reina de los 25 kilómetros en aguas abiertas del sábado y, tras concluir con el 20mo mejor tiempo en los cinco kilómetros del jueves, ninguno de los tres nadadores expresó queja alguna. Las competencias fueron duras y exigentes y ahora tocaba disfrutar de un merecido descanso.
Barros reconoció que se encontraba “cansada y sin ritmo tras competir en los cinco kilómetros. Nos faltó preparación y subí mi tiempo”.
El más satisfecho fue Iván Enderica quien, el primer día de competencias, finalizó séptimo en la carrera individual de los cinco kilómetros, la mejor clasificación de la historia del país.
El protagonista de la gesta tuvo ocasión de batallar solo dos días después en los 10 kilómetros con su primo mayor Santiago, quien quedó justo un puesto por arriba, 30mo, y resumió la posterior participación por equipos en tonalidad positiva: “Era nuestro debut en un mundial. Siempre habíamos competido en individual. Recién aquí armamos el equipo. Se trataba de una prueba más preparatoria para encarar los torneos suramericanos y pelearle los primeros puestos a Venezuela y Argentina, ya que Brasil está muy por delante todavía. Acá establecimos un ritmo estable, pero aún nos falta bastante en el aspecto táctico”.
Alemania se impuso finalmente en la carrera, por delante de Grecia y Brasil.
Los Enderica, de rico linaje deportivo, están acostumbrados a moverse en el agua, ya sea a la intemperie o en pileta. “Llevamos algunos años en esto. Somos una gran familia de nadadores con hermanos y primos compitiendo a varios niveles. En el agua lo dejamos todo. Sabemos que, por lo general, siempre hay golpes en carrera. Pero fuera, obviamente, nos alegramos de los resultados de cada cual y siempre acabamos contentos por uno u otro lado”, comentó Santiago.
El primo mayor consideró que el menor debe ser la gran apuesta de su país en aguas abiertas, aunque insistió en la filosofía de no regalar nada. Ni a la sangre de su sangre. “Iván tiene mucha constancia y disciplina. Apenas cuenta 22 años, es joven, y tiene un gran futuro por delante, aunque ya fue olímpico. Le llevo cinco años de más, y también me obliga a superarme para estar al mismo el nivel y pensar en ganarle”.
El hecho de entrenar en la misma piscina, competir juntos, aunque con entrenadores distintos, y compartir genética es un plus añadido en la buena sintonía necesaria para funcionar en las carreras por relevos, consideró Santiago. “Sabemos cómo responde cada uno en las pruebas y no necesitamos comunicarnos de manera verbal. Con el hecho de ver a la otra persona o hacer un gesto ya sabemos si toca bajar o subir el ritmo y rematar”.
Pero, pese a la gesta de Iván en el puerto, los Enderica saben que la gran esperanza está para las competiciones en la piscina cubierta del Palau Sant Jordi, que iniciarán el próximo domingo.
Y, concretamente, en los poderosos brazos de Esteban, el menor de cuatro hermanos nadadores, entre ellos Santiago, y con la misma edad que su primo Iván.
El oriundo de Cuenca saltará a escena en los 200 metros mariposa, donde el objetivo es rebasar la marca nacional de la gran figura histórica de la natación ecuatoriana, Jorge Delgado Panchana. Y volverá a competir unos días después en los 1500 metros, donde tiene a tiro el récord suramericano.
“Ojalá estemos toda la familia al completo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Nos falta una medalla en la casa, donde se habla el idioma de la natación y de los deportistas de élite. Esteban e Iván están muy cerca. Mis dos hermanos mayores nos iniciaron en la natación y nos fueron motivando, pero se puede decir que los últimos hermanos fueron los mejores”, bromeó Santiago, tras comprobar de reojo que el mayor, actual entrenador nacional, no anduviese cerca.
En cuestión de natación, vale bien la pena mirar dos veces y a ambos lados con los Enderica pues, por pura cuestión numérica, es bien probable que aparezca uno en el momento más insospechado. Ahora Ecuador espera que Esteban, ya en pileta, acabe el camino que sus consanguíneos empezaron en aguas abiertas.